2011-06-08 GRA Vuelta a la isla a lo largo de la costa (incluye sendero PR03: Baía da Folga)

8 de junio de 2011. Día de lluvia y niebla.

A TENER EN CUENTA
Recorrido
Marcha realizada sin GPS, por lo que sólo se indican los principales puntos de interés por los que discurrió su trazado.
Con estas dos rutas puedes conseguir (casi) el track de esta marcha.

Catálogos
Otras rutas por Las Azores.

CRÓNICA
7 de junio de 2011: un viaje azaroso provoca un reposo forzoso (cambio de isla).
Y ya estoy en Graciosa. Mi transportista (no se me ha ocurrido preguntarle el nombre, ¡qué desliz el mío!) es tan amable como lo fue Fernando: me indica dónde está el supermercado, la zona de baño, la oficina de turismo...
Llego al hotel que, siendo benévolos, bonito, lo que se dice bonito, no lo es. Quizá tenga que ser así para mimetizarse con el entorno. Pero, una vez dentro, es muy moderno y acogedor... y mi habitación nada tiene que envidiar a los aposentos utilizados por los guerreros vikingos tras rendir su vida a Odín. Me voy de compras (la Oficina de Turismo ya está cerrada) y, viendo que el día se me ha ido, opto por un reposo forzoso. De regreso al hotel para dejar los víveres, cientos de lagartijas toman los últimos rayos de sol junto a la acera.
A cenar toca: sopa de brócoli, garbanzos rehogados, patatas cocidas y un huevo duro, melocotón en almíbar, pan y bebida... 7,60 €. Y no ceno más por aquello del mendigo. Y para ayudar a hacer la digestión, subo una pequeña colina coronada por la ermida de Nossa Senhora da Ajuda. Junto a ella hay una plaza de toros que me llama la atención, no tanto por el ruedo (yo no soy muy taurino que digamos) sino por el anfiteatro boscoso del que está rodeada (ya verás la foto).
Todavía es pronto para decirlo, pero parece que aquí los perros son pacíficos y no comparten el destructor instinto de Fenrir, el lobo.
No sé si te lo he dicho alguna vez (no creo): aquí la paz y serenidad se respira por doquier y, así, es un placer el pasear.

8 de junio de 2011: una vuelta POR Graciosa.
07:30 Mientras desayuno en el hotel contemplo la lluvia a través de las ventanas. Hoy, el travieso y taimado Loki se ha despertado graciosillo y pretende aguarme el día. Pues está apañado, porque para caminar... nada mejor que un día nublado.
07:50 Para el paseo de hoy elijo la mochila pequeña que, bien aprovechada, da para: los mapas de la zona, un paraguas, el tubo de crema para la protección solar, un traje de baño (hoy parece que no será día de chapuzón oceánico, pero siempre puede servirme como pantalón de repuesto), el gorro de batalla, la capa para la lluvia, el teléfono móvil, la cámara fotográfica, chocolate, galletas, un par de manzanas, la cantimplora con un litro de agua, un bloc para las notas, bolígrafos de repuesto, la llave de mi habitación y, finalmente, los billetes de avión y los bonos de hotel correspondientes al resto de mi viaje.
08:00 Ha dejado de llover ¡Este Loki! Lo único que quería era ponerme nervioso. Pues bien, voy a dar una vuelta POR Graciosa mientras el clima me lo permita.
08:10 La pista de tierra, por la que iba tan ufano, finaliza en un sembrado. Decido cruzarlo para salir a la carretera y, con la lluvia matutina, imagina qué cantidad de rocío he cosechado (me vendrá bien para esta crónica).
08:30 Comienza a llover. Pero, ¡claro! era de esperar. Al segundo día, tras (re)nacer, te tienen que bautizar. Ya me ocurrió exactamente lo mismo en Pico. Me pongo la capa y... a caminar. La lluvia arrecia y, por si fuera poco, se levanta un vendaval.
08:45 Deja de llover. Estoy empapado hasta el culete (literalmente). De ahí para arriba me ha protegido bien la capa.
08:55 Entro en Lagoa y... los primeros ladridos asesinos. ¡Uy, uy, uy! Que parece que el espíritu de Fenrir sí va a estar repartido entre los canes del lugar (al menos, entre los de los campesinos).
09:10 Llego a Praia, también conocida como São Mateus. El pueblo está plagado de molinos de viento (de los que la capital, Santa Cruz, tampoco está mal provista). Miro hacia el interior (la montaña) y... hoy el horno no está para bollos (ni aunque sean bizcochos): hay tanta niebla que pasaría sin problemas por un potaje de garbanzos. Así que cambio de idea (pensaba ir a la Caldera) y, para no ganar altura (y, con ello, meterme entre las nubes) decido continuar a lo largo de la costa. Ya sabes: el hombre propone y los dioses, nórdicos en este caso, disponen.
09:40 Zona de baño Fonte da Areia.
09:55 Pueblecito de Fenais.
10:10 Me quito la capa, que ya vuelve a estar seca. Los que sabéis de estos cambios de vestimenta, ya suponéis lo que se avecina.
10:15 En efecto, se pone a llover. Y yo me vuelvo a poner la capa.
10:26 Desde un camino lateral contemplo, en lontananza, los Iléhus de Baixo: muy bonitos.
10:30 Deja de llover.
11:00 La capa ya está seca... pero, esta vez, no me la quito. Entonces, en vez de la lluvia, quien me visita es la niebla. ¿O soy yo quien ha ido a su morada? Aunque, más que morado, lo veo todo blanquecino... ¡hasta las vacas y toros que por estos prados pastan!
11:15 Investigo un camino lateral que desciende hacia la costa. Por delante de mí corretean, espantados, decenas de conejos. Al llegar al litoral, nuevo deleite al contemplar los idílicos Iléhus de Baixo.
11:40 Nuevamente me desvío del itinerario principal para, en esta ocasión, visitar el Faro de Carapacho, situado en la Ponta da Restinga. El viento azota mi costado.
12:05 Desciendo hacia la costa y por fin digo adiós a la niebla.
12:15 Llego a Carapacho, con sus termas y su camping. Me despojo de la capa y, mientras almuerzo, descanso. Desde aquí, la vista de los Iléhus de Baixo es inmejorable.
13:00 Paso junto a una lagunilla, provocando las zambullidas de varias decenas de ranas.
13:10 En el pueblito Alto do Sul.
13:15 Por la izquierda se inicia el sendero PR03 GRA, Baia da Folga. Y, ya te imaginas, sin remordimiento alguno me pongo a recorrerlo.
13:45 En el pequeñísimo faro que existe sobre la colina contigua al portinho. En lugar de regresar por el PR03, que es de ida y vuelta, guío mis pasos por una carretera empedrada que me llevará de vuelta a la carretera (pero unos kilómetros más adelante del punto donde la abandoné para disfrutar de este sendero).
13:50 Junto a la ermita de São Antonio.
13:55 Otro molino de viento. ¡Hum! He visto muchos molinos, mas no a los gigantes, esos sempiternos enemigos de los dioses.
14:00 En el pueblo de Limeira.
14:20 Tomo un camino lateral para visitar Beira Mar, desde donde se contempla la maravillosa Ponta Branca. Es cuando transito por estos perdidos parajes que Odín me envía a sus dos cuervos para que me sirvan de guía... ¿o son, simplemente, un par de chillonas gaviotas?
14:40 La carretera asciende y me introduce en la niebla. El entorno se vuelve, si cabe, aún más solitario y silencioso.
15:00 Atravieso el pueblo en ruinas de Fajã. La niebla se espesa, el viento se levanta y la carretera prosigue su ascenso a través de las nubes.
15:10 Por fin termina el ascenso, de un 10% según la señal de tráfico. Estoy en las inmediaciones de la Serra Branca... aunque yo, blanco, sólo veo (es un decir) la niebla que todo lo envuelve.
15:15 Por mi derecha se inicia el PR01 GRA, Serra Branca, que ya acometeré otro día en el que haya algo de visibilidad.
15:20 A mi lado... pasa UN coche.
15:25 La carretera comienza a descender, con una inclinación también del 10%.
15:40 Por la izquierda arranca la carretera empedrada que lleva a Esperança Velha, cercana a la costa. Pospongo el realizar esta extensión del itinerario (no, no tengo fiebre) hasta el día en el que pueda disfrutar del mencionado PR01.
15:45 En el pueblo de Ribeirinha, donde platico un rato con uno de sus paisanos.
16:00 Me adelanta... OTRO coche.
16:10 La niebla comienza a aclararse y, por fin, me deja entrever la costa.
16:20 Oigo el ruido de una motosierra y veo un perro, de cierto tamaño, que está... ¡suelto! Cuando ya lo he sobrepasado, miro hacia atrás y veo que el chucho ha salido a la carretera (probablemente para ver quién o qué es esa cosa extraña que tiene la ocurrencia de pasear con este tiempecito). La fortuna está conmigo: no ladra y se va carretera adelante, pero para el otro lado.
16:25 Tomo el camino lateral que lleva a Porto Afonso y, cuando llego a dicho lugar... el paisaje que allí encuentro es INCONMENSURABLE. Embriagado por tanta belleza, deambulo sin rumbo fijo por la costa y, de inmediato, descubro otro paraje... INDESCRIPTIBLE.
17:10 Como no hay dos sin tres, pues... pasa junto a mí el TERCER coche. Y, a partir de aquí, por desgracia volverán a ser más frecuentes.
17:20 En la ermida de Nossa Senhora da Vitória.
17:55 Amaga con comenzar a llover. Saco la capa y... mano de santo, todo queda en eso, en un amago.
18:05 En el Faro de Ponta da Barca. Desde él se contempla el Ilhéu Baleira (su silueta recuerda la de una ballena). Pero, más que este islote, lo que verdaderamente me encanta es el acantilado contiguo... SUBLIME. Por casualidad, localizo un caminillo que discurre por el borde de los acantilados... y, como no, lo sigo.
18:50 Llego al extremo de una especie de cabo y... ¡sorpresa! allá abajo, bañado por las aguas del océano, aparece un EXTRAORDINARIO arco marino.
19:00 En Barro Vermelho, zona de meriendas y baño que cuenta con una pequeña playa de arena gruesa y roja.
19:20 Atravieso el núcleo de casas de Terreiros.
19:30 De regreso en Santa Cruz, ceno en el mismo restaurante de ayer (sopa de verduras, pescado frito, ensalada, pan y bebida) y me vengo disparado a escribir esta crónica.
Y así, a lo tonto, lo que comenzó siendo una vuelta POR Graciosa se ha convertido en una vuelta A Graciosa. No sé si ahora darme un paseo para ayudar a bajar la cena. Lo que sí creo es que hoy, en mi cama, voy a dormir sin dar NI una vuelta.
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• La primera de las crónicas de este viaje por Las Azores: 28 de mayo de 2011.
  
• La crónica de mañana.