2011-06-01 PIC PR01: Caminhos de Santa Luzia; PR10: Santana - Lajido; Arcos do Cachorro
near Cabrita, Açores (Portugal)
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Trail photos
Itinerary description
1 de junio de 2011.
A TENER EN CUENTA
Recorrido
Marcha realizada sin GPS, por lo que sólo se indican los principales puntos de interés por los que discurrió su trazado.
Catálogos
Otras rutas por Las Azores.
CRÓNICA
05:00 Me despierto al escuchar la alarma del móvil (ya temía yo que esta vez no iba a despertarme de manera espontánea). Asomo la cabeza por la ventana y... ¡horror! por primera vez desde mi llegada a Pico no veo el cielo estrellado sino un océano de nubes. Acudo veloz al cercano punto desde el que es posible contemplar el Volcán... ¡pero hoy se lo ha llevado Poseidón!
06:00 Ya en compañía de José, decido que hoy no va a ser el día en que pongamos proa hacia la colosal pirámide de lava y, en su lugar, surcamos el asfalto hacia el inicio de la primera de las dos rutas que me propongo recorrer.
Sendero PR01 PIC: Caminhos de Santa Luzia.
Cuando llevo una hora de marcha (son ahora las 09:00) el cielo se abre y por allí asoma el Volcán... ¡completamente despejado! Voy tan ensimismado acordándome de todos los dioses familiares de Poseidón que me paso de largo un desvío del camino... pero rectifico en cuanto detecto que la cosa no cuadra (que, a pesar de todo, uno sigue siendo un profesional de las caminatas).
El sendero me lleva hasta el pequeño pueblo de Lajido y, allí, comienzo a oír un rugido auténtico. No, no es que el Volcán haya entrado en erupción (Poseidón aprieta pero no ahoga, aunque sea el dios del océano) se trata de un avión que está aterrizando en el muy cercano aeropuerto.
Al poco, desde el oeste vienen amorosas unas nubes que se abrazan a la cintura del Volcán y, sobre las 10:00 (cuando estoy acabando esta mi primera ruta del día) su silueta vuelve a desaparecer de mi vista. A partir de ahora se dejará ver de tanto en cuanto su cima (que se ocultará definitivamente sobre la una de la tarde).
10:00 Santa Luzía. He de encaminarme hacia Santana y, para evitar el tener que ir por la carretera general, pregunto a un nutrido grupo de lugareños, que parecen recién salidos de la iglesia, si existe un camino alternativo y no asfaltado. Me responden afirmativamente y me dan una serie de indicaciones, pero como carezco de mapa de la zona (pues, aunque debería estar cubierta por los mapas de los dos senderos de hoy, resulta que sendas fotos -empleadas para embellecer el folleto- eclipsan precisamente el sector que ahora es de mi interés) y no termino de ver claras sus explicaciones (en portugués), hago como que sigo su consejo pero cojo la carretera. A escasos 5 minutos para a mi lado una moto: su conductor no es otro que uno de los señores que me prestó consejo junto a la iglesia y que, cómo no, insiste en que le haga caso. Así que, para no desairarle y, de paso, subir el listón (espero que no se trate de otra artimaña de Poseidón, para perderme definitivamente por estos lares), dejo la carretera (y la manta, si la tuviera y él me lo pidiera) y, navegando sólo a base de brújula, consigo tras algunas dudas y equivocaciones llegar a Santana (aunque, seguramente, no por donde el señor hubiera deseado). Inicio así el segundo de mis recorridos.
Sendero PR10 PIC: Santana - Lajido.
11:30 El sendero me lleva a la costa, donde el camino está acondicionado, por lo que no se disfruta lo mismo al transitar por estos "biscoitos" que, en comparación con los de ayer, me parecen mera bollería industrial: de subir algo no será el listón, si acaso el colesterol.
Afortunadamente, al llegar a Ponta Negra el camino se asilvestra: a deleitarse otra vez con los bizcochos naturales. Además, este tramo de la costa, plagado de arcos marinos, se me antoja queso de Gruyere: me limito a caminar por el borde de los acantilados basálticos, sin intentar bajar a arco alguno (ya te imaginas, pensando en lo del colesterol).
Finalizo mi recorrido en el ya citado Lajido, donde me reencuentro con José para retornar a mis aposentos.
Un extra, por mí inesperado.
Pero cuando José me recoge en Lajido, dirige su carabela (una moderna camioneta) viento en popa a toda lava hacia la espectacular formación basáltica CONOCIDA como Arcos do Cachorro (de la que yo NO tenía CONOCIMIENTO), donde fondeamos por unos instantes.
Otro descubrimiento inesperado.
Ceno en el mismo restaurante de ayer y, al pedir el café (con leche), me entero que AYER me lo sirvió con whisky (ya me pareció notar un gustillo extraño): ahora no me sorprende que esta madrugada estuviese durmiendo la mona hasta que sonó la alarma de mi móvil. ¡Ay, Poseidón, Poseidón!
Un par de notas.
A TENER EN CUENTA
Recorrido
Marcha realizada sin GPS, por lo que sólo se indican los principales puntos de interés por los que discurrió su trazado.
Catálogos
Otras rutas por Las Azores.
CRÓNICA
05:00 Me despierto al escuchar la alarma del móvil (ya temía yo que esta vez no iba a despertarme de manera espontánea). Asomo la cabeza por la ventana y... ¡horror! por primera vez desde mi llegada a Pico no veo el cielo estrellado sino un océano de nubes. Acudo veloz al cercano punto desde el que es posible contemplar el Volcán... ¡pero hoy se lo ha llevado Poseidón!
06:00 Ya en compañía de José, decido que hoy no va a ser el día en que pongamos proa hacia la colosal pirámide de lava y, en su lugar, surcamos el asfalto hacia el inicio de la primera de las dos rutas que me propongo recorrer.
Sendero PR01 PIC: Caminhos de Santa Luzia.
Cuando llevo una hora de marcha (son ahora las 09:00) el cielo se abre y por allí asoma el Volcán... ¡completamente despejado! Voy tan ensimismado acordándome de todos los dioses familiares de Poseidón que me paso de largo un desvío del camino... pero rectifico en cuanto detecto que la cosa no cuadra (que, a pesar de todo, uno sigue siendo un profesional de las caminatas).
El sendero me lleva hasta el pequeño pueblo de Lajido y, allí, comienzo a oír un rugido auténtico. No, no es que el Volcán haya entrado en erupción (Poseidón aprieta pero no ahoga, aunque sea el dios del océano) se trata de un avión que está aterrizando en el muy cercano aeropuerto.
Al poco, desde el oeste vienen amorosas unas nubes que se abrazan a la cintura del Volcán y, sobre las 10:00 (cuando estoy acabando esta mi primera ruta del día) su silueta vuelve a desaparecer de mi vista. A partir de ahora se dejará ver de tanto en cuanto su cima (que se ocultará definitivamente sobre la una de la tarde).
10:00 Santa Luzía. He de encaminarme hacia Santana y, para evitar el tener que ir por la carretera general, pregunto a un nutrido grupo de lugareños, que parecen recién salidos de la iglesia, si existe un camino alternativo y no asfaltado. Me responden afirmativamente y me dan una serie de indicaciones, pero como carezco de mapa de la zona (pues, aunque debería estar cubierta por los mapas de los dos senderos de hoy, resulta que sendas fotos -empleadas para embellecer el folleto- eclipsan precisamente el sector que ahora es de mi interés) y no termino de ver claras sus explicaciones (en portugués), hago como que sigo su consejo pero cojo la carretera. A escasos 5 minutos para a mi lado una moto: su conductor no es otro que uno de los señores que me prestó consejo junto a la iglesia y que, cómo no, insiste en que le haga caso. Así que, para no desairarle y, de paso, subir el listón (espero que no se trate de otra artimaña de Poseidón, para perderme definitivamente por estos lares), dejo la carretera (y la manta, si la tuviera y él me lo pidiera) y, navegando sólo a base de brújula, consigo tras algunas dudas y equivocaciones llegar a Santana (aunque, seguramente, no por donde el señor hubiera deseado). Inicio así el segundo de mis recorridos.
Sendero PR10 PIC: Santana - Lajido.
11:30 El sendero me lleva a la costa, donde el camino está acondicionado, por lo que no se disfruta lo mismo al transitar por estos "biscoitos" que, en comparación con los de ayer, me parecen mera bollería industrial: de subir algo no será el listón, si acaso el colesterol.
Afortunadamente, al llegar a Ponta Negra el camino se asilvestra: a deleitarse otra vez con los bizcochos naturales. Además, este tramo de la costa, plagado de arcos marinos, se me antoja queso de Gruyere: me limito a caminar por el borde de los acantilados basálticos, sin intentar bajar a arco alguno (ya te imaginas, pensando en lo del colesterol).
Finalizo mi recorrido en el ya citado Lajido, donde me reencuentro con José para retornar a mis aposentos.
Un extra, por mí inesperado.
Pero cuando José me recoge en Lajido, dirige su carabela (una moderna camioneta) viento en popa a toda lava hacia la espectacular formación basáltica CONOCIDA como Arcos do Cachorro (de la que yo NO tenía CONOCIMIENTO), donde fondeamos por unos instantes.
Otro descubrimiento inesperado.
Ceno en el mismo restaurante de ayer y, al pedir el café (con leche), me entero que AYER me lo sirvió con whisky (ya me pareció notar un gustillo extraño): ahora no me sorprende que esta madrugada estuviese durmiendo la mona hasta que sonó la alarma de mi móvil. ¡Ay, Poseidón, Poseidón!
Un par de notas.
- En Azores, todos y cada uno de los perros con los que te encuentras (ya sea en viviendas, como pasajeros caninos en vehículos, etc.) parecen estar adiestrados para mostrar una especial agresividad frente a los desconocidos... y doy fe que cumplen con su papel. Eso sí, siempre están sujetos por cadenas que les impiden salir del territorio objeto de su protección.
- Apartado gastronómico. Durante los 4 días previos creo haber mantenido el colesterol a raya, pues he cenado: merluza, calamares fritos (la de ayer, en el hotel, y otra vez en Lajes) y un espagueti marinero (que bien hacía honor a su nombre: la pasta estaba invadida por rodajas de calamar, bígaros, gambas y mejillones).
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- La primera de las crónicas de mis andanzas por la isla Pico: 28 de mayo de 2011.
- La crónica de mañana.
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