Visita a iglesias románicas de Villacadima, Campisábalos y Albendiego. Atienza. P. N. Río Dulce.

Recorrido en coche para visitar esta comarca alcarreña de Guadalajara, en la que destacarán algunos de los mejores ejemplos de románico que podemos encontrar en toda la provincia.

Empezaremos por la Iglesia de San Pedro Apóstol de Villacadima. Aquí copio y pego el texto que aparece en la web de cultura.castillalamancha.es:
"Iglesia de San Pedro Apóstol de Villacadima
La iglesia de S. Pedro Apóstol fue construida entre los siglo XII y XIII en estilo románico y reformada en los siglos XV, XVI y XVII en estilo renacentista. Su planta románica originalmente rectangular de nave única, con ábside semicircular, presenta la orientación litúrgica habitual y torre-campanario adosada en lado norte de la fachada de poniente. En las reformas de los siglos XV y XVI fueron añadidas a la nave original las dos naves laterales conformadas por 3 grandes arcos formeros ligeramente apuntados, rematadas por un presbiterio con ábside triple de cabecera plana, el central reforzado por dos contrafuertes y la sacristía situada entre el ábside mayor y el del evangelio. El acceso al templo se efectúa por el pórtico de arco de medio punto con 3 arquivoltas abocinadas, la interior polilobulada, formando un saliente en la fachada Sur con interesantes canecillos. En el baptisterio, situado en el pie de la nave de la epístola, se conserva una interesante pila románica en muy buen estado de conservación. Fue realizada en sillería caliza de hiladas regulares bien aparejadas, salvo la fachada occidental resuelta en mampostería".

Nuestra siguiente parada será en Capisábalos para visitar la interesante Iglesia de San Bartolomé, famosa por sus Mensarios. Copio y pego de la web de Arteguias:
"Iglesia de San Bartolomé de Campisábalos y Capilla de San Galindo (Guadalajara).
El conjunto románico de la iglesia de San Bartolomé junto a la Capilla de San Galindo constituyen uno de los lugares románicos más importantes de la comarca de la Sierra de Pela y de toda Guadalajara.
Y es que en esta esquina noroccidental de la provincia vamos a encontrar algunos de los ejemplos más perfectos y de calidad de toda la provincia.
Se trata de las construcciones serranas que reciben su influencia directa de Segovia y Soria, con una buena carga añadida de mudejarismo. En esta comarca encontramos como población predominante y de fuerte importancia reconquistadora la villa de Atienza, con sus cinco templos con restos románicos".

Nuestra siguiente parada será Albendiego para acercarnos a visitar la impresionante Iglesia Románica de Santa Coloma, interesantísimo ejemplo del románico de esta comarca, famosa sobre todo por su imponente abside. Copio y pego de nuevo de Arteguia:
La ermita de Santa Coloma, aunque con la nave reconstruida en siglos posteriores, constituye una de las muestras más brillantes del románico de Guadalajara. Fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1965.
El amante de la escultura y la iconografía románica nada de esto hallará en Santa Coloma. Todo es belleza y monumentalidad arquitectónica en estado puro, al gusto cisterciense tan imperante en tierras de Guadalajara en los siglos XII y XIII.
Celosías de uno de los ventanales del ábside
La ermita se sitúa a unos 400 metros de la aldea, rodeada de una alta arboleda y extensos campos de labor, en un lugar aislado e idílico junto al río Bornova.
Campos de labor junto a la ermita
Se sabe, por una carta del Obispo de Sigüenza Don Rodrigo, que en 1197 ya existía aquí una comunidad de monjes canónigos regulares de San Agustín.
Ermita de Santa Coloma desde el norte
No es probable, sin embargo, que la actual iglesia se empezase a construir antes del año 1200. Ya en el siglo XV, el templo proyectado para tres naves se concluyó con una sola, de menos calidad y material más pobre.
Cuerpo del templo, finalizado tres siglos después que la cabecera
De estas fechas y de estilo tardogótico es la pequeña y austera puerta del muro meridional.
Puerta tardogótica
El vano esta rodeado por un arco carpanel, con decoración de flores tetrapétalas, que se prolonga hasta el suelo mediante molduras aboceladas y encapiteladas con motivos de hojas. Un guardapolvos ojival baquetonado lo trasdosa.
Decoración vegetal de la puerta
Exterior de la cabecera románica
La cabecera de la iglesia de Santa Coloma de Albendiego, plenamente románica, es de lo más exquisito del arte medieval guadalajareño. Podemos afirmar también, sin ánimo de exagerar, que es de las mejores del románico castellano en general.
Cabecera románica de la Ermita de Santa Coloma de Albendiego, Guadalajara
Consta de tres ábsides, el central con planta semicircular y los laterales, más menudos, con testero recto. El tambor absidal central se articula mediante cuatro haces de columnas triples, mayor las centrales, que lamentablemente no se terminaron ni remataron con capiteles, quedando los fustes truncados.
Haces de columnas del ábside central
En los tres paños murales se abrieron ventanales rodeados de tres arquivoltas, plana la primera y de baquetones las otras dos, apoyadas sobre tres pares de columnillas con capiteles vegetales.
Ventanales del ábside central
Cada vano está formado por bellísimas celosías de gusto oriental con variedad de trazados a base de estrellas, triángulos, círculos secantes, etc., combinados de tal manera que dan como resultado un conjunto de figuras geométricas destacadísimas. Varias de ellas parecen ser cruces de Malta, lo que apoyaría la hipótesis de la intervención de la Orden de San Juan de Jerusalén.
Celosía con una cruz que podría interpretarse de la Orden de San Juan (Malta)
Los canecillos de esta ábside son de perfil de nacela apenas acentuada.
Ventana de ábside lateral
Los ábsides laterales muestran muro plano y una extraña y original ventana cada uno, que coincide en sus formas con otra que se abre en el muro presbiterial del absidiolo de la Epístola. Su forma es de arco ajimezado, pero en lugar de columna central o parteluz, los arquillos laterales abocelados coinciden en un pinjante que lleva tallado en sus caras el sello de Salomón.
Sello de Salomón
Dos columnas extremas con decoración vegetal muy estriada rematadas en volutas sirven de apoyos. En cada hueco interior se abren sendos óculos, con aberturas circulares y en forma de lágrima, rodeados por dos molduras circulares achaflanadas.
Interior de la cabecera
Aunque con importantes revoques, la cabecera se conserva bien. El tramo recto presbiterial tiene bóveda de cañón reforzado con un fajón soportado por ménsulas. Sin embargo los haces de tres columnas que soportan el arco triunfal y la entrada al ábside hacen intuir que esta bóveda se proyectó de crucería, sirviendo las columnas más estrechas para recibir los nervios de dicha bóveda.
El tramo absidal es similar al aspecto que ofrece externamente, con tres ventanales profusamente decorados y columnas intermedias que sirven de apoyos para los nervios de refuerzo que coinciden en la clave del arco".

Nuestra siguiente parada será para visitar la interesante villa de Atienza, realizando una atractiva caminata por su monumental centro histórico y subiendo hasta las ruinas de su imponente castillo, desde el que obtendremos amplias vistas.

Haremos después una corta parada en las Salinas de Imón, antes de acercarnos a Sigüenza, la cual no visitaremos hoy, y continuar hasta el espectacular mirador sobre el río Dulce y a la cercana aldeita de Pelegrina, desde la que realizaremos una atractiva y cómoda visita al Cañón del Río Dulce.