Eremitorio de los Portugueses, San Pedro, la Cueva y Covanuto y necrópolis de San Clemente (Trespaderne)

Punto de partida: Trespaderne.
Espacio protegido: Parque Natural de los Montes Obarenes - San Zadornil.
Época recomendada: Todo el año.
Elementos de interés: Las cuatro paradas que se realizan: eremitorio de los Portugueses; eremitorio de san Pedro, eremitorio rupestre "La Cueva" y "El Covanuto" y la necrópolis de Quintana María.
Tipo de camino: El acceso para llegar a las tres cuevas y a la necrópolis se encuentra bien indicado. Es una ruta que hay que realizarla en coche pues la distancia entre ellas es elevada para completarla andando además de la ausencia de senderos para llegar a ellas.
Servicios: En Trespaderne encontramos alojamientos hoteleros así como servicios de restauración. Además de ubicarse en el centro del recorrido es desde donde aconsejo iniciar el itinerario.

Descripción del itinerario.

Investigaciones arqueológicas y la bibliografía sobre el eremitismo nos permite situar estas estructuras rupestres conocidas como cuevas artificiales en los siglos VI y VII. Encontraríamos una población que busca la perfección en el retiro, la soledad, en moradas excavadas en roca en lugares escondidos y de difícil acceso.

1) Cuevas del Pontarrón o de los Portugueses. Figuras 1, 2, 3, 4, 5 y 6.

El eremitorio del arroyo de las Torcas popularmente conocido como las cuevas de los Portugueses se encuentra al pie de la N-639, en el desvío hacia el pueblo de Tartalés de Cilla, a unos tres kilómetros de Trespaderne. Este conjunto eremítico rupestre se compone de 14 cavidades artificiales excavadas de forma artificial en la piedra arenisca a ambos lado del arroyo de las Torcas y puede remontarse su origen al siglo VII/VIII - IX/X. La funcionalidad de estos covachos se debate entre dos hipótesis. Para unos investigadores se trata de un núcleo habitacional, un auténtico poblado de gentes ganaderas seminómadas. Para otros, estaríamos ante una laura cenobítica, es decir, una incipiente agrupación de monjes en relación con la iglesia rupestre de san Pedro.

Su nombre actual se debe a su ocupación a principios del siglo XX por un grupo de inmigrantes portugueses que trabajaron en la construcción del canal hidroeléctrico de Trespaderne, produciendo modificaciones importantes en su fisonomía original.

2) Eremitorio de San Pedro. Tartalés de Cilla. Figuras 7, 8, 9, 10, 11 y 12.

En las proximidades de Tartalés de Cilla, apenas a 300 metros, se localiza la cueva de san Pedro, el eremitorio al que se refiere el apellido del pueblo (cilla = celda). Excavado en un banco de areniscas que se alza sobre el pueblo, consta de una nave de planta rectangular cubierta por una bóveda de medio cañón ligeramente apuntado. A pesar del mal estado de conservación aún pueden contemplarse mechinales y cruces grabados de distinta antigüedad. Hacia el este se alza la cabecera del templo, en forma de herradura y ligeramente elevada sobre el resto de la nave. Se halla individualizado mediante un arco del triunfo muy deteriorado.

Algunos autores consideran que este eremitorio debe datar de época visigoda, siglos III-IV, otros sin embargo, se inclinan por retrasar su fecha hasta incluso el siglo IX.

3) Eremitorio rupestre de la Cueva y el Covanuto. Cillaperlata. Figuras 13, 14, 15, 16, 17, 18 y 19.

En los bajos de la localidad de Cillaperlata, a orillas de río Ebro, existen dos antiguas cuevas eremíticas "La Cueva y el Covanuto", que más tarde sirvieron como lugar de reunión del concejo y como cuadra a lo largo de su historia. Las dos son cuevas naturales aunque la segunda tiene signos de haber sido retocada puesto que presenta dos ventanas realizadas en roca. Se presupone un uso religioso a la Cueva, dado este hecho, su datación se localizaría entre los siglos VI-IX.

"La Cueva" es actualmente la única visitable. Para ello, se accede a través de una callejuela que desciende hasta el río por detrás de la iglesia.

4) Necrópolis de San Clemente. Quintana María. Figuras 20, 21, 22 y 23.

El yacimiento arqueológico de la necrópolis de peña san Clemente se encuentra a unos 250 metros al sur de la localidad de Quintana María, en lo alto de un afloramiento calizo. El yacimiento consta de 40 tumbas bastante profundas, con forma de bañera y antropomorfas, siendo la cabecera de éstas semicircular y rectangular; en algunas se aprecian los entalles para las tapas. El tamaño medio oscila entre los 170 y 180 centímetros, pero hay algunas infantiles e incluso de fetos. En el mismo lugar también aparecen los restos de los muros norte y oeste de una construcción de planta rectangular de 7x4 metros, que bien pudiera tratarse de una iglesia en torno a la cual se organizó la necrópolis. En la parte inferior de la peña hay una serie de habitáculos que quizás fueran viviendas, a las que se accedía por unos escalones de madera.

Impresiones.

En la jornada de hoy tocó un recorrido diferente. Diferente porque sustituimos las zapatillas de trekking por las ruedas del coche algo que se antoja irremediable a la hora de realizar este trayecto que invita a conocer los refugios de los antiguos eremitas. La cueva de los Portugueses con sus múltiples covachos y la necrópolis de san Clemente son lo más destacado de este itinerario.