CAMINO SANABRÉS de SANTIAGO ETAPA 5: ORENSE-LALIN

La salida de Orense, en esta quinta etapa del Camino Mozárabe-Sanabrés de Santiago, se inicia con una fuerte pendiente en sentido ascendente nada más cruzar el puente sobre el Miño, por lo que decido abandonar el recorrido oficial y seguir durante unos km por la Nacional 525, salvo algunos tramos por el Camino, como el de Os Coiñas y Gustei y el de Bouzas y Faramontanos. Poco después de pasar este pueblo se pasa por un camino empedrado con grandes losas, no ciclable durante un tramo, pasado el cual continuamos nuestro camino hasta Cea, también por el Camino casi todo el trayecto. En este bonito pueblo, cuyas calles principales estaban engalanadas con flores y colgaduras por ser el día del Corpus. Hacemos un pequeño descanso para tomar un café en la terraza del Bar Vaticano y, haciendo caso a un lugareño que me recomendó visitar el Monasterio de Oseira, el Escorial Gallego según él, tomé la variante para ir a dicho Monasterio al que llegaría después de 8 km por complicados caminos pedregosos, encharcados y en muy mal estado. No ciclables en varios tramos en los que tuve que empujar la bici. A la altura de la pequeña aldea Silvaboa, el camino mejora cuando accedemos a una carreterilla rural asfaltada por la que seguiremos hasta enlazar con una carretera provincial a la altura de Pielas, por la que llegamos al Monasterio, que desafortunadamente, encima, no pude visitar porque cuando llegué ya no había más visitas guiadas hasta el día siguiente, por lo que continué la ruta acercándome antes a un mirador desde el que se tiene un bonita panorámica de Monasterio Cisterciense. Seguí el Camino por la carretera por la que había llegado durante unas decenas de metros hasta coger un desvío a la derecha por un camino asfaltado en dirección a Castro, pasando antes por múltiples pequeñas aldeas como Betar, Canices, Cales, O Outeiro, Covelos, As Nogueiras y otras más, en ninguna de las cuales encontré nada abierto para poder comer algo y reponer fuerzas, cosa que tuve que hacer en la gasolinera de Castro, en cuyo pequeño supermercado compré lo necesario para hacerme un bocadillo, pues incluso los bares o restaurantes de este pueblo estaban cerrados por ser domingo. Tras un pequeño descanso reanudamos la marcha por la Nacional 525 durante un corto trayecto. Una vez pasado el alto de Santo Domingo cogí a la izquierda nuevamente el Camino que pasa, entre otros pueblos, por Pontenoufe y A Xesta y finalmente llego a Lalín, después de 78 km de una dura y difícil etapa.
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