Vuelta a la Gran Facha desde el Balneario de Panticosa. 19-FEB-2020

Esta vuelta es más que una ruta normal, es un viaje, aunque se vuelve al punto de partida, es una travesía alpina por los lugares tan cambiantes que se van sucediendo, las perspectivas gigantes de picos y valles recorridos, lagos y collados que se atraviesan, laderas fáciles y difíciles esquiadas sin tregua, luces y cielos inigualables.
El punto de partida es el Balneario de Panticosa, desde donde salimos por el GR 11 que sube hacia el Refugio de Bachimaña. Durante la primera parte subimos en zapatillas para mayor comodidad. Algo menos de una hora con los esquís en la mochila, sencillo porteo porque el sendero discurre por parajes muy placenteros.
Se llega a la llamada Cuesta del Fraile, en donde cambiamos zapatillas por esquís y subimos la pendiente haciendo zetas hasta llegar al Embalse y Refugio de Bachimaña.
Pasamos por encima del embalse helado y en dirección Norte se ascienden lomas variadas hacia el Puerto de Marcadau o de Panticosa (2.541 m)
Estamos en la frontera, desde donde bajamos por territorio francés hacia una hoya por pendientes heladas. En el lago helado volvemos a poner las pieles para subir el segundo collado del día, el Col de la Facha (2.664 m), al Norte del pico de la Gran Facha. Desde este collado subimos al Norte a la Peña Aragón o Punta Baldierra (2.919 m). Las vistas desde lo alto del pico son excepcionales y, aunque no es obligado subir a él para hacer la circular, si el tiempo acompaña es muy conveniente el ascenso.
Bajamos de nuevo al collado para iniciar un descenso largo, en dirección Oeste, por el Barranco de Campo Plano. Las laderas del barranco con orientación Norte tienen nieve helada y las del Sur muy transformada, de manera que se van alternando en un descenso bastante rápido hasta llegar a la cercanía de una presa del embalse de Campo Plano, próxima al gran embalse de Respomuso, en el fondo. En este punto ponemos las pieles de nuevo y comenzamos la última subida del día.
En dirección Sur remontamos una serie de laderas con los puntos de referencia del Pico Tebarray a nuestra derecha y a la izquierda el Pico de Llena Cantal. El ascenso se hace por lomas con nieves cambiantes, llegando a una pendiente más abrupta en la que dejamos los esquís y ponemos los crampones para subir una pequeña rampa que lleva al Cuello de Tebarray o de Piedrafita ( 2.782 m).
Ahí quitamos las pieles, ya por última vez, para bajar al Cuello del Infierno (2.721 m). Desde aquí es todo bajada. En dirección Este esquiamos laderas heladas hacia el Ibón Azul superior y seguimos el descenso hasta llegar al Embalse de Bachimaña que bordeamos por la mañana. Lo cruzamos a paso de patinador y llegamos al refugio, desde donde bajamos por el camino de ida. Al pasar la Cuesta de los Frailes volvemos a las zapatillas y al sendero que nos deja en la Casa de Piedra en el Balneario.
Una jornada inolvidable, larga y amena.