2011-05-31 PIC PR03: Porto Calhau - Manhenha (Ponta da Ilha); PRC11: Calheta do Nesquim
near Manhenha, Açores (Portugal)
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Trail photos
Itinerary description
31 de mayo de 2011.
A TENER EN CUENTA
Recorrido
Marcha realizada sin GPS, por lo que sólo se indican los principales puntos de interés por los que discurrió su trazado.
Catálogos
Otras rutas por Las Azores.
CRÓNICA
Hoy mi paseo matutino lo inicio a las 05:30 pues quiero completar el recorrido que ayer no pude terminar, y lo consigo. Al final del camino me encuentro con un molino de viento cuya silueta se recorta contra un horizonte presidido por la enorme mole del Volcán (completamente despejado a estas horas, las 06:15) y, de nuevo, oigo el rugido en mi interior. De vuelta en casa, desayuno y parto a las 08:00, acompañado de José, hacia la Baía do Calhau, donde inicio la primera de las dos rutas que tengo previstas para hoy.
Sendero PR03 SJO.
El camino, conocido como Punta de la Isla, discurre a lo largo de la costa este de Pico: no hay desniveles que salvar, pero el trazado, durante una buena parte del recorrido, pasa a lo largo de un mar de lava del tipo pahoehoe (en portugués, a esta variedad de lava la llaman biscoitos = bizcochos). Provisto de buen calzado y mejor equilibrio, devoro estos kilómetros basálticos cual si fueran auténticos bizcochos. El último tramo del sendero debo realizarlo alejándome del litoral pues, entre el 15 de mayo y el 30 de julio, una colonia de "garajaus" (desconozco el nombre en español de este ave) tiene a bien construir sus nidos en esta zona. Finalizo esta ruta visitando el faro de Manhenha.
Conectando senderos
Continúo por buen camino (es una pista de tierra) hasta llegar a Calheta de Nesquim, donde comienza (y finaliza) mi segunda ruta de hoy.
Sendero PRC11 SJO.
El texto que describe este recorrido circular recomienda hacerlo en sentido contrario al de las agujas del reloj (no me preguntes el porqué) y yo, que suelo ser bien mandado, comienzo a caminarlo de dicha manera. Al poco tiene lugar mi primer encuentro (aunque fugaz) con caminantes no nativos de estas islas: se trata de una pareja que está haciendo el sendero en el sentido contrario al descrito... ¡serán ingleses!
Al cabo de un buen rato de sudar la camiseta (no se entienda esta frase como una figura literaria; se trata de la más cruda y húmeda realidad) llego a un punto en que desaparecen las marcas del camino y éste parece estar invadido por la vegetación. Recurro al uso de mapa, brújula y (modestia aparte) experiencia montañera y consigo encontrar el supuesto trazado de la senda. Al poco, el senderillo me lleva a un prado delimitado por un cable ¿electrificado? Sin otra opción aparente... entro, atravieso y salgo del prado pasando en sendas ocasiones por encima del cableado y, entonces, encuentro un buen camino (sin marcas, por supuesto) que tiene pinta (como luego confirmé) de ser el sendero adecuado. A toro pasado (esta vez sí se trata de un adorno literario, pues el prado estaba desierto) parece que debería haber rodeado el prado hacia su derecha.
Finalmente aparecen las marcas del camino (que ya me acompañarán hasta el final de la ruta). Cuando el sendero me lleva junto a una piscina natural, no me lo pienso dos veces y acudo raudo a mi primer encuentro con el refrescante océano (también este fabuloso paraje está hoy desierto en cuanto a vida humana se refiere). Finalizo la marcha llegando en traje de baño a la plaza del pueblo.
Planificando el futuro inmediato.
Y mañana... he quedado con José a las 06:00 para zarpar con su nave hacia el Volcán. Como a él no le gusta patear los caminos, no precisará ponerse tapones de cera en sus oídos pues, por su propia naturaleza, será sordo a los cada vez más ensordecedores rugidos. De todas formas, tranquilos: voy a fondear en la Casa de la Montaña (abren a las 07:00), donde alquilaré un GPS con el que afrontar con mayor probabilidad de éxito el desafío de burlar a Poseidón.
Problemas inesperados.
Cuando entro en mi hogar después de haber planificado hasta el último detalle para acometer el ascenso al Volcán (quedar con José a las 06:00, cambiar el desayuno por un picnic, enterarme de la previsión meteorológica -va a hacer un día perfecto-), me encuentro el frigorífico "limpio" (desconectado, la puerta abierta y vacío de todo contenido): ¡no tengo nada de agua con que subir a Pico Alto, y ya no son horas para ir de compras! Corro alarmado a recepción y les relato mi desencuentro. Para ayudarme a pasar el mal trago me regalan 2 botellas de agua y, al rato, me devuelven mi garrafa con los 3 litros de agua que tenía (desconozco dónde la tendrían almacenada). Creo que esta es una treta de Poseidón para intentar frenar mis deseos de acudir a la cima del Volcán... pues va listo.
Como se me ha hecho tarde (entre el pánico del agua y el sobretrabajo de la crónica atrasada) decido cenar en el hotel: tienen calamares fritos en mantequilla, pero consigo que me los frían con aceite (por eso de cuidar el colesterol).
Mañana tengo que despertarme a las 05:00 y, como esta vez no me fío, además de programar la alarma de mi móvil pretendo hacer lo propio con el teléfono de mi habitación: hago una prueba con las 22:50 y... ¡nada! Paso entonces a la siguiente opción, marcar el "9" para hablar con recepción y solicitar que me despierten de una manera más tradicional: ¡agua! (pero si ya tengo bastante). Resulta que en recepción no hay nadie hasta las 07:30, por lo que ven difícil que puedan despertarme a las 05:00. Les comento que su programador de alarma telefónica parece no funcionar, a lo que me responden que se trata de un programa nuevo y que... en fin, maldito Poseidón.
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A TENER EN CUENTA
Recorrido
Marcha realizada sin GPS, por lo que sólo se indican los principales puntos de interés por los que discurrió su trazado.
Catálogos
Otras rutas por Las Azores.
CRÓNICA
Hoy mi paseo matutino lo inicio a las 05:30 pues quiero completar el recorrido que ayer no pude terminar, y lo consigo. Al final del camino me encuentro con un molino de viento cuya silueta se recorta contra un horizonte presidido por la enorme mole del Volcán (completamente despejado a estas horas, las 06:15) y, de nuevo, oigo el rugido en mi interior. De vuelta en casa, desayuno y parto a las 08:00, acompañado de José, hacia la Baía do Calhau, donde inicio la primera de las dos rutas que tengo previstas para hoy.
Sendero PR03 SJO.
El camino, conocido como Punta de la Isla, discurre a lo largo de la costa este de Pico: no hay desniveles que salvar, pero el trazado, durante una buena parte del recorrido, pasa a lo largo de un mar de lava del tipo pahoehoe (en portugués, a esta variedad de lava la llaman biscoitos = bizcochos). Provisto de buen calzado y mejor equilibrio, devoro estos kilómetros basálticos cual si fueran auténticos bizcochos. El último tramo del sendero debo realizarlo alejándome del litoral pues, entre el 15 de mayo y el 30 de julio, una colonia de "garajaus" (desconozco el nombre en español de este ave) tiene a bien construir sus nidos en esta zona. Finalizo esta ruta visitando el faro de Manhenha.
Conectando senderos
Continúo por buen camino (es una pista de tierra) hasta llegar a Calheta de Nesquim, donde comienza (y finaliza) mi segunda ruta de hoy.
Sendero PRC11 SJO.
El texto que describe este recorrido circular recomienda hacerlo en sentido contrario al de las agujas del reloj (no me preguntes el porqué) y yo, que suelo ser bien mandado, comienzo a caminarlo de dicha manera. Al poco tiene lugar mi primer encuentro (aunque fugaz) con caminantes no nativos de estas islas: se trata de una pareja que está haciendo el sendero en el sentido contrario al descrito... ¡serán ingleses!
Al cabo de un buen rato de sudar la camiseta (no se entienda esta frase como una figura literaria; se trata de la más cruda y húmeda realidad) llego a un punto en que desaparecen las marcas del camino y éste parece estar invadido por la vegetación. Recurro al uso de mapa, brújula y (modestia aparte) experiencia montañera y consigo encontrar el supuesto trazado de la senda. Al poco, el senderillo me lleva a un prado delimitado por un cable ¿electrificado? Sin otra opción aparente... entro, atravieso y salgo del prado pasando en sendas ocasiones por encima del cableado y, entonces, encuentro un buen camino (sin marcas, por supuesto) que tiene pinta (como luego confirmé) de ser el sendero adecuado. A toro pasado (esta vez sí se trata de un adorno literario, pues el prado estaba desierto) parece que debería haber rodeado el prado hacia su derecha.
Finalmente aparecen las marcas del camino (que ya me acompañarán hasta el final de la ruta). Cuando el sendero me lleva junto a una piscina natural, no me lo pienso dos veces y acudo raudo a mi primer encuentro con el refrescante océano (también este fabuloso paraje está hoy desierto en cuanto a vida humana se refiere). Finalizo la marcha llegando en traje de baño a la plaza del pueblo.
Planificando el futuro inmediato.
Y mañana... he quedado con José a las 06:00 para zarpar con su nave hacia el Volcán. Como a él no le gusta patear los caminos, no precisará ponerse tapones de cera en sus oídos pues, por su propia naturaleza, será sordo a los cada vez más ensordecedores rugidos. De todas formas, tranquilos: voy a fondear en la Casa de la Montaña (abren a las 07:00), donde alquilaré un GPS con el que afrontar con mayor probabilidad de éxito el desafío de burlar a Poseidón.
Problemas inesperados.
Cuando entro en mi hogar después de haber planificado hasta el último detalle para acometer el ascenso al Volcán (quedar con José a las 06:00, cambiar el desayuno por un picnic, enterarme de la previsión meteorológica -va a hacer un día perfecto-), me encuentro el frigorífico "limpio" (desconectado, la puerta abierta y vacío de todo contenido): ¡no tengo nada de agua con que subir a Pico Alto, y ya no son horas para ir de compras! Corro alarmado a recepción y les relato mi desencuentro. Para ayudarme a pasar el mal trago me regalan 2 botellas de agua y, al rato, me devuelven mi garrafa con los 3 litros de agua que tenía (desconozco dónde la tendrían almacenada). Creo que esta es una treta de Poseidón para intentar frenar mis deseos de acudir a la cima del Volcán... pues va listo.
Como se me ha hecho tarde (entre el pánico del agua y el sobretrabajo de la crónica atrasada) decido cenar en el hotel: tienen calamares fritos en mantequilla, pero consigo que me los frían con aceite (por eso de cuidar el colesterol).
Mañana tengo que despertarme a las 05:00 y, como esta vez no me fío, además de programar la alarma de mi móvil pretendo hacer lo propio con el teléfono de mi habitación: hago una prueba con las 22:50 y... ¡nada! Paso entonces a la siguiente opción, marcar el "9" para hablar con recepción y solicitar que me despierten de una manera más tradicional: ¡agua! (pero si ya tengo bastante). Resulta que en recepción no hay nadie hasta las 07:30, por lo que ven difícil que puedan despertarme a las 05:00. Les comento que su programador de alarma telefónica parece no funcionar, a lo que me responden que se trata de un programa nuevo y que... en fin, maldito Poseidón.
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- La primera de las crónicas de mis andanzas por la isla Pico: 28 de mayo de 2011.
- La crónica de mañana.
Waypoints
Fountain
76 ft
Fonte 130827-01
Intersection
78 ft
Bifurcación PR3PIC
Entre el 15 de mayo y el 30 de julio no se puede transitar por la línea costera, ya que es la época de cría de los garajaus.
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