CAMIÑO DOS FAROS (Dolmen de Dombate a Mirador de Lobeiras - Etapa 2). 29 AGO 2020

La Ruta dos Faros (O Camiño dos Faros) consta de unos 200 kms, (8 etapas de 25 kms) que recorren la Costa da Morte desde Malpica hasta Finisterre.
Lo normal es hacerla caminando por las sendas que bordean el recortado acantilado.
En esta ocasión hemos buscado la manera de hacer el recorrido en 3 etapas y una mañana más, y en coche. Los enlaces de las otras etapas son: etapa 1; etapa 3; Ézaro y Carnota
Esta segunda etapa la comenzamos desde el interior para descubrir dos estampas arqueológicas únicas:
El Dolmen de Dombate, una joya del arte megalítico que sorprende por su grandiosidad y su magnífico estado de conservación, donde, además, visitamos su centro de interpretación. Este dolmen se cataloga como una tumba colectiva de corredor y es considerado como la "catedral del megalitismo" en Galicia.
Y el castro A Cibda de Borneiro, habitado entre los siglos IV a.C. y I d.C sin haberse observado signos de romanización. Fue descubierto en 1924 por Isidro Parga Pondal y Ciriaco Pérez Bustamante. Este Castro es un ejemplo de la cultura castreña de finales de la Edad del Hierro. En las excavaciones llevadas a cabo en la década de los ochenta, se encontraron múltiples fragmentos de cerámica indígena, urnas de bronce y hierro, muros de piedra, moldes de fundición, cuentas de vidrio, etc... que actualmente están expuestos en el Museo Arqueológico de La Coruña. A día de hoy se han excavado un total de 36 construcciones (unas tres cuartas partes del total). El conjunto está rodeado en todo su perímetro por un foso y dos muros defensivos, a excepción del lado este, donde la pendiente brusca de la ladera actúa como defensa natural. Además del recinto principal existe una zona conocida como Barrio Extramuros en el lado este, coincidiendo con la entrada al castro. Este segundo conjunto está formado por una gran vivienda ovalada, dos fuentes con desagüe y un horno circular que en su momento debió de estar cubierto por una bóveda. Las viviendas son circulares o cuadrangulares con las esquinas redondeadas, destacando por su gran tamaño en comparación con otros yacimientos.
Desde aquí nos dirigimos hacia la costa para llegar hasta Monte Insua donde está el Faro de Laxe. Desde aquí se obtiene una de las mejores vistas del océano Atlántico en esta Ruta dos Faros. Su situación es privilegiada, el infinito océano a la izquierda, la ría de Laxe a la derecha, un espectáculo para los sentidos. Fue construido en 1920 y es exactamente igual que el Roncudo, un sencillo cilindro recubierto de azulejos blancos. Pero su situación, como el resto de faros de esta ruta, es privilegiada. A la derecha toda la Ría de Corme-Laxe. A la izquierda, toda la costa de mar abierto. Y al fondo, se ve el Penal de Veo y la duna de Monte Branco, ecuador de O Camiño dos Faros ,
Cerca del faro vemos la escultura de bronce ‘A Espera‘, un homenaje a todos los hombres del mar y a sus mujeres, que esperan impacientes en tierra firme su llegada a puerto.
A continuación descendemos hasta la Playa de los Cristales, que recibe este nombre por ser un depósito natural de pequeños vidrios de colores, perfectamente pulidos por el mar. Aquí el océano devolvió los cristales de distintas botellas, aunque aquello fue un vertedero, hoy se ha convertido en una cala con pequeñas lágrimas de colores.
Desde la playa, seguimos una senda que nos lleva hasta Las Pedras dos Namorados o Las Piedras de los Enamorados. Si la visita es con pareja no deberías olvidarte en casa el martillo y el cincel. Estas piedras están situadas en unos acantilados muy cerca de la playa de los Cristales y es un lugar de encuentro de aquellos que dejaban testigo de su amor grabado en la roca. Incluso aquellos que no tengan nada que cincelar en este documento natural, pueden acercarse a contemplar inscripciones de principios del siglo XX, entre las que se incluyen las de Isidro Parga Pondal, ilustre geólogo e investigador originario de Laxe.
Y si aún queremos ver como un entorno natural se convierte en lugar de piedras vivas se puede visitar la de La Cabeza del Indio en la playa de Laxe, una roca en la que todo el mundo es capaz de visualizar un rostro indígena asomado al mar, dibujado por la luz del sol sobre el granito. O los Penedos de Traba en el que la imaginación da rienda suelta con piedras que se convierten en animales fantásticos.
Desde Laxe nos dirigimos hasta la laguna y la playa de Traba donde nos encontramos un ecosistema peculiar con las dunas como protagonistas en la playa, y una pasarela en la laguna desde las que contemplar la flora y fauna de la zona. Este espacio natural, formado por la playa y la laguna, está lleno de belleza. Cuenta la leyenda que bajo sus aguas está enterrada por castigo divino la ciudad de Valverde.
Primero caminamos por la pasarela de madera que nos lleva desde el borde dunar de la playa hasta la Laguna. En el proceso de su formación primero hubo una bahía en la que desembocaban dos riachuelos. El aporte de materia fluvial y de corrientes marinas van formando una barra de arena que cierra la bahía y forma una playa en forma de flecha.
Sobre la barra se forma un cordón de dunas que se va extendiendo. Al quedar cerrada la salida al mar de los dos ríos, se formó una laguna mucho más grande que la actual. A partir de ese momento se produce otra fase, en la que depósitos de arenas y limos van colmatando los bordes de la laguna, disminuyendo su profundidad y permitiendo la fijación de vegetación adaptada a estas condiciones que, a su vez, provocan más deposición de sedimentos y más terrenos van quedando descubiertos. Esta es la fase actual de la laguna de Traba: una pequeña laguna rodeada hacia el interior por una marisma. La vegetación del humedal es la típica de estos biotopos: la laguna está rodeada en su práctica totalidad por un denso carrizal, espadañas y juncal. En el denso carrizal encuentran refugio para su nidificación diversas aves como la gallina de río, el rascón de agua y la fulepa unicolor; las anátidas también están bien representados. Sin embargo el interés de este espacio natural se centra en el gran número de citas de aves invernantes extrañas en estas latitudes.
Seguimos por la senda que bordea la laguna, hasta que al final de las dunas nos introducimos en la Playa de Laxe (de 2.650 mts de longitud), recorriéndola por completo de SW a NE.
Tras disfrutar durante un largo rato de esta playa, nos dirigimos hasta el Mirador de Lobeira. Este mirador es bastante desconocido. Dispone de un pequeño aparcamiento y se encuentra cerca de la aldea de Arou. Desde este mirador acoplado sobre los Penedos de Lobeiras, gozamos de excelentes vistas a la costa de Ponteceso, Laxe y parte de Camariñas. La pintoresca playa de Lobeiras con sus casetas de pescadores queda a nuestros pies.

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