CAMIÑO DOS FAROS (Malpica a Ponteceso - Etapa 1). 28 AGO 2020

La Ruta dos Faros (O Camiño dos Faros) consta de unos 200 kms, que recorren la Costa da Morte desde Malpica hasta Finisterre.
Lo normal es hacerla caminando (8 etapas de 25 kms) por las sendas que bordean el recortado acantilado.
En esta ocasión hemos buscado la manera de hacer el recorrido en coche en 3 etapas y una mañana. Los enlaces de las otras etapas son: etapa 2; etapa 3; Ézaro y Carnota
En cada una de las paradas, ya sea en acantilados, faros, miradores, humedales y/o playas, hemos realizado una pequeña ruta o paseo a pie para disfrutar de estos bellos parajes.
Comenzamos está ruta desde el puerto de Malpica, donde hemos aparcado el coche y disfrutado de un paseo por este puerto marinero curtido con la batida de las olas contra el espigón. Un puerto que sirvió de base para la pesca de ballenas y que hoy en día sigue a pleno rendimiento.
Continuamos a pie hasta su bella "playa de Area Maior" siguiendo por su hermoso paseo marítimo. Al final del mismo continuamos la ruta de los faros ascendiendo entre muretes de piedra, mientras disfrutamos de las vistas.
Regresamos al puerto para recoger nuestro vehículo y nos ponemos en circulación hasta llegar a la ermita y el mirador de San Adrián, desde donde tenemos una espectacular vista de Malpica, del litoral y de las Islas Sisargas que acogen el primero de los faros de esta ruta (faro construido en 1919). Lógicamente lo vemos en la distancia.
En el descenso nos acercamos a la recoleta y bonita playa de Seáis donde encontramos las primeras formaciones dunares, hay unas mesas de piedra y unas barbacoas donde poder descansar.
Seguimos camino (o mejor carretera) para acercarnos a la playa de Beo, hoy un tanto descuidada aunque también dispone de un área recreativa de mesas y barbacoas.
Proseguimos hasta la playa de Seiruga, que se encuentra al final del humedal del Xuncal do Martelo. Para acceder lo hacemos por unas pasarelas de madera que atraviesan las dunas. Este humedal es un lugar elegido por nutrias, patos y garzas para anidar o descansar de sus viajes. Un gran entorno paisajístico con una pequeña ría que dificulta el paso de los que realizan la ruta a pie.
Continuamos hasta Punta Nariga. Aquí encontramos el segundo de los faros. En punta Nariga (Barizo) se levanta el faro más moderno de Galicia, construido en 1995 y diseñado por César Portela. Con 50 metros de altura y 22 millas de alcance lumínico, es todo un referente en la integración de la arquitectura con el paisaje natural. El entorno está lleno de magia en este acantilado golpeado por el mar y con curiosas formaciones rocosas que tienen formas que pueden parecer esculturas de animales o lo que dé la imaginación. Tanto en días de sol como de tormenta en lugar es espectacular. En los primeros se puede disfrutar con la calma del mar y el faro estático; en los segundos, es sorprendente el dinamismo de las nubes y los cambios de luz. La construcción del faro recuerda a la proa de un barco, coronada por una escultura de bronce denominada Atlante. Según la RAE, la palabra Atlante tiene dos acepciones una es la de “Columna con figura de hombre que sostiene sobre su cabeza o sus hombros la parte baja de la cornisa”, y la otra “Habitante mitológico de la Atlántida, gigante y fuerte”. Suponemos que en este caso se ajusta más la segunda, ya que esta estatua, obra del artista Manolo Coia, es una figura con forma entre un humano y una gaviota a punto de volar. Sin duda, una silueta perfecta para las maravillosas puestas de sol de Nariga. Para acabar la visita, subimos hasta la cubierta del faro, que se convierte en un perfecto mirador al Atlántico.
Ahora seguimos hasta el Puerto de Santamariña, donde tenemos una preciosa visión de Punta Nariga.
Siguiendo el camino nos acercamos hasta la ermita de la Virgen del Faro. El monte de O Faro está situado a 231 mts de altura sobre el nivel del mar. Su nombre nos indica su función de antiguo faro donde se encendían hogueras para guiar a los barcos en el mar o avisar de la llegada de una flota enemiga.
La Capilla de A Nosa Señora do Faro con la llegada de la religión cristiana a Galicia, se cristianizaron los lugares altos con antiguos cultos paganos donde se mantienen también ritos ancestrales y creencias tradicionales de los pescadores. En este lugar existía la costumbre o ritual practicado por las mujeres de los marineros llamado “virar a tella”, consistía en voltear una teja de la capilla para que cambiase el viento o parase la lluvia cuando había temporal para que los marineros que se encontraban pescando pudiesen llegar a puerto sanos y salvos.
Junto a la ermita de encuentra el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, inaugurado en 1959, fue costeado por el emigrante Ricardo Pose Ourens. Esta torre tiene una altura de 39 mts y desde lo alto, al que se accede por una escalera en caracol de 133 peldaños, podemos contemplar impresionantes vistas de este tramo de A Costa da Morte.
A continuación seguimos hasta la aldea de Roncudo, donde lo más significativo que vamos a ver serán las casas cuya construcción se adapta a la dureza de la zona.
Desde aquí descendemos hasta el tercero de los faros “O Roncudo”, este corona un saliente de roca gris donde el mar azota sin piedad produciendo un ruido ensordecedor, ronco, que da nombre a este faro. Para llegar descendemos has Corme y recorremos una bonita carretera que discurre junto al mar a lo largo de 2 kms desde el final del puerto de Corme hasta el Faro. Este es un pequeño faro gemelo del faro de Laxe que entró en funcionamiento en el 1920. El entorno es salvaje y fantasmagórico. La fuerza del mar en esta zona y las características de sus aguas hacen que el percebe de esta zona sea considerado el más sabroso de Galicia, de ahí que se celebre desde 1992 una fiesta gastronómica para su degustación en el mes de julio. Pero también tiene su triste contrapartida, el entorno se haya repleto de cruces en memoria de los percebeiros que perdieron su vida entre las rocas de este mar tan bravío.
Regresamos a Corme y tras atravesar la localidad nos detenemos en la playa del Osmo esta es la más utilizada en los veranos de Corme por un turismo familiar que busca la tranquilidad y bañarse en estas aguas más bien frescas. Dispone de duchas, servicios de socorrismo y una fuente. Al final de la playa se encuentra la Furna, utilizada por los jóvenes de la localidad para celebrar uno de los festivales más curiosos de la zona, a Noite dos Encantos na Furna do Osmo. Un festival alternativo que se celebra un viernes de agosto. La fecha no es fija ya que depende de las mareas siendo necesaria una marea baja grande. Una noche de encantos y un festival muy diferente al resto, con muy pocos medios pero con mucha imaginación. La fiesta comienza a media tarde con actuaciones teatrales en la playa. A partir del anochecer, con la marea baja comienzan las actuaciones dentro de la Furna.
Volvemos a la carretera y nos desviarnos para ver A Pedra da Serpente. De origen desconocido y fecha incierta, despertó la curiosidad de muchos historiadores, y aún hoy sigue siendo objeto de estudio. Se trata de una roca de granito con el relieve de una serpiente, sobre la que se clavó una cruz. En la base del crucero podemos apreciar la figura de una serpiente alada, algo excepcional en el mundo occidental. Cuenta la leyenda que fue San Adrián, patrón de esta parroquia, el que libró a esta tierra de una plaga de serpientes, al golpear fuertemente con el pié en el suelo y hacerlas desaparecer a todas, quedando encantadas bajo esta piedra. El culto a la serpiente aparece ya en tiempos prehistóricos, aunque la realización de este relieve posiblemente sea posterior: romana, medieval o incluso más tardía. Estos cultos paganos tan arraigados que se manifiestan en otros lugares de la costa atlántica fueron combatidos por la Iglesia Católica, que cristianizó muchos de ellos. En Galicia las representaciones de las serpientes se remontan a la época megalítica, apareciendo algunos grabados en dólmenes. También está presente el motivo de la serpiente en algunos petroglifos y en algunos yacimientos de los castros. El relieve figurativo, como el de esta piedra, sólo aparece a partir de la romanización. El significado de la simbología de la serpiente es muy variado y, en muchos casos desconocido. Se ha relacionado con la idea de la fecundidad, como protectora de tesoros, como símbolo de curación y eternidad y también como un elemento demoníaco.
Regresamos unos metros y nos desviamos hasta la playa de la Ermida, una playa maravillosa, con una arena finísima y blanca, rodeada de dunas y pinos. En este año 2020 tiene bandera azul.
Continuamos nuestro camino hasta Ponteceso. Paramos para ver su famoso puente sobre el río Anllóns de cinco arcos. Su construcción es del siglo XIX, aunque se asienta sobre un puente de origen romano. Además en Ponteceso se encuentra el pazo donde nació el poeta nacionalista gallego Eduardo Pondal, las primeras estrofas de su poema "Os pinos" son la letra del himno gallego. Éste escribió tanto en castellano como en gallego.

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