Lucena Jaén por la Vía Verde del Aceite

Nota: el desnivel real es de 600 m. Ignoro por qué, al subir el track a wikiloc, me da 900m. Que no se asuste nadie.
Empieza el día callejeando por Lucena y su casco antiguo, visitando su iglesia, de San Mateo Apóstol, su castillo y su parque. Y metiéndome por callejuelas estrechas. Saliendo por el polideportivo y un polígono industrial se llega a la vía Verde.
Esta es una vía verde que no tiene un tramo plano, o subes o bajas. Tampoco tiene un acabado homogéneo; a veces es todo asfalto, a veces grava, a veces mitad asfalto mitad tierra, alguna vez es solo tierra… Los puentes están restaurados, aunque casi todos tienen el firme muy irregular; han usado las traviesas para ello, pero no le han dado un buen acabado. Así que siempre que se pueda lo mejor es utilizar los andaderos laterales de cemento.
El primer tramo pica para arriba. Alcanzamos Cabra, con su cuidado de estación y dos locomotoras a la vista. A la derecha vamos dejando la sierra de Cabra mientras seguimos subiendo hasta doña Mencía, en cuya estación hay un aparcamiento de autocaravanas.
Esta es una de las vías verdes donde más gente me encontrado, salvo la senda del oso de Asturias, aunque eso fue justo en las vacaciones de verano, recién levantado el estado de alarma por el COVID. La cantidad de gente que te vas encontrando por la vía verde flojea un poco cuando te separas de los pueblos que atraviesa.
Después de doña Mencía, pasamos junto al pueblo más bonito de la ruta: Zuheros, el típico pueblo blanco andaluz, pero abrazando a una peña con un castillo. Tras Zuheros llega Luque y su estación, con bar y restaurante. Conviene aprovisionarse aquí, porque más adelante hasta Martos no tendremos nada. Luque, a la derecha de la vía, también tiene peña y castillo.
Seguimos ruta, cruzamos puentes, pasamos al lado de lagunas (aunque están más secas que la mojama), se ve a lo lejos Alcaudete, de nuevo con peña y castillo… Pero lo que llama la atención allá a lo lejos es la peña de Martos, un fabuloso peñasco con otro castillo en lo alto. Muy pocas ganas de conquistar ese castillo ahí en lo alto, la verdad. Viene un tramo pestosillo, y ojo con los puentes sobre las carreteras. Son de nueva factura, y tienen rampas de acceso y salida bastante pronunciadas. Otro detalle son los bolardos centrales: casi cada cruce de pista, camino o carretera tiene. No vale distraerse mirando el paisaje… entre bolardos, olivos, y almendros , tras muchas pedaladas, se llega a Martos. Casi es el punto más alto de la ruta, hasta Jaén quedan pocas cuestas. Algún túnel se pasa de camino a Torredonjimeno y Torredelcampo, sin iluminar.
La llegada a Jaén es toda una sorpresa, porque a 3 km del fin de la vía no se ve nada que nos haga sospechar que estamos tan cerca de una ciudad de más de 100.000 habitantes. Pero así es. accedemos a Jaén pegados a la vía del tren que si funciona y orientarnos hacia nuestro destino, la estación.
La vía verde del aceite, además de ser la más larga de Andalucía es visita obligada para todo amante de rodar por los antiguos trazados del ferrocarril. Ojalá los horarios del tren Jaén-Córdoba nos hubieran permitido hacerla en sentido contrario.