OC79. ABU197. M60108J56. Sierra Nevada. (Etapa 3). Yegen - Capileira

Ciclismo es sinónimo de libertad. En cualquiera de sus modalidades y en cualquier terreno por donde se transite. No hay más que ver cómo los niños pequeñines reaccionan en sus primeras experiencias con sus máquinas de dos ruedas, ellos son muy conscientes de que su bici les otorga libertad además de autonomía. Comprueban cómo ejercen un preciso control sobre los elementos de su máquina y les confirma el inmenso poder que ostentan encima de su sillín, maniobrando su manillar. Estarán acompañados y se pasearán junto a sus padres pero su bicicleta les confirma que ya pueden ser libres y no ser dependientes de los mayores. Digo esto porque aunque ya seas abuelo como es el caso, la ilusión de la bici sigue siendo la misma que la que tenías cuando niño, la de aquella BH de 1967 es prácticamente la misma que la de la Orbea de hoy. Ya sea con artilugio de frenos de varilla o de frenos de disco, la libertad y la pasión siguen siendo indescriptibles, como el primer día, como todos los días y cada día más.
Hoy hemos finalizado la tercera etapa de este particular tour de cicloturismo granadino, carreteras de media montaña de pueblos alpujarreños de Sierra Nevada. Aquí todo son subidas y bajadas que se superan plácidamente a base de plato pequeño y mediano, el plato de 48 no es necesario engranarlo porque en las bajadas apetece dejar de pedalear y dejarse llevar respirando el aire puro de las alturas.
Ls ruta de hoy salió desde Yegen para pronto llegar a Mecina Bombarón que es una localidad que no conocía y que me ha encantado. Por su ubicación privilegiada al abrigo de Sierra Nevada, por sus blancas construcciones, por su limpieza y sus múltiples posibilidades de servicios hosteleros y comercio en general. Luego llegamos a Bérchules que ya era conocido y que últimamente no me cae bien por la payasada del invento fin de año en agosto y sus doce uvas veraniegas. Juviles es un encantador lugar, rodeado de bosques de vegetación mediterránea y un pueblo sencillo donde los haya, De Trevélez todo está dicho y poco o nada podemos añadir que no sea confirmar su encanto. Por cierto, el río Trevélez bajaba repleto de aguas bravas, supongo que fruto de este deshielo anticipado de este loco febrerillo.
Luego de Busquístar, Pórtugos y Pitres, llegamos al cruce para Bubión y finalmente Capileira, pueblo mágico y final de la etapa de hoy. Creo que ha hecho un poco menos de calor y también he notado algo de vientecillo de cara, nada molesto. A nivel personal, resaltar que en prácticamente toda ls ruta me ha llamado la atención las bajas pulsaciones que marcaban los relojes, me venía diciendo que ya era hora de despabilarse pero sería por la relajación del entorno que aquello como que le insistías pero que no quería. Luego, en el cruce Pampaneira- Bubión y Capileira, todo cambió y la máquina interna comenzó a subir de revoluciones. Sería por la pendiente sostenida o más bien sería por pensar ya en la cerveza y el plato de migas que esperaban en la Plaza del Calvario. Mañana regreso a Granada para disfrutar de un fin de semana con la familia y también para unirme a la ruta dominical de mi equipo ciclista. Ya tengo ganas de reencontrarme y pedalear junto a todos los compañeros de Veloclub.
PS: estos días me traen mágicos recuerdos de anteriores rutas cicloturistas con Reme, largos recorridos de deporte y cariño que muy pronto vamos a repetir mi amor.