2008-05-27 Buitres, hayas y lechazo: Riaza-Duraton-Tejera Negra. (II) Ayllon- Riaza

2ª Etapa_ Ayllón - Riaza 75Km

Ha amanecido un día soleado, bajamos a desayunar al centro del pueblo a un bar que nos han indicado que madrugan, donde dormimos no madrugan, después de desayunar recogemos las bicis y preparamos los bártulos, nos vamos a la gasolinera a repostar aire, la etapa de hoy es dura y larga, cruzaremos a Guadalajara y retornaremos a Segovia.
Iniciamos la ruta siguiendo caminos agrícolas hasta la altura de Estebavela donde la primera dificultad nos sorprende, hemos de cruzar el río que lleva un caudal algo elevado y es ancho. No son horas para mojarse y el día aunque soleado al fondo amenaza con lluvia, decidimos cruzar a nado, fuera zapatos y a cruzar. El río esta frío, se aguanta. Continuamos por buenos caminos, entramos en un camino negro de buen firme que nos ha de conducir a Madriguera, no es una subida fuerte pero si continuada. Madriguera es un pueblo rojo atractivo pero hoy vacío quizás en el verano tenga su ambiente. Despedimos a Miguelin después de tomar agua y cogemos la carreterilla que nos llevar al Muyo, ultimo pueblo que veremos en un largo techo y lugar donde el tiempo parece haberse detenido (aunque de lejos parezca algo). Este pueblo pertenece a la comunidad de los pueblos rojos y negros por el color rojizo de la tierra y el negro de la pizarra que lucen las casa en sus tejados. Nos detenemos una vez dejado el asfalto para iniciar la primer subida fuerte que nos ha de llevar a 1500 metros y dejar Segovia, comienza a llover, tomamos las que serán las primeras barritas energéticas de las muchas que hoy tomaremos. La subida se inicia dura, una portilla, otra mas y otra, una subida otra mas y otra… a nuestra espalda el páramo y al frente se inicia un pequeño hayedo una bajada que concluye en una nueva portilla y una subida fuerte donde destaca una pequeña cascada de agua que nos hace saber de la lluvia de estos días. La subida no cesara hasta llegar al collado, al que entramos tras abrir una nueva portilla, estamos en la provincia de Guadalajara, Collado de los infantes 1.548 m. No acabamos de decidir, el HYPY-S, el operador y sus acompañantes por donde hemos de seguir, entre tanto llueve y comienza a granizar. Las vacas que allí pastan nos miran extrañadas y se nos acercan. Definitivamente tomamos el camino que creemos correcto siguiendo la intuición y los mapas, mandamos a Jorge de explorador, a su regreso el HYPY-S y nuestra intuición prácticamente coincide así que después de una nueva barrita, y a la vista del largo descenso que no espera por pista, me coloco la capa y nos vamos. La bajada es larga, graniza y llueve abundantemente, hace frío. Llegamos al cruce donde podemos ir a Cantalojas cosa que no queremos hacer o entramos de frente al parque. Como llueve mucho y queremos ir al centro de interpretación optamos por ir a Cantalojas después de hacer una llamada al centro del parque para que nos den su ubicación. Llegados al centro del parque llueve hace frío y Jorge esta desencajado, el guardia nos aconseja variar la ruta, desechamos su consejo y nos vamos cuanto mas llueve hacia el mismísimo corazón del parque, poco a poco por una muy buena pista, tomamos altura dejando el río a nuestra derecha con unas vistas y un aspecto inmejorable, si el tiempo fuera bueno podríamos haber ido próximos al río aunque las vistas desde aquí son mas llamativas. La lluvia va cesando llegando al parking del parque, la lluvia ha parado y un rayito de sol nos devuelve el ánimo y el calor. El paisaje es espectacular y el valle que se forma es muy bonito, un rió cristalino y caudaloso cruza el valle, Río Lillas. Reponemos fuerzas con una nueva barita e investigamos la ruta a seguir, el HYPY-S no se define del todo, decidimos que la ruta buena es Cruzar el río y tomar una senda que se adentra en el hayedo en fuerte pendiente a buscar y una buena pista que se adivina metros arriba.
La dirección de Morcate se bloquea, la revisamos sin excesiva atención, una vaca acaba de parir la cría aun no esta en pie y el cordón todavía le cuelga a su madre. Buscamos por donde cruzar el Arroyo de Valdecerril y en esta ocasión ni nos molestamos en bajarnos de la bici. Lo cruzamos sin novedad e iniciamos el ascenso que nos ha de devolver a Segovia. La senda se inicia entre pinos, rápidamente toma altura, desemboca en una pista que sube y sube y sube dando vueltas y revuelta, a medida que subimos el valle se ve mas pequeño y la visión de conjunto es mas impresionante. En un momento determinado el HYPY-S no saca del camino y nos vamos entre pinos y bosque en busca del collado. Subimos por un camino senda con buenas vista ciclable y con meta en el collado, un rebeco salta próximo a lo más alto sobre el roquedo, una nueva barrita antes de coronar, un descanso y un poco de agua. Una foto un trago unos metros y así avanzamos entre pinos hayas y rocas. Hemos tenido suerte ha dejado de llover y nos ha permitido una subida aceptable comparado con el aguacero que traíamos hasta el fondo del valle. Por fin estamos en el punto más alto de la ruta el collado de Valdehorcajo (1.648 m), felices como tres “machupichus”, esperando el gran descenso. Iniciamos el descenso buscando una senda, una pista, el HYPY-S por unos metros a un lado u otro indica bajar por el cauce del arroyo, el camino esta malo a penas hay senda y decidimos salirnos del curso del arroyo, tenemos el inconveniente y el miedo de poder quedarnos colgado en algún cortado, lo vamos evitando con la vista hasta entrar en el hayedo donde vamos montando a tramos evitando los arbole, al fondo vemos la caseta de captación de agua lo que indica que estamos próximos al camino donde finaliza el descenso entre árboles para tomar una pista, bajamos buscando la caseta y efectivamente estamos en la ruta tal y como indica el HYPY-S, ahora. Una corta parada para descansar del descenso que con las maletas no resulta menos fácil que una subida y ahora a disfrutar. Hemos dejado un hayedo que en otoño estará precioso, ahora mismo los árboles están empezando a brotar y el bosque se ve pelado, menos mal pues nos ha servido para ver las cosas y guiarnos, en el otoño esto tiene que estar precioso o en la época de la berrea será un espectáculo, ahora mismo esta muy bien y con sol ya debe de ser lo mas de lo mas. Iniciamos el descenso hacia Becerril a tumba abierta estamos desquitándonos de tanto tiempo subiendo con desarrollos cortos y de ir con la bicicleta bajando del ramal, damos rienda suelta a la velocidad que no lleva a tumba abierta hacia el fondo del valle. En una curva pierdo la trazada que por suerte no tiene consecuencias, a Jorge le pasa más de lo mismo. Llegamos a Becerril yo prácticamente sin frenos tengo que tensar los frenos. Becerril es un pueblo de los muchos que debe de haber por la zona sin ningún servicio, mas barritas y seguir ruta. Unas cruces de madera, que aparentemente es un vía crucis, llaman la atencion de Morcate, están insertadas en piedras y luego mas a su alrededor.
Pensamos que lo más duro ha pasado y vamos felices, salimos del pueblo por un lateral del mismo dudando del buen camino que pronto el HYPY-S identifica y nos encontramos con un repecho de órdago a la gorda que subimos como podemos, el cansancio hace mella, nos metemos por una sendas preciosa entre árboles hasta llegar a Martín Muñoz en cuya entrada hay un gran rebaño de ovejas con el pastor, recorremos el diminuto pueblo y preguntamos por un bar o un lugar para comprar algo, no hay nada. Es obligada una parada para descansar y comer el resto de las barritas alguna pastilla de isostar agua, pan de higo y lo que llevamos y nos de fuerza.
Salimos por un buena pista entre hayas en busca ya de la carretera que nos ha de llevar a Riaza donde Miguel ya espera en el hotel desde las 12, ha comido dormido….. encargado una suculenta cena. Entramos en la carretera en la que damos zapata fuertemente, Jorge nos lleva tras de si haciendo la goma y empujando de nosotros, cuando ya no podemos mas entramos en Riaza después de un repecho que nos lleva desde el río a la plaza mayor pasando por su iglesia, son cerca de las 21:00. Ha sido un día duro pero estamos contentos de lo que hemos andado y realmente ha merecido la pena.
Entramos en el Hostal Residencia Plaza dejamos las bicis en el patio y nos vamos a la ducha es un sitio agradable y muy curioso estamos prácticamente solos.
Después del baño un vino en el pastor donde anuncian lechazo, cochinillo, etc y ademas tien un loro. Nos vamos a cenar, al restaurante bajo el hotel. Cecina, morcilla y lechazo (mucho mejor que el de Aranda) todo ello regado con vino de ribera y de postre una tarta de la zona y lecha frita, como colofón una copa en un disco Pub en el que hay poco ambiente pero tampoco necesitamos mucho hoy el descanso se hace imprescindible.