Estación de esquí PUIGMAL: otra manera de entender este deporte (Alta Cerdanya – Pirineos Orientales) – Occitania

27/01/2023

El Puigmal es sin duda una estación mítica en La Cerdanya. Su máximo contacto con la naturaleza, sus pistas poco pisadas, dos TK sólo expertos (te levantaban cómo si fuera un potro salvaje) y unas pistas negras de "dos rombos", hacían de ella un referente para los buenos esquiadores franceses y catalanes. La necesidad de tener que modernizar las instalaciones y la falta de ayuda pública obligaron al cierre y años más tarde, un grupo de románticos de la zona apostaron por su reapertura y a pesar de las dificultades derivadas de la pandemia COVID 19, siguen adelante con un proyecto a medio plazo. En la actualidad, sólo abren algunas pistas de jueves a domingo, con precios que oscilan entre los 20 y 30 €, dependiendo de las pistas que puedan abrir ese día. Ya digo, un esquí a la vieja usanza, para quienes gustan y disfrutan de lo singular.

Ayer subí al Pic Duraneu (2539) aprovechando un día magnífico por las pistas de la reabierta estación y pude comprobar el esfuerzo y simpatía de unos profesionales convencidos de su proyecto. Por eso y aunque el día de hoy no era bueno (frío y viento), decidí sacar el forfait como agradecimiento a su actitud y valentía profesional.

El esquí que ofrece el Puigmal no es cuestión de kms (y menos hoy que por viento estaban al 50%), es cuestión de calidad de nieve, silencio y soledad. Disfrutar cada tramo cómo algo único y exquisito. La naturaleza y tú en plena armonía. En fin, una maravilla que casi había olvidado.

Hay dos restaurantes con mucho encanto, uno en la zona de Les Planes, sólo accesible con esquís y con el ambiente de alta montaña que dan los monitores, y otro en Cotzé, a cota 1830, ideal para tomar la cerveza final en cálido salón de aspecto nórdico.

La conexión entre estas dos áreas se realiza mediante “sevice de navettes”, es decir, con vehículos TT de la estación que esperan la llegada del esquiador, algo propio de un TBO de Tin-Tin. En mi caso, preferí aparcar en Cotzé y subir al TS en "navette", de este modo la última bajada acaba junto al coche. Día muy frío y con rachas de viento que apenas se notaban al introducirnos en el bosque de pinos.

Por último, agradecer al empleado Thierry su enorme amabilidad. Con el cambio de material travesía a esquí de pista, olvidé los guantes en Bellver de Cerdanya y cuando le pregunté ¿cómo puedo alquilar unos guantes?, me dijo: TOMA LOS MIOS!!. En fín, esos detalles que caracterizaban este deporte hace 50 años. SUERTE PUIGMAL!!!!