Bikepacking por Navarra y Guipúzcoa

Etapa1
Esta vez, planee una nueva aventura que prometía descubrir una de las zonas más cautivadoras y bellas de Navarra. Sus verdes intensos y su accidentada orografía la convertían en un verdadero paraíso natural. Como sus altas montañas que se alzan orgullosas, envueltas en densos bosques y salpicadas por praderas. Me daban la oportunidad de realizar un nuevo reto personal.

La travesía de tres etapas que comenzan y terminan siguiendo el antiguo trazado del tren del Plazaola, ahora transformado su recorrido en una apacible Vía Verde. Este ferrocarril, que conectó Pamplona y San Sebastián durante casi cuatro décadas, desde 1914 hasta 1953, serpenteaba a través de los valles del Leizarán y del Larraun, sorteando numerosos túneles y puentes en su recorrido sinuoso.
Pero esta es una de las partes de esta etapa antes de aventurarnos por los hermosos valles del norte de Navarra en esta primera etapa. (Comenzamos en Pamplona y terminamos en el mismo lugar aunque la ruta es circular y cada uno empieza donde mejor crea)

La Vía Verde se encuentra en muy buen estado en general. Solo nos aguardaba un pequeño desvío a la N-121, apenas un kilómetro, antes de retornar al trazado de nuevo, justo en las cercanías del encantador pueblo de Sarasa. Desde allí, bastaría con seguir las señales hasta llegar a la población de Latasa pasando antes por la localidad de Irurtzun(En este punto encontré unas obras temporales y por eso hay un desvió de la Vía Verde) entre otros municipios, donde tomaríamos el desvío marcado por las indicaciones de Eurovelo 1.

A partir de este punto, me aguardaba un tramo por carretera de varios kilómetros, siguiendo siempre las indicaciones de Eurovelo, aunque con la tranquilidad de saber que serían vías secundarias con poco tráfico, con un tránsito relajado y seguro en la bicicleta.

El camino me llevaría a través de las encantadoras localidades de Eraso y Etxaleku, donde una fuente me brindo el necesario abastecimiento de agua. Acto seguido, alcance el pintoresco pueblo de Ihaben en un rápido descenso, donde al finalizar el pueblo, tenemos un cruce hacia una pista de grava que no debíamos pasar.. sino a recular.

Así que manteniendo la atención al desvío, continuaremos por esos senderos flanqueados de belleza hasta llegar a un imponente roble centenario. Allí, aproveche para inmortalizar el momento con unas fotografías y recargar energías con unas barritas, preparándome así para la siguiente etapa del recorrido, que me llevaría a la parte más desafiante del día: la ascensión por el largo puerto de Gorostieta a través de la NA-4114. Una vez superado este puerto, me aguardaba un descenso vertiginoso que me conduciría al término de la primera etapa, en el encantador pueblo de Labayen.

En mi caso, opté por alojarme en Labaiengo Ostatua, en Labayen, donde recibí un trato excepcional. En lo que respecta a la gastronomía, no puedo dejar de recomendarlo; su menú variado y elaboración casera conquistaron mi estómago. Para aquellos en búsqueda de opciones más económicas, la zona también ofrece algunos albergues que valen la pena explorar.

Etapa 2
El día comenzó con un excelente desayuno que me infundió energías para afrontar la siguiente etapa, que abarcaba desde las localidades de Labayen hasta Urnieta. Mi intención inicial era llegar a Andoain, pero debido a cuestiones logísticas con el alojamiento, finalicé la etapa en Urnieta, que se encuentra a tan solo 5 kilómetros de distancia de Andoain.

Al salir de Labayen, tomamos un desvío a la derecha en dirección al cementerio, conectando con una pista que me permitió evitar unos cuantos kilómetros de carretera mientras me brindaba unas vistas espectaculares del valle, con el pueblo al fondo. No obstante, una vez de vuelta en la carretera, me aguardaba una larga y placentera bajada que disfruté al máximo.

Al llegar al cruce que señaliza la localidad de Oiz, emprendí la primera subida fuerte del día hacia este municipio, por donde atraviesa la vía Eurovelo 1. Observando el mapa del GPS, vi que la vía hacía un rodeo por el centro del municipio, el cual podía evitar si no deseaba explorar la riqueza arquitectónica del pueblo, siguiendo un atajo que ya está marcado en el track. Y si prefieres ver la riqueza arquitectónica del municipio sigue las indicaciones de Eurovelo 1.

Continuo la ruta siguiendo las indicaciones hacia Donamaria y luego a Gaztelu, donde me desvío a la izquierda, siguiendo las señales de Eurovelo 1. El siguiente objetivo era la localidad de Doneztebe/Santesteban, donde hice una merecida parada para tomar un café.

Proseguí la ruta, esta vez siguiendo la Vía Verde del Bidasoa, la cual me condujo hasta Irún, donde realizaría la parada obligatoria para almorzar. No corregí en el track el desvío hacia el bar, donde se pueden degustar bocadillos, platos combinados, hamburguesas, entre otros. Por si alguno prefiere no complicarse buscando un lugar para comer.

Unas de las anécdotas del día fue que, por comer en ese lugar, me obsequiaron con una botella de vino que tuve que rechazar debido al peso adicional... ¡Justo la única vez que me regalan algo me pillan con la bicicleta! Jajaja.

En Irún, abandone la Vía Verde para seguir el Camino de Santiago Vasco del interior, que no debe confundirse con el de la costa. El Camino de Santiago Vasco del Interior, también llamado Ruta Jacobea Vasca o Ruta de Bayona, fue la más importante entre los siglos X y XIII.
Esta parte del camino, en mi opinión, es la más hermosa, aunque a su vez bastante exigente debido a la acumulación de kilómetros en el día y al terreno accidentado que desafiaba mis piernas. Eran alrededor de 30 kilómetros hasta el final de la etapa prevista.

Sin embargo, no pude continuar por el Camino de Santiago debido a un problema con mi indumentaria (la suela de una de mis zapatillas se desgarró), lo que me obligó a cambiar parte del recorrido por un tramo de carretera con el objetivo de llegar antes de que cerraran las tiendas. Después de unos arreglos en las zapatillas que podrían haberle dado lecciones a Macgyver, logré llegar al final de la etapa, aunque no pude comprar nada un sábado por la tarde. Así que al día siguiente, una nueva aventura me aguardaba. Pero el que quiera puede seguir las indicaciones del Camino de Santiago desde Oyarzun que es desde donde me salí a la carretera. Al final los recorridos se unen de nuevo.

Etapa 3
Última etapa de esta emocionante aventura de bikepacking.
Mi plan era regresar por la Vía Verde del Plazaola, sin embargo, el día comenzó con un pequeño contratiempo al descubrir que el primer túnel estaba cerrado por obras, y lamentablemente, no había ninguna señalización que advirtiera su cierre desde el inicio de la Vía Verde del Plazaola.
Así que, con algo de mala leche, me vi obligado a dar marcha atrás y buscar una ruta alternativa para volver a enlazar con el camino más adelante. Un lugareño me señaló una alternativa que seguía un antiguo canal de agua cerca de una antigua papelera (factoría), que me dejó a pocos metros del Plazaola. Claro, no faltó el último desafío: un corto pero empinado repecho al final. En el ciclismo, nada es fácil, ¿verdad? Jiji.
La verdad es que, a pesar del contratiempo, valió la pena dar la vuelta para descubrir este camino que serpenteaba por un entorno realmente hermoso.
Una vez reanudada la marcha, comencé a pedalear en dirección a casa. Desde el punto de vista técnico, el regreso no presentaba mayores desafíos, pero físicamente, los kilómetros empezaban a pesar en las piernas. La pendiente constante de aproximadamente un 2% durante los primeros 35 km, sumado a la acumulación de kilómetros de los días anteriores, empezaba a notarse.
Seguí mi ruta, parando un par de veces para reponer agua en algunas de las fuentes que encontraba a lo largo del camino. Un agua fresca y directa del manantial que nace en estos valles que atraviesa el Plazaola. Vale la pena mencionar que esta Vía Verde cuenta con varios túneles sin iluminación, por lo que siempre es recomendable llevar algo para iluminar. El túnel más largo, con sus 2700 metros, está iluminado, pero el frío en su interior era helador, así que es mejor abrigarse antes de entrar.
A mitad del túnel, pude sentir que la pendiente cambiaba y se volvía descendente, lo que me permitió rodar cada vez más rápido. Esto fue un alivio después de varias horas enfrentando la pendiente. En poco tiempo, llegué a Lekunberri, donde decidí hacer una parada para comer antes de continuar. En esta ocasión, elegí el bar ubicado en la antigua estación de tren, que ofrecía un menú variado para todos los gustos y apetitos.
Con las energías renovadas, continué mi camino de regreso, pasando por la localidad de Irurtzun en primer lugar, un lugar que ya había atravesado en la primera etapa de esta aventura, pero esta vez en sentido inverso al primer día. Recorrí de nuevo esos primeros kilómetros que ahora se convertían en los últimos de este gran viaje. Así concluía esta travesía de tres etapas que, inicialmente, estaba planeada para ser de cuatro etapas de unos 60 km +/-, pero me emocioné y me vine arriba recorriendo medio tramo del día siguiente en las dos últimas jornadas.
Ganando un día para descansar.
Para aquellos curiosos sobre los "apaños" que realicé en mis zapatillas, aguantaron perfectamente hasta el final de la aventura, llegando a casa sin problemas. Salvo por los aspectos estéticos de llevar unas zapatillas atadas con cordones y velcros para unir la suela a la tela. ¡Jajaja!