2008-05-29 Buitres, hayas y lechazo: Riaza-Duraton-Tejera Negra. (IV) Carrascal del Rio-Aranda 65 km

4º Etapa Carrascal el Río-Aranda de Duero 51 km

Nos hemos levantado como siempre con la diferencia que hoy sabemos que no desayunaremos hasta mas tarde. Bajamos a la calle sobre las 8:45 después de una ducha, la señora aun no esta, debemos esperar por las bicis, Miguelin haciendo amigos, una persona de su quinta en edad que no en apariencia charla afablemente con él. Llega la hora de tomar las bicis y la señora tiene tienda, compramos unas cerezas, un kilo, que nos sirven de aperitivo antes del desayuno. Cargamos las bicis e iniciamos la partida por carretera hasta San Miguel de Berny donde esperábamos desayunar. Esta todo cerrado y hasta las 11 no hay forma de desayunar, en la gasolinera tomamos unas palmeras y unos bollicaos, la maquina del café o chocolate esta estropeada, hoy no haremos desayuno serio. Esta etapa se nos antoja un poco de transición simplemente una obligación para llegar a Aranda. Aunque es así en ningún momento nos planteamos irnos a la carretera y dejara los caminos. Dejamos el asfalto y nos metemos en un sin fin de camino donde el barro se pega hasta obstruir el puente del freno en aquellos que tenemos de eso. Miguel destapa el frasco de la esencias, jope con el cojo, mantiene velocidades de 25 km/hora que no hay quien pueda con ellas, eso si cuando la cosa se empina top. Me lleva reventaos. Los caminos discurren entre cereales, especialmente trigo y viñedos, Miguelin detecta algún arbejo enano y cosas así, algún conejo sale a nuestro paso y abundantes perdices.
En el camino entramos En Mora de Roa por un campo a través divertido, a la entrada nos reciben un grupo de ranas que hacen un coro estupendo en una charca tras de un muro. A la salida del pueblo después de un corto descenso una larga subida en donde el plato me traga la cadena, nada que una gota de aceite no remedie después de varios intentos de buscar otra avería. En Torregalindo, un bonito castillo en ruinas nos saluda, cruzamos el Río Riaza, Aranda esta muy próxima. La ruta nos lleva ya irevisiblemete al asfalto solo restan unos kilómetros por asfalto y estamos en las afueras de Aranda, en el mismo lugar donde iniciamos la ruta, hemos concluido con éxito la andadura. Buscamos para lavar las bicis en la gasolinera, pero no funciona el elefante azul, con un poco de agua quitamos lo mas gordo. Para nosostros las piscinas, preguntamos y nos dejan ducharnos previo pago de la entrada, solo hay una toalla, el único que tiro de ella fui yo, para otra vez cuando sea un circular se puden llevar cosas y dejar en el coche.
Una vez limpios y vestidos dejamos las bicis y las cosas en la piscina y nos vamos al centro a comer y recoger el coche.
Un paseo hasta el centro, un vinito, la visita de la bodega histórica del llagar de Isillas y una copiosa comida (menú degustación) ponen el fin de fiesta. La velada de los chupitos aun se podía alargar mas pero el viaje que aun resta es largo, una pena cortar el vacilon, pero es lo que tenemos.
Buscamos una carnicería compramos unos lechazos y nos vamos. Concluimos y nos volvemos a Asturias con un buen sabor de boca y las ganas de volver a otra aventura.