Fuerteventura 4: de Punta del Salvaje al Istmo de la Pared

Nos despertamos en la más completa soledad en Punta de Salvaje. Es una maravilla este paisaje tan desértico si lo que te gusta es la soledad.

Desde aquí, y por pista de tierra, bajamos por una pendiente empinada a Puertito de los Molinos, que siendo tan temprano el día 1 de enero presenta la apariencia de un pueblo abandonado, sólo están los patos que habitan en el Barranco.

Desde el Puertito empezamos la subida que nos llevará a Llanos de la Concepción primero y después en dirección a Betancuria por carretera.

La subida a los Llanos la hacemos siguiendo el Barranco de los Molinos primero y después el Barranco del Valle de las Cuevas. Cuando pasamos por al lado del Embalse de los Molinos vemos que está completamente seco y se han formado unas concreciones por precipitación en su base. Siguiendo el camino pasamos por la parte trasera de una granja que en ese momento tenía las puertas abiertas. La verdad es que es un camino curioso en el que de repente parece que te has metido en una propiedad privada.

Saliendo de los Llanos cogemos la carretera FV-30, que ese día no estaba muy transitada. La carretera sigue subiendo hasta el Morro del Rincón, lugar concurrido por turistas y ciclistas con un par de esculturas, vistas y plafones explicativos de la morfología de la isla.

Desde Morro del Rincón bajamos a Betancuria, antigua capital de Fuerteventura y bonito pueblo. Desde allí seguimos por la misma carretera hasta Pájara, donde hacemos una parada al lado de una bonita iglesia.

Desde Pájara seguimos la FV-605 en dirección a La Pared. La verdad es que nos hubiera encantado poder continuar por la costa oeste pero no lo vimos factible en plan cicloturista. Según nos comentó un ciclista de la zona, el tramo de los Llanos a Ajuí es más o menos factible, pero a partir de Ajuí el tema se pone realmente complicado.

En todo caso, llegados a La Pared, nos dejamos llevar por la ruta de Very y dormimos en un rinconcito de Playa del Viejo Reyes.