Storgalten (1.219 m.) desde Galtelva.

El Storgalten es una montaña espléndida que parece surgir bruscamente sobre el mar, blanca y de lomas despejadas tan solo interrumpidas por la franja de bosque de abedul que media entre la orilla del fiordo y las amplias palas nevadas.

Desde Lenangsstraumen partimos al Este cruzando la carretera junto a la parada de autobuses de Galtelva, un pequeño núcleo urbano compuesto por una decena de casas desperdigadas, para internarnos en el abedular y atravesarlo a lo largo de poco más de un kilómetro. Seguimos el valle de Galtdalen arroyo arriba. El torrente que baja por aquí es el Gatelva y discurre por una depresión hoy cubierta de nieve sobre la que sobresale una infinidad de finos troncos de abedul que habrá que sortear en el descenso desde la cumbre.

Durante la remontada, en cada descanso, es indispensable echar una mirada atrás para contemplar la panorámica inconmensurable que se va generando a nuestros pies: abajo domina la estrecha península de Nordlemangneset en cuyo litoral oriental destacan las finas líneas rectas del espigón que protege el puerto pesquero de Hamneset. A ambos lados de la península quedan bien definidos los dos fiordos entre los cuales ésta se configura: el más estrecho, entre Sorlenangen y Nordlenangen y al otro lado del cabo, el de Ülsfjorden, con la isla de Karlsoya hacia occidente.

Alcanzando un collado a la izquierda tan solo quedan 500 metros de desnivel que salvar hasta la cima. Desde éste se abre, al Norte, una perspectiva del entorno muy diferente en la que el mar sigue cobrando protagonismo por detrás de cimas agrestes en cuyas bases se abre algún que otro lago como el Kalddalsvatnet a 270 metros bajo nuestros pies. Al otro lado destaca la cumbre del Tafeltinden otra de las opciones interesantes por incluir tramos de glaciar en su ascensión. Desde el collado, diagonal ascendente hacia el Sureste a lo largo de 500 metros para, inmediatamente, iniciar el asalto definitivo a la cumbre.
Ni que decir tiene que una vez alcanzados los 1.219 metros del punto más alto, la visión del entorno en panorámica de 360º resulta gratamente sobrecogedora. Al sur-sureste, el Storgalten se precipita hacia un suave glaciar, el Gamvik Bläisen, encajado en lo que se asociaría a un antiguo cráter de más de 4 Km. de diámetro, rodeado de cordales y crestas con afilados picos. Los escenarios que se han ido produciendo en cada una de las paradas hechas en el transcurso de la ascensión se unen como piezas de un rompecabezas tridimensional creando un conjunto mágico de contrastes de blancos, negros y azules bajo el sol del mediodía ártico en esta época primaveral.

Descenso. - Inicialmente, por la misma pala de ascenso en el tramo recorrido desde el collado. Luego nos desplazamos hacia el Sur hasta alcanzar la vertical del puente de Straumen en un descenso largo por inmaculadas palas de nieve virgen hasta conectar con el borde superior de la franja de bosque, atravesarla y llegar sin quitarnos las tablas hasta la misma orilla del mar.