2021-09-11 Fervenzas -Cascadas- de Mazaricos: Vioxo-Chacin, Santa Leocadia y Firvado.

El mal tiempo supone, en ocasiones, la excusa perfecta para salir de casa. Incluso para hacer turismo disfrutando con responsabilidad del espectáculo natural que, en determinados lugares, propician las fuertes lluvias o el viento. Lo saben bien en Mazaricos donde, aprovechando la llegada del otoño y las primeras precipitaciones, han decidido poner en marcha una singular iniciativa turística que tiene a las cascadas como protagonistas. De hecho, se denomina A Ruta das Fervenzas y pretende dar a conocer algunos de los muchos saltos de agua que salpican todo el territorio municipal poniendo en valor el entorno en el que se ubican y, de paso, potenciar el comercio y la hostelería local con diferentes alternativas lúdicas y lugares donde comprar, comer o dormir.
Aunque la propuesta puede adaptarse a los gustos o posibilidades del visitante, se concibe como un plan de fin de semana y plantea la visita a cinco de las principales cascadas que se reparten por el territorio. Así, el recorrido comenzaría en la mañana del sábado caminando desde el núcleo de Pino de Val a los saltos de Vioxo y Santa Locaia, ambos en la parroquia de Chacín. Tras la comida habría que desplazarse en coche hasta el núcleo de Fírvado, en la parroquia de Coiro, para visitar su cascada y desplazarse posteriormente a la de Noveira, ya en Arcos. El broche de oro a la jornada sería a poco más de un kilómetro de ahí, en el mirador Padre Sarmiento, de O Fieiro, perfecto para disfrutar de un paisaje único en el que se juntan el embalse de Santa Uxía, el monte Pindo y el cabo Fisterra.
Para la mañana del domingo quedaría reservada la fervenza de Gosolfre, la más vistosa pero también la más exigente desde el punto de vista físico, pues requiere de una caminata de más de cinco kilómetros por terrenos abruptos y por densos bosques autóctonos. Bien es cierto que el esfuerzo merece la pena cuando se llega al pie del espectacular salto de agua.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/barbanza/mazaricos/2020/10/04/mazaricos-paraiso-fervenzas/0003_202010B4C5992.htm

En nuestro caso nos acercamos únicamente a las 3 primeras, de las cuales solo la de Vioxo tiene un acceso, que dependiendo de las condiciones de humedad del momento, pueden poner en algún pequeño aprieto a personas no habituadas a andar por el campo. En cualquier caso, si ha llovido recientemente, al realizar la aproximación final andando hasta cualquiera de ellas hay que extremar las medidas de precaución por la presencia de musgo sobre las rocas y barro.

Firvado. La unión de dos ríos rodeados de vegetación hacen un auténtico paraíso de cascadas y pozos. Pozos como el llamado “Pozo Negro” donde, según cuenta la leyenda, el día de San Juan, antes del amanecer, una gran “grade” de oro, emerge de sus profundidades
Vioxo. La Dehesa de Chacín esconde diversos tesoros. Más allá de la belleza tamizada por la luz entre los árboles que regala a quien pasea por ella, alberga también una singular cascada. Durante los meses de más caudal tiene una caída espectacular de diez metros gracias al agua que proviene del Rego do Casteliño.

El sonido vibrante que produce, sumado al hecho de que está en un valle, provoca en el visitante una percepción intensa de aromas, colores y elementos naturales difícil de describir.

Leocadia. La Dehesa de Chacín esconde rincones únicos donde el otoño provoca un estallido de luces, sombras y colores realmente mágicos que nos traslada al “Bosque animado” de Wenceslao Fernández Flórez. Encajonada en un barranco socavado por el río que atraviesa esta dehesa se encuentra la “Fervenza de Santa Locaia” que toma su nombre de la ermita situada a escasos metros. Un rincón absolutamente único conocido por los lugareños como «O Pozo das Campanas», denominación que esconde una hermosa leyenda. Dicen que unos asaltantes llegaron hasta la capilla de Santa Locaia con la intención de robar su campana, cosa que hicieron. En su huida por el penumbroso y accidentado robledal intentaron cruzar el río «Vao de Denonciña» saltando a la otra orilla con la campana a cuestas, pero a causa del espeso musgo que lo cubría todo resbalaron y ésta les cayó al agua. Esta caída provocó milagrosamente el tremendo desplome del terreno que dio lugar a este precioso entorno en el que se funden la fuerza de la vegetación autóctona, la poderosa potencia de la cascada y el misterio de las aguas subterráneas que fluyen desde el agujero, el “burato” que le da nombre.

http://www.mazaricos.gal/turismo/ruta-fervenzas/