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Gijón - Sueve - Villaviciosa - Tazones

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Trail stats

Distance
69.01 mi
Elevation gain
5,659 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
5,659 ft
Max elevation
949 ft
TrailRank 
73 5
Min elevation
-136 ft
Trail type
Loop
Moving time
2 hours 40 minutes
Time
4 hours 22 minutes
Coordinates
6212
Uploaded
October 2, 2018
Recorded
October 2018
  • Rating

  •   5 1 review
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near Gijón, Asturias (España)

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Itinerary description

Gijón - Mar

Tazones guarda la esencia de la aldea asturiana, pero en este caso de una aldea peculiar, con hórreos, pero abierta al mar, con aires de villa. Los recovecos de su fisonomía se parecen a los pliegues caprichosos de una red que descansa en el puerto y que ha atrapado a sus 300 habitantes. Por aquí y por allá encontramos líneas, pequeños caminos que se cruzan con otros en un laberinto amable.
Calles empedradas y casas bajas. También hay caminos que no llevan a ningún sitio en particular, quizás a un promontorio inmejorable para disfrutar de la vista. Nos pongamos donde nos pongamos siempre descubrimos Tazones como un pueblo distinto, colorista, casi simétrico, en caída suave al mar. La localidad entera es un espejo gigante, y le gusta mirarse desde todas las posiciones. Su reflejo en el mar es romántico, casi narcisista, un punto sin retorno en el que la realidad se bate dulcemente y se evapora.

Tazones es un pequeño espacio de color en el cosmos asturiano. Su litoral, duro pero también respetuoso, lo acoge en brazos, lo abraza, y el pueblo ha ido creciendo en este apretón marítimo. Su amistad con el mar le viene de siempre, y las pinturas de sus balcones y ventanas son tan intensas y con tanto brillo que imitan los días de sol abierto sobre su mar cercano. De hecho, cuando nos vamos acercando al pueblo ya intuimos que no vamos a un cualquier sitio, nuestro ánimo es el de exploradores en busca de algo intenso. Desde Villaviciosa tomamos una carretera local pegada a la ría. Más adelante vemos desde las alturas la playa de Rodiles, admirable en proporciones y belleza. De ahí a Tazones descendemos continuamente por una vía asfaltada, con el suspense añadido de sus decenas de curvas en penumbra. La vegetación exhuberante parece que acabará cerrándonos el paso. Pero alcanzamos el nivel del mar de repente como quien descubre por sorpresa la antesala de una gran cueva, en este caso sin túneles de piedra, abierta a un horizonte azulado y paradisiaco con playa incluida.

El olor a sidra, marisco y pescados nos alcanza en la vía principal. Existe una oferta apetitosa de chigres y restaurantes que se nutren de la pesca autóctona. Una labor que se trata con mimo y que cuenta con puerto, cofradía, cetárea e instalaciones marineras para su desempeño. Lo que no vemos es ninguna ballena porque Tazones ha dejado atrás esa etapa de puerto ballenero, el que le dio fama de villa intrépida.

La fama también le atribuye carácter regio. La realeza de Tazones le viene de herencia. Aquí se dice que desembarcó nada menos que Carlos V, dueño de un imperio inabarcable, en su primer viaje a España el 19 de septiembre de 1517. Imaginamos que su desembarco en el Tazones finito fue como pisar un planeta minúsculo pero muy bello. Llegaba para hacerse cargo de su corona y en Tazones inició el descubrimiento de su reino ibérico.

Esta es una de las muchas razones y méritos por las que el pueblo ostenta el título de Conjunto Histórico Artístico del Principado de Asturias. Ahora bien, hay gente que no cree que esto sea un dato histórico, sino algo más cercano a la leyenda, y una postura y otra resultan irreconciliables y suelen alimentar buenas discusiones. Pero sucediera o no, ha cobrado vida propia, ha dado lugar a una tradición festiva. Los vecinos conmemoran anualmente, cada 17 de agosto o día de “San Roquín”, esta fecha señalada con un desembarco simulado de Carlos V. Una escenificación que desde el principio ha atraído a miles de curiosos, así como a un buen dispositivo de prensa ante el carácter de autenticidad que suscita. Junto al personaje ilustre de Carlos V desfilan también, vestidos con trajes de época, numerosos vecinos, representando ser los miembros de su corte y sirvientes. Los detalles están tan bien cuidados que si fuera cierto que Carlos V no hubiese desembarcado aquí, entonces deberíamos no creernos casi nada de lo que sucede en este mundo y renegar de la historia oficial para dar más crédito a la ficción, que también se empeña en existir y suele comprometer a comunidades enteras en devociones ciertas y palpables. El desembarco ficticio se realiza en el marco de las fiestas más importantes de Tazones, que durante los días 15, 16 y 17 de agosto rinden tributo a San Roque. La tradición manda sacar al santo en procesión por la mar, acompañado por los pescadores del pueblo con sus barcas engalanadas. Junto a San Roque se saca también en procesión a la Virgen del Carmen.

Entre las construcciones de mérito del pueblo sorprende -no tanto por su solera histórica sino por su inventiva- una casita cargada de conchas, atiborrada de motivos marineros, que ejemplifica a las claras el abrazo irrompible entre Tazones y el mar, el tesón de una familia marinera enamorada del Cantábrico y los moluscos.

En los pedreros que circundan la villa descubrimos la primera historia de Tazones, su protohistoria. Nos topamos uno de los más importantes yacimientos de huellas de dinosaurios de toda Europa, una aportación generosa a la cada vez más popular costa jurásica asturiana. En las inmediaciones del faro local encontramos multitud de icnitas tridáctilas que se cruzan en varias direcciones y constituyen varios rastros, así como una huella de arrastre de cola. Por su parte, en la playa vemos otro panel explicativo que nos indica que a unos 120 metros de aquel podemos apreciar los rastros de estos monstruos del pasado. En el acantilado del extremo oeste de Tazones, pocos metros después de rebasar el espigón del puerto, se observa un magnífico ejemplo de falla vertical de composición jurásica. Unos pocos metros más adelante vemos huellas de raíces y paleosuelos.

Acercarse a Tazones es una buena idea, y una buena forma de emplear el tiempo libre. La vista se recrea, se come bien, el mar inmediato nos relaja y hay móviles suficientes como para no quedarse sentado un tiempo excesivo, caminar y dejar nuestras huellas anónimas como un buen día dejaron Carlos V o los propios dinosaurios de otra era. Para más información sobre el Jurásico en Asturias www.museojurasico.com

Fuente:
https://www.desdeasturias.com/tazones-el-pueblo-y-el-mar/

Waypoints

PictographWaypoint Altitude 370 ft
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Sidra Natural

PictographWaypoint Altitude 315 ft
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Sueve

PictographPhoto Altitude 456 ft
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Sidra

PictographPhoto Altitude 370 ft
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Foto 4

PictographPhoto Altitude 376 ft
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Villaviciosa

PictographPhoto Altitude 383 ft
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Tazones

PictographWaypoint Altitude 365 ft
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Casa de las Conchas

PictographPhoto Altitude 331 ft
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Comments  (2)

  • Photo of Oscar Upegui
    Oscar Upegui Oct 6, 2018

    Una muy buena ruta, que al igual merece ser valorada.
    Gracias Josep por compartir el trazado.

  • Photo of Josep Mª Dalmau
    Josep Mª Dalmau Oct 9, 2018

    Muchas gracias Oscar por el comentario y la valoración de la ruta.

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