(Tour de Hierro) Alcázar de San Juan - Villanueva de Alcardete

Alcázar de San Juan - Villanueva de Alcardete

Hoy por fin puedo editar la preciosa ruta que hice con mi compañero y amigo Chema, sobre un precioso proyecto denominado "Tour de Hierro" que, aunque aún está en pañales, pronto se constituirá como uno de los principales retos de todos los aficionados al cicloturismo de nuestro país.
Todos los pormenores de este proyecto están representados por Manuel Cámara como director, quien nos ha ayudado desde el minuto uno, y los podéis encontrar en la página web tourdehierro.com
Se trata de una iniciativa que pretende descubrir y potenciar la España vaciada, que tanto ha sufrido la despoblación en estas décadas pasadas, potenciando su economía con nuestras aportaciones originadas por nuestro paso en forma de pernoctas, comidas, productos de las zonas, tapas en sus deliciosos bares etc., al tiempo que recorremos y disfrutamos de unos paisajes espectaculares y una riqueza arquitectónica propia de nuestro pasado genuino.
Espero que os guste y disfrutéis tanto como nosotros.

Comenzamos en Alcazar de San Juan por motivos técnicos, y nos dirigimos hasta el pueblo cercano de Campo de Criptana para, desde allí tomar dirección al Toboso (donde Don Quijote adulaba a su Dulcinea), pasando antes por unos paisajes llanos pero de una hermosura destacable, donde nos encontramos con unas ruinas que, sinceramente, no esperábamos, pero que nos obligó a subir y detenernos para disfrutar de las vistas y del lugar, pues nada nos hacía pensar que allí hubo en su día un importante centro de culto religioso, al encontrarse alejado de cualquier núcleo poblacional. Sus proporciones son algo desmesuradas para lo que nosotros nos esperábamos una vez divisada en lontananza.
Allí nos hicimos unas cuantas fotos y decidimos continuar camino hacia El Toboso, una localidad famosa por la literatura cervantina y que no desmerece en absoluto, pues es un pueblo muy bonito lleno de belleza y de historia que bien merece la pena conocer.
Comimos allí en el restaurante "El Toboso" (muy bien por cierto) y pedimos que nos firmasen el Salvoconducto de nuestro querido Tour de Hierro.
Desde allí nos dirigimos al pueblo de Miguel Esteban, que ya pertenece a la provincia de Toledo, y que nos obligó -con mucho gusto- a conocer callejeando con nuestras bicis.
Después, y antes de alcanzar nuestro siguiente destino, mi compañero tuvo que retroceder de nuevo hacia el pueblo porque se le olvidó la mochila con toda su documentación en el suelo junto a un banco de la plaza del pueblo. Afortunadamente y por casualidades del destino o por el buen hacer de la persona que la encontró, la dejó de nuevo encima del banco, donde mi compañero volvió a respirar tras el susto inesperado.
Llegamos por fin casi al final de la ruta en Quintanar de la Orden, también otro precioso pueblo donde sellamos en la iglesia y donde el destino quiso que de nuevo mi compañero fuese testigo del reencuentro de dos viejos conocidos, pues el cura resultó ser compañero de estudios de mi compañero y natural de Cazorla en Jaén.
Nuestro objetivo estaba en llegar a Villamayor de Santiago, pero nos quedamos sin alojamiento y tuvimos que reservar en Villanueva de Alcardete donde pernoctamos en el Hotel Cafetería San Roque.
Comentar que tuvimos un día de fuerte viento de Levante de entre 30 y 40 km/h, que nos daba de frente y en el mejor de los casos, de costado dificultando enormemente el pedaleo, aún así disfrutamos tanto de la amabilidad de la gente, como de los lugares tan hermosos y espectaculares que pudimos disfrutar.
La ruta no tiene dificultad técnica pues como se puede observar, el desnivel es mínimo, pero el placer del pedaleo sobreviene por otros motivos alejados de este concepto; los diferentes planos que nos íbamos encontrando tras sobrepasar pequeñas lomas del terreno, que se nos presentaban como el paso del telón que nos lleva de una escena a otra.
Una vez alcanzado el nivel que permitía la visión del siguiente paisaje, nos sorprendía con diferentes colores, texturas o cultivos.

Otro aspecto a destacar es el enriquecedor contacto con las gentes de cada pueblo, donde, con el simple hecho de preguntar algún dato relacionado con sus gentes, era agradable y gratificante en todos los sentidos. Hemos aprendido más interactuando con los lugareños, que con la mejor enciclopedia de nuestro país.