Storgalten - Alpes de Lyngen

De todas las ascensiones que hicimos en los Alpes de Lyngen esta Primavera, creo que el Storgalten fue el que más me impresionó en lo que a vistas panorámicas se refiere. Es sencillamente espectacular admirar el fiordo, cómo se va haciendo más majestuoso a medida que ganamos altura, y qué impresionantes se ven las islas del norte en especial la isla Vannøya que resulta irreal apareciendo como un helado iceberg flotando en el mar… o en en aire!

El punto negativo es la cantidad de gente que sube hoy, y supongo que cualquier día, al Storgalten. Hay muchísima gente y grupos muy grandes de todas las nacionalidades.

La ascensión no tiene misterio. Primera parte de bosque de abedules tan familiar ya, después un pequeño plateau donde se coge aire para afrontar la inmensa pala final que cogemos por el espolón izquierdo y que tiene bastante pendiente y muy mantenida, en torno a 30% pero con nieve buena, aunque hay algunas zonas venteadas heladas que nos deciden a ponernos las cuchillas.

No podemos evitar parar cada poco a hacer más y más fotos. Las vistas quitan el hipo, y especialmente cuando llegamos al primer hombro que nos da vista al este, todos paramos boquiabiertos con un ooohhhhhh hacia aquella vista de infinitos islotes blancos salpicados en el intenso azul del océano. Es difícil encontrar las palabras para definir tanta belleza, y todos a nuestra manera nos emocionamos ante este espectáculo al que nuestros ojos no están acostumbrados.

Tras la típica parte final que llanea un poco al fin alcanzamos la cima y nos deleitamos sin prisa con las vistas. Vemos que muchos bajan hacían el otro lado (este) y luego regresan dando una vuelta. Nosotros finalmente decidimos bajar por el mismo sitio y allá vamos.

La bajada con esta nieve cunde muchísimo y las vistas doblan el disfrute. El broche final lo pone la esquiada por el bosque y llegamos al coche como siempre con una gran sonrisa proporcional al disfrute de la jornada. Qué maravilla!