Barakaldo a Bakio por la costa
near Elguero, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Es esta una ruta muy variada y no excesivamente peligrosa. Cuando atravesamos las zonas más dénsamente pobladas, se circula por carriles bici. Hay algún pequeño tramo de carretera con tráfico (entre Sopelana y Plentzia) pero el resto son carreteras que se usan poco y no son muchos los coches que te adelantan. Con todo, al discurrir por zonas "turísticas" es recomendable hacerla entre semana.
La primera parte de la ruta corre por la márgen izquierda de la Ría de Bilbao. Entre Barakaldo y Sestao y hasta la década de los 80 del siglo pasado, se concentró buena parte de la industria siderúrgica pesada que tanto ha influido en la identidad de Bizkaia. El paisaje quedó inténsamente marcado por aquella actividad y, la regenaración a la que ha sido sometido Bilbao y su entorno, ha llegado pero no del todo hasta aquí. Junto a una rotonda en la que tenemos que abandonar la carretera principal y girar a la derecha se yergue solitario un vestigio del pasado industrial de la zona. El único alto horno que queda en pie. Es ahora un fantasma silencioso y tranqulo. Cuesta imaginar al contemplarlo el pandemonium de ruido, humo, acero y fuego que rodeaba a esta industria.
Tras una bajadita llegamos a la Dársena de la Benedicta. Lo que parece un plácido ensanchamiento de la ría desde el que se aprecia ya al fondo el Puente Bizkaia, fue en su día el lugar donde amarraban los barcos que movían las ingentes cantidades de hierro y carbón que la industria de la zona procesaba.
Comienza aquí un tramo peatonal muy usado por la gente de Portugalete y Sestao (sobre todo los fines de semana de buen tiempo). No hay un carril para bicis delimitado así que hay que hacerlo con cuidado y teniendo en cuenta que la prioridad es siempre de los que marchan a pie.
Llegamos hasta el Puente Bizkaia (para los que peinamos canas ha sido siempre y será el Puente Colgante). Fue declarado hace unos años Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es una obra que merece ser admirada porque es un símbolo de la revolución industrial que ha llegado en uso hasta nuestros días. Además, solo quedan en este momento en el mundo 8 trasbordadores colgantes y este es sin duda uno de los más imponentes. Sacamos un billete y cruzamos la ría con nuestra bici en la zona central destinada a los vehículos.
Hemos cogido la barquilla en Portugalete y nos ha dejado en Getxo. Comienza aquí un tramo de carril bici muy especial con El Abra (la puerta de entrada a Bilbao desde el puerto) a nuestra izquierda. Disfrutadlo porque en cuanto cruzamos el tunel para atravesar por debajo la Avda Zugazarte tenemos unos cuantos kilómetros de carril bici que discurre entre casas y paralelo a carreteras. Es tranquilo pero no muy bonito.
Hasta que llegamos a Sopelana y sus fantásticas playas. Entramos por el gran aparcamiento (en verano y con buen tiempo se queda pequeño) y podemos subir a un pequeño promontorio desde el que ver la playa de Atxabiribil a un lado y la Salbaje al otro. La primera foto de la ruta (en la que se ve la bicicleta) está sacada desde ahí. Retrocedemos un poco por donde hemos venido, tomamos de nuevo un tramo de carril bici hasta llegar a una rotonda en la que tenemos que girar a la derecha. Un pequeño tramo de carretera de bajada y cruce a la izquierda. Tomamos la carretera principal que nos va a llevar hasta Plentzia. Buen asfalto, tramos con arcén y bastante tráfico.
La llegada a Plentzia es muy llamativa porque entramos al pueblo cruzando una gran pasarela colgante que salva la ría. Podemos entonces pedalear por el borde de la misma si no hay mucha gente (es una calle peatonal). En días festivos no es recomendable y tendremos que usar la carretera que corre paralela pero rodeada de edificios. Pasaremos junto al puerto deportivo y enseguida veremos la playa de Plentzia delimitada por un espigón a un lado y el Centro de Investigación Marino de la UPV al otro. A partir de este edificio se considera que la playa es la de Gorliz. Preciosa. Presidida por uno de los hospitales más antiguos de Euskadi (principios del siglo XX). Un edificio soberbio que le da al entorno un carácter muy especial.
Nos queda una parte de la ruta muy diferente a la recorrida. Porque al doblar a la derecha una vez pasado el hospital vamos dejando a nuestra derecha el pueblo de Gorliz y nos va a tocar "sufrir" la típica orografía cantábrica. Pueblos pesqueros en el fondo de valles a la orilla del mar y montañas entre ellos que tendremos que ir subiendo y bajando. A lo dicho, empezamos con una subida no muy dura y su correspondiente bajada hasta Armintza, pequeño pueblo pesquero con un puerto muy particular.
Partimos de Armintza hasta nuestro destino final, el pueblo de Bakio. Es la parte más dura del recorrido porque tenemos primero unos tramos de contínuos toboganes (desde uno de los altos podemos parar a ver las ruinas de la central nuclear de Lemoiz, la que jamás se llegó a terminar y estuvo en el centro de uno de los episodios oscuros de nuestra historia reciente) y después una prolongada subida por el monte Jata. Cuando llegamos al alto tenemos premio porque podemos parar a descansar y reponer fuerzas en una zona con bancos y un mirador desde el que ya podemos ver la línea de costa con San Juan de Gaztelugatxe en la lejanía.
Nos queda una pronunciada bajada hasta Bakio, nuestro destino final. Es un centro de referencia del txakolí, residencia de verano de muchos vizcaínos y su playa cuenta con una ola muy buena (dicen) para la práctica del surf.
La primera parte de la ruta corre por la márgen izquierda de la Ría de Bilbao. Entre Barakaldo y Sestao y hasta la década de los 80 del siglo pasado, se concentró buena parte de la industria siderúrgica pesada que tanto ha influido en la identidad de Bizkaia. El paisaje quedó inténsamente marcado por aquella actividad y, la regenaración a la que ha sido sometido Bilbao y su entorno, ha llegado pero no del todo hasta aquí. Junto a una rotonda en la que tenemos que abandonar la carretera principal y girar a la derecha se yergue solitario un vestigio del pasado industrial de la zona. El único alto horno que queda en pie. Es ahora un fantasma silencioso y tranqulo. Cuesta imaginar al contemplarlo el pandemonium de ruido, humo, acero y fuego que rodeaba a esta industria.
Tras una bajadita llegamos a la Dársena de la Benedicta. Lo que parece un plácido ensanchamiento de la ría desde el que se aprecia ya al fondo el Puente Bizkaia, fue en su día el lugar donde amarraban los barcos que movían las ingentes cantidades de hierro y carbón que la industria de la zona procesaba.
Comienza aquí un tramo peatonal muy usado por la gente de Portugalete y Sestao (sobre todo los fines de semana de buen tiempo). No hay un carril para bicis delimitado así que hay que hacerlo con cuidado y teniendo en cuenta que la prioridad es siempre de los que marchan a pie.
Llegamos hasta el Puente Bizkaia (para los que peinamos canas ha sido siempre y será el Puente Colgante). Fue declarado hace unos años Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es una obra que merece ser admirada porque es un símbolo de la revolución industrial que ha llegado en uso hasta nuestros días. Además, solo quedan en este momento en el mundo 8 trasbordadores colgantes y este es sin duda uno de los más imponentes. Sacamos un billete y cruzamos la ría con nuestra bici en la zona central destinada a los vehículos.
Hemos cogido la barquilla en Portugalete y nos ha dejado en Getxo. Comienza aquí un tramo de carril bici muy especial con El Abra (la puerta de entrada a Bilbao desde el puerto) a nuestra izquierda. Disfrutadlo porque en cuanto cruzamos el tunel para atravesar por debajo la Avda Zugazarte tenemos unos cuantos kilómetros de carril bici que discurre entre casas y paralelo a carreteras. Es tranquilo pero no muy bonito.
Hasta que llegamos a Sopelana y sus fantásticas playas. Entramos por el gran aparcamiento (en verano y con buen tiempo se queda pequeño) y podemos subir a un pequeño promontorio desde el que ver la playa de Atxabiribil a un lado y la Salbaje al otro. La primera foto de la ruta (en la que se ve la bicicleta) está sacada desde ahí. Retrocedemos un poco por donde hemos venido, tomamos de nuevo un tramo de carril bici hasta llegar a una rotonda en la que tenemos que girar a la derecha. Un pequeño tramo de carretera de bajada y cruce a la izquierda. Tomamos la carretera principal que nos va a llevar hasta Plentzia. Buen asfalto, tramos con arcén y bastante tráfico.
La llegada a Plentzia es muy llamativa porque entramos al pueblo cruzando una gran pasarela colgante que salva la ría. Podemos entonces pedalear por el borde de la misma si no hay mucha gente (es una calle peatonal). En días festivos no es recomendable y tendremos que usar la carretera que corre paralela pero rodeada de edificios. Pasaremos junto al puerto deportivo y enseguida veremos la playa de Plentzia delimitada por un espigón a un lado y el Centro de Investigación Marino de la UPV al otro. A partir de este edificio se considera que la playa es la de Gorliz. Preciosa. Presidida por uno de los hospitales más antiguos de Euskadi (principios del siglo XX). Un edificio soberbio que le da al entorno un carácter muy especial.
Nos queda una parte de la ruta muy diferente a la recorrida. Porque al doblar a la derecha una vez pasado el hospital vamos dejando a nuestra derecha el pueblo de Gorliz y nos va a tocar "sufrir" la típica orografía cantábrica. Pueblos pesqueros en el fondo de valles a la orilla del mar y montañas entre ellos que tendremos que ir subiendo y bajando. A lo dicho, empezamos con una subida no muy dura y su correspondiente bajada hasta Armintza, pequeño pueblo pesquero con un puerto muy particular.
Partimos de Armintza hasta nuestro destino final, el pueblo de Bakio. Es la parte más dura del recorrido porque tenemos primero unos tramos de contínuos toboganes (desde uno de los altos podemos parar a ver las ruinas de la central nuclear de Lemoiz, la que jamás se llegó a terminar y estuvo en el centro de uno de los episodios oscuros de nuestra historia reciente) y después una prolongada subida por el monte Jata. Cuando llegamos al alto tenemos premio porque podemos parar a descansar y reponer fuerzas en una zona con bancos y un mirador desde el que ya podemos ver la línea de costa con San Juan de Gaztelugatxe en la lejanía.
Nos queda una pronunciada bajada hasta Bakio, nuestro destino final. Es un centro de referencia del txakolí, residencia de verano de muchos vizcaínos y su playa cuenta con una ola muy buena (dicen) para la práctica del surf.
Waypoints
Waypoint
17 ft
Avda. Zugazarte
Waypoint
13 ft
Comienzo Carril Bci
Waypoint
168 ft
Comienzo subida prolongada
Waypoint
218 ft
Cruce carreteras
Waypoint
110 ft
Cruce con carretera poco trafico
Waypoint
153 ft
Cruce con carretera principal
Waypoint
34 ft
Entrada a Bakio
Waypoint
191 ft
Fin carril bici
Waypoint
6 ft
Pasarela sobre río Galindo
Waypoint
4 ft
Playa Plentzia
Waypoint
7 ft
Puerto Deportivo
Waypoint
31 ft
Tunel
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