Vuelta a Iberia X (2013) 7ª Restabal-Güejar Sierra
near Restábal, Andalucía (España)
Viewed 998 times, downloaded 8 times
Trail photos
Itinerary description
7ª Restábal-Güejar Sierra 80Km 2200m de desnivel (1200 de desnivel negativo) y 6:56’ con la bici en movimiento
Con pena nos despedíamos de nuestro alojamiento en Restabal, pues después del trato recibido a nuestra llegada, el desayuno que nos ofreció Pepe fue de escándalo y con toda seguridad ingerimos muchas más calorías, o eso creíamos, de las que íbamos a consumir ese día.
Salimos de Restabal, abandonando el trazado de la TAD (en mala hora), siguiendo la orilla del pantano de Beznar, y aún no habíamos perdido de vista el pueblo cuando tropezamos con el primer contratiempo: un crecido arroyo Torrente nos impedía el paso, debiendo de ingeniárnosla para sortearlo; pero no era eso lo peor que nos pasaría en estos kilómetros iniciales.
Tres escasos kilómetros llevábamos, cuando nos tocó bordear una casa de campo, poniendo en práctica aquello de “retroceder, ni para tomar impulso”, por algo parecido a una senda, por en medio de un bancal y a tramos por encima de los ladrillos de una acequia de un grosor poco mayor que nuestras ruedas. Fueron unos trescientos metros y aún nos lo tomamos de buen humor, pues creíamos que no nos quedaría nada peor que eso. ILUSOS!!!!
Apenas un kilómetro después, una durísima rampa de portland con estrías, empezaba a estrecharse para dar paso a una especie de sacacorchos que nosotros teníamos que subir, y apenas podíamos arrastrar las bicicletas, mientras un paisano nos miraba estupefacto e incluso diría que partiéndose el cuulo de nosotros.
Así que os aconsejo que no se os ocurra seguir este trazado para seguir de Restabal, seguir el original de la TAD y ganaréis tiempo, salud y …mantendréis a vuestros amigos.
Llegamos finalmente a Chite, y pasado Lecrín empezamos a remontar el río Torrente hasta llegar Nigüelas, entrando por la dura rampa de la parte trasera del municipio, y aquí abandonamos definitivamente el trazado de la TAD para continuar a por nuestro objetivo: ver si a la mañana siguiente y por el lado de Güejar Sierra podíamos alcanzar el Veleta.
Antes de abandonar Nigüelas, como buenos valencianos, nos acercamos a visitar la “falla de Nigüelas”, y hasta tuvimos nuestra propia “mascletá” en forma de rampón para acceder al mirador de la misma,.
Ahora venían un buen puñado de kilómetros de rodar tranquilos y aunque el camino picaba ligeramente hacia arriba, llevábamos buen ritmo. Pasamos Dúrcal, saliendo de allí por el Puente de Lata, construido para el paso del Ferrocarril de Granada a Motril, hoy aprovechado como paseo para los vecinos. Poco a poco fueron cayendo Cozvijar y Padul, siguiendo el trazado del viejo ferrocarril.
A la altura de la horrenda megaurbanización del Valle del Puntal, abandonamos nuestro sosegado pedaleo y tuvimos nuestro primer contacto con el Parque Natural de Sierra Nevada, bordeando la Sierra de la Silleta. Durante tres kilómetros fuimos subiendo por una pista en algunos tramos algo rota y con desnivel variable, pero que a estas alturas, a aquellos machotes poco les molestaba. A nuestra derecha llevábamos el Parque Natural, y a nuestra izquierda quedaba la vasta extensión que se prolongaba hasta más allá de Granada.
Rápidamente nos íbamos acercando a Dílar con las tripas retumbando, y no ayudaba para nada ir encontrando, mientras buscábamos donde comer, fuentes en el pueblo en las que la decoración eran recetas de cocina. Curiosa e ilustrativa manera de adornar las fuentes.
La salida de Dílar discurría por el agradable “camino de la Fábrica”, paralelo a la acequia Baja, y que llevaba a una antigua fábrica de luz. Nosotros nos desviamos antes para cruzar el río Dílar y acometer una corta subida antes de dejarnos caer hasta Gójar y continuar por la parte más desagradable de esta etapa. Atravesamos del tirón La Zubia, El Cajar y La Vega, todo ello enormemente poblado y con una cantidad de tráfico del que nos habíamos olvidado durante estos días.
Así llegamos a la vieja carretera que subía a Sierra Nevada, y que nos llevaría hasta Monachil. Y aquí la liamos. Yo llevaba un track, que yendo a buscar el camino de los Neveros nos llevaría hasta la fuente de los Castaños, y de allí dejarnos caer hasta Pinos Genil y chano chano hasta Güejar Sierra. Pues nada, no tuvimos narices a encontrar el acceso al camino, por más que mirábamos el gps, o preguntábamos a los vecinos (nosotros les dábamos los nombres reflejados en la cartografía del gps, y ellos me imagino que lo conocerían por otro) y lo único que nos decían que de allí sólo se salía por el Purche. Así que nos fuimos a por el Purche, sin saber a donde iríamos exactamente, o mejor dicho, desconociendo que tremenda vuelta teníamos que dar. Poco a poco nos fuimos centrando y ubicando aquella carretera, entendiendo finalmente que era la vieja carretera que subía a las pistas de Sierra Nevada.
Larga se nos hizo de narices, y mas con la incertidumbre inicial de desconocer hacia donde íbamos, más cuando eran más de las seis de la tarde. A medida que íbamos ganando altura y viendo que subíamos con relativa facilidad, y lo más importante, ya situados, nos fuimos tranquilizando y como la tarde era agradable, sólo nos preocupaba que cuando llegáramos a Güejar Sierra tuviéramos donde cenar. Alcanzamos el camping de El Purche, y mientras no reagrupábamos, aprovechamos para abrigarnos, aunque en que mala hora, pues hasta alcanzar la carretera nueva de las pistas, aún nos quedaba por superar “una rampita“ con un porcentaje medio del 10%
Ya en la carretera nueva, nos tocaba subir hasta el Centro de Interpretación del Dornajo, donde la ligera llovizna que nos fue acompañando toda la subida, se tornó en agua-nieve. Ya era noche cerrada cuando empezamos a descender, esto lo supimos en la Vuelta 2013, el Alto de las Hazallanas camino de la cola del embalse de Canales, con la adrenalina saliéndose por todos los poros de nuestra piel, al juntarse lo pronunciado del descenso, la oscuridad, el frío, el agua que caía y que por aquél entonces aún no habían arreglado los agujeros que las lluvias habían provocado en la carretera.
Pasamos el susto de esta terrorífica bajada, y tan sólo nos quedaba poner nuestras ateridas piernas a dar pedales para superar otro kilómetro al 10% para alcanzar el pueblo, al que llegábamos completamente de noche, empapados y con la esperanza de encontrar algún lugar donde nos dieran de cenar.
Comer: Casa Pilatos, de menú (unos 12€ por cabeza). Buena sesión de cervezas para empezar, acompañadas de unas generosas tapas de pulpo. Casi inaugurábamos el local y se notaba la impericia del personal, pero con un trato superagradable.
Dormir: Hotel Rural Mirasierra Tlf: 958 484 412 Paseo de Mirasiera 1. 27€ por cabeza, con un buen desayuno. Nos atendió Jose, que se desvivió en atendernos a nuestra llegada y por gestionar el lugar para cenar, pues dada la hora que era, lo hubiésemos tenido muy complicado.
Fotos:
https://www.dropbox.com/sh/h89jiaizi53yxk0/jun8dueoRe
Con pena nos despedíamos de nuestro alojamiento en Restabal, pues después del trato recibido a nuestra llegada, el desayuno que nos ofreció Pepe fue de escándalo y con toda seguridad ingerimos muchas más calorías, o eso creíamos, de las que íbamos a consumir ese día.
Salimos de Restabal, abandonando el trazado de la TAD (en mala hora), siguiendo la orilla del pantano de Beznar, y aún no habíamos perdido de vista el pueblo cuando tropezamos con el primer contratiempo: un crecido arroyo Torrente nos impedía el paso, debiendo de ingeniárnosla para sortearlo; pero no era eso lo peor que nos pasaría en estos kilómetros iniciales.
Tres escasos kilómetros llevábamos, cuando nos tocó bordear una casa de campo, poniendo en práctica aquello de “retroceder, ni para tomar impulso”, por algo parecido a una senda, por en medio de un bancal y a tramos por encima de los ladrillos de una acequia de un grosor poco mayor que nuestras ruedas. Fueron unos trescientos metros y aún nos lo tomamos de buen humor, pues creíamos que no nos quedaría nada peor que eso. ILUSOS!!!!
Apenas un kilómetro después, una durísima rampa de portland con estrías, empezaba a estrecharse para dar paso a una especie de sacacorchos que nosotros teníamos que subir, y apenas podíamos arrastrar las bicicletas, mientras un paisano nos miraba estupefacto e incluso diría que partiéndose el cuulo de nosotros.
Así que os aconsejo que no se os ocurra seguir este trazado para seguir de Restabal, seguir el original de la TAD y ganaréis tiempo, salud y …mantendréis a vuestros amigos.
Llegamos finalmente a Chite, y pasado Lecrín empezamos a remontar el río Torrente hasta llegar Nigüelas, entrando por la dura rampa de la parte trasera del municipio, y aquí abandonamos definitivamente el trazado de la TAD para continuar a por nuestro objetivo: ver si a la mañana siguiente y por el lado de Güejar Sierra podíamos alcanzar el Veleta.
Antes de abandonar Nigüelas, como buenos valencianos, nos acercamos a visitar la “falla de Nigüelas”, y hasta tuvimos nuestra propia “mascletá” en forma de rampón para acceder al mirador de la misma,.
Ahora venían un buen puñado de kilómetros de rodar tranquilos y aunque el camino picaba ligeramente hacia arriba, llevábamos buen ritmo. Pasamos Dúrcal, saliendo de allí por el Puente de Lata, construido para el paso del Ferrocarril de Granada a Motril, hoy aprovechado como paseo para los vecinos. Poco a poco fueron cayendo Cozvijar y Padul, siguiendo el trazado del viejo ferrocarril.
A la altura de la horrenda megaurbanización del Valle del Puntal, abandonamos nuestro sosegado pedaleo y tuvimos nuestro primer contacto con el Parque Natural de Sierra Nevada, bordeando la Sierra de la Silleta. Durante tres kilómetros fuimos subiendo por una pista en algunos tramos algo rota y con desnivel variable, pero que a estas alturas, a aquellos machotes poco les molestaba. A nuestra derecha llevábamos el Parque Natural, y a nuestra izquierda quedaba la vasta extensión que se prolongaba hasta más allá de Granada.
Rápidamente nos íbamos acercando a Dílar con las tripas retumbando, y no ayudaba para nada ir encontrando, mientras buscábamos donde comer, fuentes en el pueblo en las que la decoración eran recetas de cocina. Curiosa e ilustrativa manera de adornar las fuentes.
La salida de Dílar discurría por el agradable “camino de la Fábrica”, paralelo a la acequia Baja, y que llevaba a una antigua fábrica de luz. Nosotros nos desviamos antes para cruzar el río Dílar y acometer una corta subida antes de dejarnos caer hasta Gójar y continuar por la parte más desagradable de esta etapa. Atravesamos del tirón La Zubia, El Cajar y La Vega, todo ello enormemente poblado y con una cantidad de tráfico del que nos habíamos olvidado durante estos días.
Así llegamos a la vieja carretera que subía a Sierra Nevada, y que nos llevaría hasta Monachil. Y aquí la liamos. Yo llevaba un track, que yendo a buscar el camino de los Neveros nos llevaría hasta la fuente de los Castaños, y de allí dejarnos caer hasta Pinos Genil y chano chano hasta Güejar Sierra. Pues nada, no tuvimos narices a encontrar el acceso al camino, por más que mirábamos el gps, o preguntábamos a los vecinos (nosotros les dábamos los nombres reflejados en la cartografía del gps, y ellos me imagino que lo conocerían por otro) y lo único que nos decían que de allí sólo se salía por el Purche. Así que nos fuimos a por el Purche, sin saber a donde iríamos exactamente, o mejor dicho, desconociendo que tremenda vuelta teníamos que dar. Poco a poco nos fuimos centrando y ubicando aquella carretera, entendiendo finalmente que era la vieja carretera que subía a las pistas de Sierra Nevada.
Larga se nos hizo de narices, y mas con la incertidumbre inicial de desconocer hacia donde íbamos, más cuando eran más de las seis de la tarde. A medida que íbamos ganando altura y viendo que subíamos con relativa facilidad, y lo más importante, ya situados, nos fuimos tranquilizando y como la tarde era agradable, sólo nos preocupaba que cuando llegáramos a Güejar Sierra tuviéramos donde cenar. Alcanzamos el camping de El Purche, y mientras no reagrupábamos, aprovechamos para abrigarnos, aunque en que mala hora, pues hasta alcanzar la carretera nueva de las pistas, aún nos quedaba por superar “una rampita“ con un porcentaje medio del 10%
Ya en la carretera nueva, nos tocaba subir hasta el Centro de Interpretación del Dornajo, donde la ligera llovizna que nos fue acompañando toda la subida, se tornó en agua-nieve. Ya era noche cerrada cuando empezamos a descender, esto lo supimos en la Vuelta 2013, el Alto de las Hazallanas camino de la cola del embalse de Canales, con la adrenalina saliéndose por todos los poros de nuestra piel, al juntarse lo pronunciado del descenso, la oscuridad, el frío, el agua que caía y que por aquél entonces aún no habían arreglado los agujeros que las lluvias habían provocado en la carretera.
Pasamos el susto de esta terrorífica bajada, y tan sólo nos quedaba poner nuestras ateridas piernas a dar pedales para superar otro kilómetro al 10% para alcanzar el pueblo, al que llegábamos completamente de noche, empapados y con la esperanza de encontrar algún lugar donde nos dieran de cenar.
Comer: Casa Pilatos, de menú (unos 12€ por cabeza). Buena sesión de cervezas para empezar, acompañadas de unas generosas tapas de pulpo. Casi inaugurábamos el local y se notaba la impericia del personal, pero con un trato superagradable.
Dormir: Hotel Rural Mirasierra Tlf: 958 484 412 Paseo de Mirasiera 1. 27€ por cabeza, con un buen desayuno. Nos atendió Jose, que se desvivió en atendernos a nuestra llegada y por gestionar el lugar para cenar, pues dada la hora que era, lo hubiésemos tenido muy complicado.
Fotos:
https://www.dropbox.com/sh/h89jiaizi53yxk0/jun8dueoRe
Waypoints
Waypoint
2,493 ft
7 16.2km 760m
760 m
Waypoint
0 ft
7 19.6km 730m
Camino
Waypoint
0 ft
7 32.4km 880m
Arroyo De La Calera
Waypoint
0 ft
7 38.7km 940m
Camino De La Fábrica a Cortach
Waypoint
2,428 ft
7 47.7km 740m
740 m
Waypoint
0 ft
7 49.2km 820m
Gr-410
Waypoint
4,593 ft
7 58.3km 1400m
1400 m
Waypoint
4,724 ft
7 59.9km 1440m
1440 m
Waypoint
0 ft
7 72.2km 980m
980 m
You can add a comment or review this trail
Comments