Barranquismo Sima del Diablo
near Faraján, Andalucía (España)
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Itinerary description
Para nosotros fue el bautismo en esto del barranquismo, y aún así resultó bastante sencillo y muy agradable. El acceso, una vez pasado el pueblo de Júzcar, en el Valle del Genal, se hace por un carril que desciende con buena pendiente desde la carretera que une aquél con Faraján, a kilómetro y medio del casco urbano y a la izquierda.
Siguiendo dicho carril se llega a un área recreativa abandonada a las orillas del río Genal. Allí dejamos los coches.
Volvemos a subir a pie y en unos 20 minutos, nos desviamos por una pista a la derecha cortada al poco por la caída del puente que salvaba el río Azúa, ahora destruido.
Para llegar al cauce, donde comenzamos, nos encontramos una cuerda instalada que nos permite bajar a mano los 7 u 8 metros de desnivel que hay.
Ya en el agua, con bajo caudal, vamos caminando entre una frondosa vegetación de ribera.
Así hasta llegar al primer rápel, corto y con un gran tronco atascado en diagonal. Nos sirve para probar el manejo con el material.
El siguiente, poco después, ya es otra cosa: dos saltos de agua consecutivos separados por una pequeña sala donde la corriente y la fuerte caída de agua montan un torbellino de agua pulverizada que te enfría rápido. Además, de éstos, el primero tiene una parte de rápel en vacío que te coge de sorpresa porque desde arriba no se ve. Finalmente, un tramo de paseo por agua hasta los coches y descansar un rato antes de lanzarnos a buscar otra
Siguiendo dicho carril se llega a un área recreativa abandonada a las orillas del río Genal. Allí dejamos los coches.
Volvemos a subir a pie y en unos 20 minutos, nos desviamos por una pista a la derecha cortada al poco por la caída del puente que salvaba el río Azúa, ahora destruido.
Para llegar al cauce, donde comenzamos, nos encontramos una cuerda instalada que nos permite bajar a mano los 7 u 8 metros de desnivel que hay.
Ya en el agua, con bajo caudal, vamos caminando entre una frondosa vegetación de ribera.
Así hasta llegar al primer rápel, corto y con un gran tronco atascado en diagonal. Nos sirve para probar el manejo con el material.
El siguiente, poco después, ya es otra cosa: dos saltos de agua consecutivos separados por una pequeña sala donde la corriente y la fuerte caída de agua montan un torbellino de agua pulverizada que te enfría rápido. Además, de éstos, el primero tiene una parte de rápel en vacío que te coge de sorpresa porque desde arriba no se ve. Finalmente, un tramo de paseo por agua hasta los coches y descansar un rato antes de lanzarnos a buscar otra
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