Montaña palentina & Picos de Europa (4/5) Tresviso - Potes

Después de una subida inicial por una carretera de montaña, empieza lo bueno, una pista que va bordeando por arriba unos collados, con unos hayedos y unas vistas panorámicas que harán que se nos caiga la baba, se ve muchísimo monte. Además la pista es muy buena aunque conviene no acercarse mucho a los bordes para no caer en el abismo (he exagerando un poco).

Más tarde, cambiaremos el camino por una pista de hormigón que nos llevará a uno de los pueblos de montaña más bonitos que he visto, desde arriba las vistas son una maravilla. Es otro pueblo canijo, pero con mucho encanto. Lo malo es la subida que vendrá a continuación, al collado Pelea, con unos mil metros de altitud que no se me van a olvidar nunca, y eso que son “sólo” 3,2 km, pero es que hay que salvar un desnivel de 500 m, con pendientes de hasta un 35%, creo, y claro me toco empujar la bici con las pesadísimas alforjas. Aún así, y lo digo después de haberlo pasado, siempre es mejor que ir por el desfiladero de la Hermida, que tiene bastante tráfico, sobre todo en verano, aunque también es muy bonito. En fin, menos mal que era otro de esos paisajes de ensueño, con cabras, caballos y muchísima alta montaña que me dejó exhausto, creí que no podía pero nunca tire la toalla.

Me podría haber quedado en Bejes, ya que un matrimonio que caminaba por allí, me ofreció su casa y darme de comer, la gente es muy hospitalaria, pero quería avanzar más.

Desde el collado Pelea hasta Cabañes hay una preciosa bajada, de nuevo por hormigón, con muchas curcas de herradura que tanto nos gustan, no se puede ir rápido porque te sales, se puede coger mucha velocidad con esa pendiente.

Y para terminar, vas por un GR bastante entretenido hasta Potes. No se puede pedir más para un día de montaña, bueno si, el premio que nos espera en Potes, para que todo sea perfecto y al día siguiente estemos como nuevos o casi, porque todos los días me dolían un montón las piernas hasta que calentaba y se me quitaban las agujetas. A pesar del cansancio, siempre te queda la expectación del que vendrá al día siguiente y eso es tan intenso que merece la pena, todos los días son realmente increíbles y te sorprenden.