2011-06-04 PIC Lagoas de Caiado y Paul; PR02: Caminho dos Burros
near Prainha de Cima, Açores (Portugal)
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Itinerary description
4 de junio de 2011.
A TENER EN CUENTA
Recorrido
Marcha realizada sin GPS, por lo que sólo se indican los principales puntos de interés por los que discurrió su trazado.
Catálogos
Otras rutas por Las Azores.
CRÓNICA
05:30 Tras la ¿paliza? de ayer (caí rendido en mi cama a las 21:30 y he dormido desde entonces de un tirón) me despierto y, raro en mí, no doy mi paseo matutino. Por un breve momento pienso que quizás hoy debiera descansar... pero teniendo en mi posesión la jugosa documentación que conseguí en Madalena, se me viene a la mente el estribillo de Dale a tu cuerpo alegría, Madalena... ¿o era Macarena? Bueno, da igual, el caso es que decido partir en busca de las nuevas alegrías con las que, estoy seguro, me regalará este nuevo día.
08:00 Como quiera que la actividad "que hasta hace poco había descartado" hoy no se va a poder realizar, y puesto que ayer visité el Techo de Portugal, parto en compañía de Luis para conocer hoy sus Cuartos de Baño (léase lagunas).
08:30 Lagoa do Caiado. En mi ansia por sacar las fotos desde el mejor punto que pueda, atravieso por una colina donde crece hierba hasta las rodillas y que, debido al rocío nocturno, me encharca hasta más arriba de las pantorrillas... pero la foto la saco, vaya si la saco, como yo quiero.
09:00 Como, según el mapa, no estoy muy lejos de la lagoa do Paul, me pongo a caminar hacia allí. Al rato compruebo que la bifurcación que lleva hacia ella no aparece, por lo que decido abandonar su búsqueda... pero entonces, allá por lontananza, aparece el navío que yo menos hubiera esperado, pues se trata ni más ni menos que del Arca de Noé (una camioneta con un remolque en el que, ufanas, viajan un par de vacas). Pregunto a Noé por la dichosa laguna y me responde que no está lejos, que suba a su Arca... así que, sin pensármelo dos veces, monto en la caja (o ahora se llama bankia) de la camioneta y, erguido cual Rodrigo de Triana en su cofa, voy oteando el horizonte en busca de la nueva tierra... digo, laguna. Cuando Noé posa su Arca sobre su particular Ararat (la finca a la que lleva a pastar las vacas), dándole mil gracias prosigo mi caminar hacia la ya próxima lagunita. Ya en sus orillas hay un pequeño "tira y afloja" con una vaca y su ternero, pero no llega la sangre al río (ni tampoco a la laguna). La foto de rigor y a por el siguiente destino porque, si bien ayer-tarde mis rodillas algo se quejaban, tras engrasarlas, hoy sí, con un nutritivo desayuno, parece que se encuentran a pleno rendimiento.
10:45 Llego al inicio del sendero PR02, que me lleva a atravesar el Mistério de Prainha (aquí llaman mistérios a los extensos campos de lava). Voy disfrutando de este insólito paraje cuando, sobre mí, empieza a sobrevolar una nutrida y chillona bandada de gaviotas. De repente "algo" pasa graznando muy cerca de mi cabeza... ¿me están atacando? No, no lo creo. Pero, para salir de dudas, decido quedarme quieto. De inmediato, una de las gaviotas hace un vuelo rasante a escasos centímetros de mi testa y, encima, gritando (como si no la fuese a oír, sobrevolándome tan cerca). Pues va a ser que sí, que quieren que me vaya de aquí. Así que, al grito de Hitchcock (digo, pies) para qué os quiero, a una velocidad que para si quisiera el Correcaminos (ya sabes, el del beep, beep), pongo pies en polvorosa. Esto me hace pensar si la prohibición del otro día, en el camino que discurre a lo largo del litoral, era por no molestar a la colonia de "garajaus" o para prevenir que alguien perezca en el trayecto. Pero, espera, seguro que eran harpías, enviadas por Poseidón para intentar cobrar venganza por su derrota.
11:55 Sano y salvo llego a un punto en el que el sendero oferta dos opciones, en sentidos diametralmente opuestos: ir hacia el oeste y terminar en São Miguel Arcanjo (3,1 Km); o dirigirse hacia el este y finalizar en Baía das Canas (5 Km). Vaya dilema. Yo no quisiera hacer de menos a ninguna, aunque quizá llevo ya suficientes kilómetros a mi espalda... pero tras una rápida inspección de esta parte de mi anatomía, allí no encuentro ni pizca de alquitrán ni de asfalto, sólo mi inseparable mochila, por lo que me digo... piernas, ¿para qué os tengo? y, en respuesta, ellas deciden llevarme a cuestas hacia el Oeste.
12:30 Llego a São Miguel Arcanjo (pueblito situado a media ladera) y, en un templete que hace las veces de elevado mirador frente al océano, descanso mientras me tomo el almuerzo. Ahora toca desandar este trecho del camino para poder realizar la segunda de las opciones.
13:30 De regreso en la bifurcación de los dilemas, pongo ahora rumbo Este hacia el punto final de mi recorrido. El sendero me conduce a través de un espeso bosque cuando...
14:00 A mi izquierda, aparece OTRO camino que no viene reflejado en el mapa: umbrío, sin marcas, solitario (bueno, esto último no es que sea un distingo, visto lo visto hasta el momento). Recibo este hallazgo como ambrosía con la que calmar mi hambre de aventuras y néctar con el que apagar mi sed de descubrimientos... y allá que va Nofahuer a investigarlo. De inmediato queda claro que el camino es bueno, tiene un trazado horizontal y transita por un bosque de ensueño.
14:20 El por todos desdeñado (¿olvidado?) camino me ha llevado hasta la pista por donde pasé, hace rato, cuando me dirigía hacia São Miguel Arcanjo. Ni corto ni perezoso recojo una buena provisión de trozos de lava y construyo un hito: señores, este sendero no estará certificado pero, desde luego, yo lo he "volcanizado". Nuevamente toca desandar una porción del itinerario pero, como es por la recién descubierta vereda, se hace sin reparos.
16.00 Alcanzo mi meta de hoy, Baía das Canas (este pueblito sí es costero, motivo por el que lo dejé para el final) y, para mi sorpresa, al final de su larga playa de cantos rodados vislumbro algo de arena negra. Me encamino hacia allí y, en efecto, es una pequeñísima playa de arena (pues no decía la guía que sólo había UNA en toda la isla). Ya imaginas lo que viene a continuación: bañito refrescante, esta vez no en piscina artificial ni en zarandajas por el estilo, sino en pleno océano salvaje.
18:30 Acude Luis con su navío a mi rescate y, juntos, regresamos a mi hotel.
Con este recorrido se me han acabado los doce senderos "certificados" que existen en Pico. Y es que, haciendo un juego de palabras un poco forzado, para un NOFAHUER cualquier objetivo está NO FAR, I GUEST.
Epílogo.
Si piensas que lo relatado es una caminata de aquí te espero, te contaré lo que me narró José hace unos días. Su abuelo, todos los fines de semana, caminaba 40 Km para visitar a la que sería su futura esposa... y otros tantos para regresar a su casa. Y es que va a ser verdad ese dicho de El amor mueve montañetas... o era algo de tirar con un par de carretas.
Y para finalizar (creo que hoy me estoy pasando) quiero desvelarte uno de mis más íntimos secretos: el lugar donde se encuentra el filón del que extraigo las ideas con las que compongo estas crónicas. Pues no es otro que la olla, llena de oro dicen, que existe al final del arco iris, aunque para mí lo que contiene son ideas y sentimientos, y es caminando por siempre hacia ese punto inalcanzable que voy recogiendo ideas del rocío matutino, con el que regó mi camino el postrero de los arco iris.
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Marcha realizada sin GPS, por lo que sólo se indican los principales puntos de interés por los que discurrió su trazado.
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Otras rutas por Las Azores.
CRÓNICA
05:30 Tras la ¿paliza? de ayer (caí rendido en mi cama a las 21:30 y he dormido desde entonces de un tirón) me despierto y, raro en mí, no doy mi paseo matutino. Por un breve momento pienso que quizás hoy debiera descansar... pero teniendo en mi posesión la jugosa documentación que conseguí en Madalena, se me viene a la mente el estribillo de Dale a tu cuerpo alegría, Madalena... ¿o era Macarena? Bueno, da igual, el caso es que decido partir en busca de las nuevas alegrías con las que, estoy seguro, me regalará este nuevo día.
08:00 Como quiera que la actividad "que hasta hace poco había descartado" hoy no se va a poder realizar, y puesto que ayer visité el Techo de Portugal, parto en compañía de Luis para conocer hoy sus Cuartos de Baño (léase lagunas).
08:30 Lagoa do Caiado. En mi ansia por sacar las fotos desde el mejor punto que pueda, atravieso por una colina donde crece hierba hasta las rodillas y que, debido al rocío nocturno, me encharca hasta más arriba de las pantorrillas... pero la foto la saco, vaya si la saco, como yo quiero.
09:00 Como, según el mapa, no estoy muy lejos de la lagoa do Paul, me pongo a caminar hacia allí. Al rato compruebo que la bifurcación que lleva hacia ella no aparece, por lo que decido abandonar su búsqueda... pero entonces, allá por lontananza, aparece el navío que yo menos hubiera esperado, pues se trata ni más ni menos que del Arca de Noé (una camioneta con un remolque en el que, ufanas, viajan un par de vacas). Pregunto a Noé por la dichosa laguna y me responde que no está lejos, que suba a su Arca... así que, sin pensármelo dos veces, monto en la caja (o ahora se llama bankia) de la camioneta y, erguido cual Rodrigo de Triana en su cofa, voy oteando el horizonte en busca de la nueva tierra... digo, laguna. Cuando Noé posa su Arca sobre su particular Ararat (la finca a la que lleva a pastar las vacas), dándole mil gracias prosigo mi caminar hacia la ya próxima lagunita. Ya en sus orillas hay un pequeño "tira y afloja" con una vaca y su ternero, pero no llega la sangre al río (ni tampoco a la laguna). La foto de rigor y a por el siguiente destino porque, si bien ayer-tarde mis rodillas algo se quejaban, tras engrasarlas, hoy sí, con un nutritivo desayuno, parece que se encuentran a pleno rendimiento.
10:45 Llego al inicio del sendero PR02, que me lleva a atravesar el Mistério de Prainha (aquí llaman mistérios a los extensos campos de lava). Voy disfrutando de este insólito paraje cuando, sobre mí, empieza a sobrevolar una nutrida y chillona bandada de gaviotas. De repente "algo" pasa graznando muy cerca de mi cabeza... ¿me están atacando? No, no lo creo. Pero, para salir de dudas, decido quedarme quieto. De inmediato, una de las gaviotas hace un vuelo rasante a escasos centímetros de mi testa y, encima, gritando (como si no la fuese a oír, sobrevolándome tan cerca). Pues va a ser que sí, que quieren que me vaya de aquí. Así que, al grito de Hitchcock (digo, pies) para qué os quiero, a una velocidad que para si quisiera el Correcaminos (ya sabes, el del beep, beep), pongo pies en polvorosa. Esto me hace pensar si la prohibición del otro día, en el camino que discurre a lo largo del litoral, era por no molestar a la colonia de "garajaus" o para prevenir que alguien perezca en el trayecto. Pero, espera, seguro que eran harpías, enviadas por Poseidón para intentar cobrar venganza por su derrota.
11:55 Sano y salvo llego a un punto en el que el sendero oferta dos opciones, en sentidos diametralmente opuestos: ir hacia el oeste y terminar en São Miguel Arcanjo (3,1 Km); o dirigirse hacia el este y finalizar en Baía das Canas (5 Km). Vaya dilema. Yo no quisiera hacer de menos a ninguna, aunque quizá llevo ya suficientes kilómetros a mi espalda... pero tras una rápida inspección de esta parte de mi anatomía, allí no encuentro ni pizca de alquitrán ni de asfalto, sólo mi inseparable mochila, por lo que me digo... piernas, ¿para qué os tengo? y, en respuesta, ellas deciden llevarme a cuestas hacia el Oeste.
12:30 Llego a São Miguel Arcanjo (pueblito situado a media ladera) y, en un templete que hace las veces de elevado mirador frente al océano, descanso mientras me tomo el almuerzo. Ahora toca desandar este trecho del camino para poder realizar la segunda de las opciones.
13:30 De regreso en la bifurcación de los dilemas, pongo ahora rumbo Este hacia el punto final de mi recorrido. El sendero me conduce a través de un espeso bosque cuando...
14:00 A mi izquierda, aparece OTRO camino que no viene reflejado en el mapa: umbrío, sin marcas, solitario (bueno, esto último no es que sea un distingo, visto lo visto hasta el momento). Recibo este hallazgo como ambrosía con la que calmar mi hambre de aventuras y néctar con el que apagar mi sed de descubrimientos... y allá que va Nofahuer a investigarlo. De inmediato queda claro que el camino es bueno, tiene un trazado horizontal y transita por un bosque de ensueño.
14:20 El por todos desdeñado (¿olvidado?) camino me ha llevado hasta la pista por donde pasé, hace rato, cuando me dirigía hacia São Miguel Arcanjo. Ni corto ni perezoso recojo una buena provisión de trozos de lava y construyo un hito: señores, este sendero no estará certificado pero, desde luego, yo lo he "volcanizado". Nuevamente toca desandar una porción del itinerario pero, como es por la recién descubierta vereda, se hace sin reparos.
16.00 Alcanzo mi meta de hoy, Baía das Canas (este pueblito sí es costero, motivo por el que lo dejé para el final) y, para mi sorpresa, al final de su larga playa de cantos rodados vislumbro algo de arena negra. Me encamino hacia allí y, en efecto, es una pequeñísima playa de arena (pues no decía la guía que sólo había UNA en toda la isla). Ya imaginas lo que viene a continuación: bañito refrescante, esta vez no en piscina artificial ni en zarandajas por el estilo, sino en pleno océano salvaje.
18:30 Acude Luis con su navío a mi rescate y, juntos, regresamos a mi hotel.
Con este recorrido se me han acabado los doce senderos "certificados" que existen en Pico. Y es que, haciendo un juego de palabras un poco forzado, para un NOFAHUER cualquier objetivo está NO FAR, I GUEST.
Epílogo.
Si piensas que lo relatado es una caminata de aquí te espero, te contaré lo que me narró José hace unos días. Su abuelo, todos los fines de semana, caminaba 40 Km para visitar a la que sería su futura esposa... y otros tantos para regresar a su casa. Y es que va a ser verdad ese dicho de El amor mueve montañetas... o era algo de tirar con un par de carretas.
Y para finalizar (creo que hoy me estoy pasando) quiero desvelarte uno de mis más íntimos secretos: el lugar donde se encuentra el filón del que extraigo las ideas con las que compongo estas crónicas. Pues no es otro que la olla, llena de oro dicen, que existe al final del arco iris, aunque para mí lo que contiene son ideas y sentimientos, y es caminando por siempre hacia ese punto inalcanzable que voy recogiendo ideas del rocío matutino, con el que regó mi camino el postrero de los arco iris.
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- La primera de las crónicas de mis andanzas por la isla Pico: 28 de mayo de 2011.
- La crónica de mañana.
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