2011-05-29 PIC PR07: Caminho das Voltas, PRC09: Prainha do Norte
near Prainha de Baixo, Açores (Portugal)
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Trail photos
Itinerary description
29 de mayo de 2011.
A TENER EN CUENTA
Recorrido
Marcha realizada sin GPS, por lo que sólo se indican los principales puntos de interés por los que discurrió su trazado.
Catálogos
Otras rutas por Las Azores.
CRÓNICA
Como todavía mi cuerpo se rige por el horario de Madrid (aquí son 2 horas menos) hoy, a las 03:30 hora local de Azores, tenía los ojos como platos: el cielo, completamente despejado, estaba repleto de estrellas. Me he quedado en la cama, descansando, hasta las 06:15 en que ha amanecido. Entonces he dado un paseíto hasta la orilla del mar (escasos 5 minutos). Luego me he acercado al punto desde el que se contempla el volcán Pico Alto (otros 3 minutos): la cumbre estaba cubierta de nubes. A las 07:30 se abre la zona del restaurante para tomar el desayuno: es de tipo buffet, por lo que he recargado bien las pilas para las marchas de hoy.
La jornada "marchosa" comienza poco antes de las 09:00, cuando tomo el taxi junto con mi mochila de batalla y vestido de montañero. Es por esto que considero que hoy es el verdadero bautismo de la aventura.
La primera de las rutas la comienzo en el mirador de Terra Alta: desciendo hacia el océano a través de un denso bosque de laurisilva y helechos, muy umbrío, lo que me viene que ni pintado para evitar los rayos solares que alegran el día a estas horas. Luego el camino me lleva a lo largo de la línea costera, momento en el que el cielo se cubre de nubes: ideal para mi caminata. Finalizo el recorrido señalizado oficialmente como sendero al llegar a Santo Amaro y, como voy muy bien de tiempo, en lugar de esperar al autobús de línea (falta bastante para que pase por aquí y, además, hay que ir subiendo el listón) me decido a continuar a pie, por la carretera, hasta conectar con la segunda de las marchas previstas para hoy.
Una vez en el segundo sendero (y tras almorzar en una calita de cantos rodados), éste me lleva a la que, dicen, es la única playa de arena (negra) de la isla. El día continúa muy nublado y, a la una, ¡oh, cielos! (y nunca mejor dicho) se pone a llover y, así, el metafórico bautizo aventurero se torna real. Echo mano de la capa y pongo confianza en el Goretex de mis playeros y las prestaciones de mis pantalones. A los 20 minutos escampa y, al poco, capa, pantalones y calzado vuelven a estar secos. Ahora el camino discurre a través de un angosto túnel: me permite entrar erguido por este extremo, pero he de salir agachado (en verdad, a cuatro patas) por el opuesto.
Al final ha quedado buena tarde, pero la constante de hoy ha sido que las líneas de cumbres, tanto de Pico como de la vecina São Jorge (de cuya vista he podido disfrutar durante todo el recorrido), han estado cubiertas por la niebla. Tan sólo me resta esperar al taxi, que llega una hora antes de lo pactado (es que estos lugareños tienen poco que hacer), pero no importa, pues yo también he finalizado antes de lo previsto: me encuentro al taxista cogiendo lapas y engulléndolas in situ. Con mi nuevo y conductor amigo (se llama José, como alguien que yo conozco) regreso a la que ya considero mi casa.
Ya en mis aposentos: deshacer la mochila, lavar y tender algo de ropa, guardar la comida sobrante en el frigorífico... Sí, ya sé que en las películas de aventuras todo es bonito, pero esto es la vida real y también hay momentos "feos". Os excusaré el episodio del cuarto de baño.
Para mañana he vuelto a quedar con José, el taxista, pero sin fijar destino: lo decidiré a la vista del clima con el que nos despertemos.
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A TENER EN CUENTA
Recorrido
Marcha realizada sin GPS, por lo que sólo se indican los principales puntos de interés por los que discurrió su trazado.
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Otras rutas por Las Azores.
CRÓNICA
Como todavía mi cuerpo se rige por el horario de Madrid (aquí son 2 horas menos) hoy, a las 03:30 hora local de Azores, tenía los ojos como platos: el cielo, completamente despejado, estaba repleto de estrellas. Me he quedado en la cama, descansando, hasta las 06:15 en que ha amanecido. Entonces he dado un paseíto hasta la orilla del mar (escasos 5 minutos). Luego me he acercado al punto desde el que se contempla el volcán Pico Alto (otros 3 minutos): la cumbre estaba cubierta de nubes. A las 07:30 se abre la zona del restaurante para tomar el desayuno: es de tipo buffet, por lo que he recargado bien las pilas para las marchas de hoy.
La jornada "marchosa" comienza poco antes de las 09:00, cuando tomo el taxi junto con mi mochila de batalla y vestido de montañero. Es por esto que considero que hoy es el verdadero bautismo de la aventura.
La primera de las rutas la comienzo en el mirador de Terra Alta: desciendo hacia el océano a través de un denso bosque de laurisilva y helechos, muy umbrío, lo que me viene que ni pintado para evitar los rayos solares que alegran el día a estas horas. Luego el camino me lleva a lo largo de la línea costera, momento en el que el cielo se cubre de nubes: ideal para mi caminata. Finalizo el recorrido señalizado oficialmente como sendero al llegar a Santo Amaro y, como voy muy bien de tiempo, en lugar de esperar al autobús de línea (falta bastante para que pase por aquí y, además, hay que ir subiendo el listón) me decido a continuar a pie, por la carretera, hasta conectar con la segunda de las marchas previstas para hoy.
Una vez en el segundo sendero (y tras almorzar en una calita de cantos rodados), éste me lleva a la que, dicen, es la única playa de arena (negra) de la isla. El día continúa muy nublado y, a la una, ¡oh, cielos! (y nunca mejor dicho) se pone a llover y, así, el metafórico bautizo aventurero se torna real. Echo mano de la capa y pongo confianza en el Goretex de mis playeros y las prestaciones de mis pantalones. A los 20 minutos escampa y, al poco, capa, pantalones y calzado vuelven a estar secos. Ahora el camino discurre a través de un angosto túnel: me permite entrar erguido por este extremo, pero he de salir agachado (en verdad, a cuatro patas) por el opuesto.
Al final ha quedado buena tarde, pero la constante de hoy ha sido que las líneas de cumbres, tanto de Pico como de la vecina São Jorge (de cuya vista he podido disfrutar durante todo el recorrido), han estado cubiertas por la niebla. Tan sólo me resta esperar al taxi, que llega una hora antes de lo pactado (es que estos lugareños tienen poco que hacer), pero no importa, pues yo también he finalizado antes de lo previsto: me encuentro al taxista cogiendo lapas y engulléndolas in situ. Con mi nuevo y conductor amigo (se llama José, como alguien que yo conozco) regreso a la que ya considero mi casa.
Ya en mis aposentos: deshacer la mochila, lavar y tender algo de ropa, guardar la comida sobrante en el frigorífico... Sí, ya sé que en las películas de aventuras todo es bonito, pero esto es la vida real y también hay momentos "feos". Os excusaré el episodio del cuarto de baño.
Para mañana he vuelto a quedar con José, el taxista, pero sin fijar destino: lo decidiré a la vista del clima con el que nos despertemos.
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- La primera de las crónicas de mis andanzas por la isla Pico: 28 de mayo de 2011.
- La crónica de mañana.
Waypoints
Waypoint
82 ft
Ponta da Rocha
Waypoint
19 ft
Ponta de João Salino
Waypoint
4 ft
Baía da Areia
Waypoint
14 ft
Ponta do Boqueirão
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