29-Petroglifos de Pontevedra (Ruta 3):LABERINTOS de Outeiro das Laxes (Figueirido-VILABOA). Y Monte do Castro 1-2...(SALCEDO)

Conocíamos los petroglifos de Vilar de Matos y Mato das Cruces en Salcedo ( ver la ruta Wikiloc: Petroglifos Vilar de Mato, Mato das Cruces. Salcedo 6-ABR-14).

Sabíamos de la existencia de alguno más en la zona de Figueirido, y fueron unos recientes comentarios de Antonio Costa (en Facebook y en una charla en Marín) sobre el total abandono y olvido de los PETROGLIFOS DE OUTEIRO DAS LAXES DE FIGUEIRIDO (VILABOA), los que nos animaron a conocerlos.

Encontramos fácilmente la extensa Laxe2 que tiene círculos concéntricos, no encontrando hasta tiempo después, debido a la densa silveira y al manto vegetal que la cubre, una parte de la extraordinaria Laxe1 en la que se ven covas y uno de los 2 laberintos que, según el estudio y calco realizados por A. de la Peña en los años 70, tiene esta importantísima piedra, como extraordinarios ejemplos de las muy escasas figuras laberínticas o laberintoides que hay en los petroglifos gallegos! (1).

¡Sí, 2 GRABADOS LABERÍNTICOS PERDIDOS EN LA MALEZA, AL LADO DE PONTEVEDRA!

¿Cómo es posible esto?

¿Es que no somos conscientes de que el Grupo de Petroglifos del Noroeste Ibérico de la sociedades del Cobre-Bronce, incluye la zona del mundo con la mayor concentración de figuras laberínticas y laberintoides grabadas en piedra?

¿Es que no somos conscientes de que dada la probable relación sincrónica de los laberintos con otras figuras (círculos y cuadrúpedos) de nuestros petroglifos realizados en el IIIº y IIº milenios A.C. por las sociedades de la primera metalurgia del Cobre-Bronce, los laberintos canónicos rupestres del Noroeste Ibérico son las representaciones más antiguas conocidas de la idea de Laberinto? (2).

¿Es que no somos conscientes de que lo anterior implica la posibilidad de que estas zonas finisterres atlánticas sean la ZONA DE ORIGEN de este diseño laberíntico, y que desde aquí se haya difundido hacia el Este (como ya había ocurrido antes con los Dólmenes)?

¿Cómo es posible que, en base a dicha realidad arqueológica, nuestra Arqueología no sea pionera y especialista en los estudios sobre el diseño laberíntico en la Historia de la Humanidad?.

¿Cómo es posible que las figuras laberínticas de nuestros petroglifos, a pesar de ser las más bellamente diseñadas que se conocen, y con tanta destreza y maestría grabadas en la roca, no estén OBJETIVAMENTE valoradas como deberían estarlo?

¿Quién falla?. ¿Solo la Administración?. ¿O también está implicada en esta situación de insuficiente investigación y divulgación el mundo de la Investigación Arqueológica?

Entendemos que este silencio plomizo y espeso que ha existido sobre la extraordinaria realidad arqueológica de la figura del laberinto en nuestra tierra, no tiene excusa ni en el mundo de la Administración (Xunta, Concellos) ni en el de la Arqueología (Academia, Museos).

¡Y que Dios reparta suerte!

NOTA: ¡POR FAVOR, POR LO MENOS QUE ALGUIEN LIMPIE LOS PETROGLIFOS DE OUTEIRO DAS LAXES DE FIGUEIRIDO!. GRACIÑAS.



COMENTARIO:

COMBINACIONES CIRCULARES “FALLIDAS” y su relación con los grabados tipo LABERINTO y los llamados LABERINTOIDES o PSEUDOLABERINTOS.

Ninguna certeza existe sobre el origen de la figura del Laberinto en la Historia de la Humanidad. Los estudios clásicos sobre el tema no tienen en cuenta muchos hallazgos arqueológicos relativamente recientes, como los diseños laberínticos rupestres que se siguen descubriendo en la zona del Grupo de Grabados Rupestres del Noroeste ibérico (3).

Probablemente debido a esa ausencia de estudios puestos al día, en la actualidad pervive, quizá de forma bastante acrítica, la clásica hipótesis de que el diseño del LABERINTO “canónico o cretense” (tipo MOGOR) llegó a estas tierras desde las civilizaciones Cretense-Minoica del mediterráneo oriental.

Para algunos habría llegado en el Iº milenio A.C. (final del Bronce y primera época del Hierro), mientras que nuestro arqueólogo A. de la Peña defiende (dada la probable relación sincrónica con otros motivos de nuestros petroglifos) fechas muy anteriores, en el IIIº y IIº milenios (época de la primera metalurgia del Cobre-Bronce), que le sugieren una difusión desde oriente en estrecha relación con los contactos comerciales de larga distancia que realizaban los navegantes mediterráneos poseedores de la tecnología náutica más avanzada, y que le obligan a asumir que los laberintos canónicos rupestres del Noroeste Ibérico son las representaciones más antiguas conocidas de la idea de Laberinto (4).
Muy anteriores al más antiguo laberinto “cuadrado” grabado en la tablilla del año 1300 A.C. encontrada en el palacio de Pilos en Creta (5).

Pero esta hipótesis difusionista de fecha tan antigua plantea muchos interrogantes:
¿Por qué aquí los laberintos son siempre redondeados si los supuestos originales eran cuadrados?.
¿Quién y cómo se tomó aquí la decisión de hacerlos redondeados?.
¿Cómo es posible que SOLO AQUÍ y en esas fechas tan tempranas, se graben en piedra “de repente” laberintos más perfectos y bellos que los originales, mientras que los rupestres de Valcamónica en Italia, muy posteriores, son “chapuceros” y de muy deficiente ejecución?.
Y sobre todo, ¿por qué en nuestra zona hay tanta acumulación de laberintos y laberintoides grabados en la piedra como en ninguna otra zona del mundo?.

Para evitarnos tanta pregunta y conjetura, lo más fácil y cómodo sería suponer que la figura del laberinto cretense llega a nuestras tierras en la transición del bronce al hierro en el primer milenio A.C. Y se acabó.

Pero no podemos dejar de pensar en la posibilidad de que dichos interrogantes pudieran ser explicados mejor por la hipótesis (al parecer bastante plausible por motivos temporales) del más antiguo ORIGEN OCCIDENTAL, incluso noroccidental ibérico, de la figura del LABERINTO en las sociedades prehistóricas del Cobre-Bronce.

Y esta situación nos recuerda mucho a aquella en la que se decía que los dólmenes de los finisterres atlánticos habían llegado desde el oriente, y el carbono14 demostró que los más antiguos eran precisamente los de esos finisterres (Bretaña, Portugal, Galicia...), y que la onda de expansión había sido precisamente, al contrario de lo que se pensaba, de occidente hacia oriente.

Si asumimos que el diseño de la figura del laberinto y los prelaberintos y laberintoides se originó en el Noroeste Ibérico, no es lógico pensar que el complejo diseño canónico plenamente elaborado (tipo MOGOR) apareciera “de repente” en nuestros petroglifos.

Necesariamente tuvo que existir un desarrollo paulatino desde una (o unas) figura inicial básica que, en algún momento y de forma intencionada o casual (más probable) fuera inspirando ensayos y modificaciones paulatinas y progresivas, que fueran originando formas PRElaberínticas, las conocidas formas pseudolaberínticas, hasta llegar al diseño del laberinto canónico.

Los estudiosos clásicos de esta figura ven relaciónes de filogenia entre el laberinto, círculos, círculos concéntricos y espirales.

Nuestra hipótesis es que el proceso de creación-descubrimiento de la figura del laberinto se inicia, en algún momento y en algún lugar del Noroeste Ibérico, en una combinación de círculos concéntricos cuyos anillos más exteriores no se terminan cerrando por modificación intencionada de dicho cerramiento, en relación o no con el surco de salida que habitualmente tienen dichas composiciones circulares.

Si tenemos en cuenta la perfección y belleza plástica que muestran todas las figuras de los grandes petroglifos del Noroeste Ibérico, se evidencia que los autores eran maestros y expertos en la ejecución material de los grabados.

Por consiguiente, debemos valorar sus obras, los petroglifos, como las grandes obras realizadas por los grandes maestros y expertos “artistas” de esas épocas, y deberíamos estudiarlas con la misma actitud de reverencia y asombro y con los mismos métodos con los que estamos acostumbrados a valorar y estudiar las obras maestras de los grandes artistas de épocas posteriores que están en nuestros museos.

Y como grandes maestros del grabado rupestre que son, debemos intentar pensar e investigar en profundidad cómo pudo desarrollarse el proceso intrínseco de creación y ejecución de los diseños y las obras que nos dejaron y perduran.

La inexistencia de errores frecuentes y graves en la ejecución de las figuras grabadas en el granito, hace imprescindible una cuidadosa planificación de cada uno de los motivos que querían grabar, incluso con imprescindibles ensayos previos de perfeccionamiento y puesta a punto del diseño a grabar en algún soporte distinto al definitivo.

Y en este paso de planificación previa de los modelos a diseñar, es el momento en el que se podrían “encontrar-crear” de forma azarosa, e incluso a partir de fallos de ejecución de las pruebas, nuevas ideas y evoluciones de los modelos y figuras a representar.

Por ello pensamos que la existencia de combinaciones de círculos concéntricos no bien cerrados en las laxes de petroglifos, no es un diseño “fallido”, sino bien al contrario, un diseño totalmente intencionado, que fue inspirando ensayos y modificaciones paulatinas y progresivas, que fueron originando formas PRElaberínticas o pseudolaberínticas, hasta llegar al diseño del laberinto canónico.

Dicho proceso evolutivo podría explicar las numerosas figuras de círculos concéntricos en numerosos petroglifos (prácticamente en casi todos) que tienen alguna curva “prelaberintoide” en su diseño, como se aprecia en los clásicos calcos de A. de la Peña Santos (6), realizados en su momento sin ninguna idea preconcebida a demostrar: Naraio I, Laxe das Rodas y Laxe do Carrizo en Muros, Pinal do Rei en Cangas, Laxe das Sombriñas en Tourón, Pedra Grande de Montecelo en Pontevedra, Val do Gato en Verducido, Coto do Outeiro en Tenorio, Laxe dos Cebros en Fentans, A Irena I en Pontecaldelas, Os Carballos en Campo Lameiro, Laxe das Picadas en Poio, Mato das Cruces en Salcedo, Pornedo I en Marín, O Soutiño I en Campo Lameiro, Pozo Ventura en Poio, Pedra da Boullosa en Campo Lameiro, Preguntadouro5 en Chandebrito, la de Amoedo Sur, los ejemplos de espirales inscritas en círculo (¿laberintoide?) entre los muros de cabañas del Castro de Trega...etc.
En fin, tan abundantes son los círculos concéntricos prelaberintoides que probablemente lo realmente escaso son los ejemplos de círculos concéntricos perfectos (Quizá por eso tiene tal magnetismo y belleza el petroglifo O Lombo da Costa de S. X. de Sacos).

Dicho proceso también explicaría la existencia de los escasos ejemplos de “laberintoides”, ya no como ejecuciones fallidas de un laberinto canónico, sino como pasos intermedios en su proceso de diseño completo (los de Chan da Lagoa de Campo Lameiro, los de Outeiro das Laxes de Figueirido, Goadalleira en Marín, el posible de Real Seco en el Monte Tetón)(7).

Y por fin, explicaría la precoz existencia de los conocidos y también escasos laberintos canónicos en las prehistóricas sociedades del bronce del Grupo de Grabados Rupestres del Noroeste Ibérico (Mogor, Campiños, Marzán, Burgueira, Pé de Mula, Outeiro do Cribo, Porto do Son...), en relación a los diseños conocidos en Europa de épocas protohistóricas posteriores (sociedades del hierro).

En cualquier caso, lo que SÍ SE PUEDE AFIRMAR EN BASE A DATOS OBJETIVOS es que en la zona del Grupo de Grabados Rupestres del Noroeste Ibérico del Cobre-Bronce,:

1) Está la más numerosa y significativa concentracion de grabados de figuras laberínticas y pre/pseudolaberínticas descritas en la literatura arqueológica mundial.

2) Que las relaciones sincrónicas con otras figuras de nuestros petroglifos sugieren la cronología más antigua que se conoce para los diseños laberínticos.

3) Y que, independientemente de que pensemos que su origen sea oriental u occidental, tan extraordinaria concentración de tales figuras en nuestros petroglifos, los más bellamente diseñados que se conocen, y con tanta destreza y maestría grabados en la roca, HACE ÚNICA A NUESTRA ZONA, y todos deberíamos porfiar para que nuestra Arqueología llegue a ser pionera y especialista en los estudios sobre el diseño laberíntico en la Historia de la Humanidad.


LA SÉPTIMA2


1-García Alén,A. y Peña Santos,A.de la; “Grabados Rupestres de la provincia de Pontevedra”. A Coruña, Fundación Barrié de la Maza, 1980.
2-Peña Santos,A.de la y Costas Goberna,F.J.; “Los laberintos de tipo cretense en los grabados rupestres galaicos”. Boletín del Instituto de Estudios Vigueses (Glaucopis), nº 6 (283-306). Vigo, 2000.
3-Santarcangeli,P., “El Libro de los Laberintos” (Edición original de 1984). Ediciones Siruela, 1997.
4-Costas Goberna,F.J. y Peña Santos,A.de la; “Los Barcos de los Petroglifos de Oia”. Edita Autoridad Portuaria de Vigo, 2011.
5-www.labyrinthos.net;ww.griegosmicenicos.com
http://laberintostradicionviva.blogspot.com.es
6-Aparicio Casado,B., Carrera Ramírez,F., Peña Santos,A.de la.; “Arte Rupestre en Galicia”. Edicións do Cumio, 2013.
7-Comentario sobre posible laberinto en As Portaxes, pendiente de estudio, de X.L.Vilar en una xeira del IEM en el Monte Tetón.