390. LA PALMA. DE STA. CRUZ A FUENCALIENTE TRAS EL CUMBRE VIEJA

En diciembre de 2021 viajamos a La Palma, pocos días antes de que el volcán Cumbre Vieja dejara de rugir. Una parte de la isla conservaba su relativa “normalidad” mientras la otra se encontraba completamente cercada, prohibiéndose los accesos a la zona castigada por la erupción. Aunque de momento impere la calma, sólo es una tregua hasta que la tierra vuelva de nuevo a abrirse, y vuelque lo que tiene en sus entrañas. Este viaje es el testimonio de los días de lava, pero no defraudará al que acuda después. Allí están las rocas negras, testimonio de la lava del subsuelo, y una buena gente que cada día mira hacia arriba, esperando no ver indicios de humo.
Esta ruta llega desde la capital de la isla, Santa Cruz de la Palma, hasta el punto donde un control impedía el paso. En una corta distancia, veremos como la isla ha crecido sobre los restos de los volcanes, y cual será el futuro tras el cese de la explosión. Nuestro punto de partida es la playa de Los Cancajos, quizá la más conocida de la isla, nos prepara para la que veremos en adelante. Playas de arena negra, rocas del mismo color, y piscinas naturales.
Junto a ella se encuentra Santa Cruz de la Palma, capital de la isla. Tranquila, sus calles adoquinadas y sus balcones de madera labrada que miran al mar fueron testigos de pasadas glorias, especialmente el siglo XVI, cuando era el tercer puerto de Europa después de Amberes y Sevilla, viendo pasar muchas de las riquezas que los españoles trajeron de sus colonias en América.
Abandonamos la ciudad para internarnos en estrechas carreteras de montaña, con una primer alto en El Pueblo. Su pequeño casco histórico es agradable de pasear, con sus antiguas calzadas empedradas, y su artesanía de bordados.
La siguiente parada será Los Canarios. El hecho de que esté alejado de otros núcleos de población, el que sea el pueblo más meridional de la isla, y que esté casi metido dentro de densos pinares, le da un aspecto de aislamiento. Hasta aquí llegaba una ruta senderista mítica, la de los volcanes, que se puede ver en este enlace
259. LA PALMA. RUTA DE LOS VOLCANES. DESDE EL REFUGIO DEL PILAR A LOS CANARIOS.

A partir de aquí empieza la parte más jugosa del viaje, el descenso a Fuencaliente. La carretera sortea un desnivel de 700 metros en apenas diez kms. Se suceden curvas y contracurvas, y el paisaje volcánico se apodera bruscamente del entorno. Hasta la del Cumbre Vieja, la erupción de este volcán fue la más reciente de España. El 26 de octubre de 1971 se abrieron dos bocas que empezaron a expulsar fuego, seguidas en poco tiempo por otras cuatro. Todas ellas, al poco tiempo, quedaron sepultadas bajo el cono del volcán.
Al fondo se va divisando el Faro de Fuencaliente y las Salinas, que aun se explotan en la actualidad. Aquí el paisaje es mágico, el viento azota las piedras negras y el océano las golpea continuamente, junto a la sensación de fuerza dormida, nos hace ver la potencia de la naturaleza y nuestra pequeñez. Para combatir estas impresiones nada mejor que pasar por el magnífico restaurante situado en las mismas salinas.
Bordeamos la costa, pasando entre plantaciones de plátanos en terrenos muchas veces ganados a la lava. Ahora ascendemos nuevamente hacia Los Canarios En el camino nos encontramos el Centro de recepción del Volcán San Antonio, imprescindible para los que hayan sentido curiosidad por los volcanes de la zona y sus consecuencias. Continuamos hacia el norte, hasta toparnos con el control que impide el paso. A pocos metros el volcán seguía desplegando su furia. No queda sino regresar. La noche da otro aspecto al mismo camino de la ida, mientras al otro lado de la isla el volcán no cesa de arrojar lava.
Ahora, cuando los volcanes duermen, es buen momento para visitar la isla. Y pensar que todo el terreno que pisa en su día fue lava salida del fondo de la tierra.