Anchuras-Siberia extremeña

Ruta larga rompepiernas pasando por dos localidades de la Siberia extremeña. El primer tramo de la ruta transcurre por la CM-4106. Una carretera antigua con el asfalto en no muy buen estado pero completamente ciclable hasta el desvío de CM-4157 que pasa a ser una carretera asfaltada recientemente y en muy buen estado.
Posteriormente giraremos a la derecha hacía el Bohonal, trancurriendo inicalmente por una larga recta en falso llano descendente hasta el cementerio y después en bajada hasta llegar al pueblo. Este último tramo no tiene arcen ni pintura pero está bastante bien de piso. A partir de el Bohonal hay una señal que informa que la carretera está en mal estado durante los próximos 20 km, para mi desgracia acierta de pleno. La carretera sigue estando sin pintar pero pasa de no tener un solo bache a estar plagada de agujeros. Por suerte es una carretera sin tráfico, con buenas vistas al monte, bastante sombra de los pinares y con suerte con posibilidad de ver algún animal autóctono, en mi caso dos ciervas y un cervatillo. Aquí vemos lo acertado del nombre de la zona, es como Siberia pero con 50°C más de temperatura.
Una vez que llegamos al puente que cruza el río Guadiana la carretera ensancha y mejora mucho su asfalto. A un km de este puente nos encontramos la única fuente de agua que he visto en toda la ruta, un caño de agua con dos mesas de granito y varios taburetes de piedra.
Seguimos con el sube-baja hasta llegar a Helechosa de los Montes. Tenemos que atravesar el pueblo para continua con la BA-077 en dirección a la presa del Cijara. Esta carretera está perfectamente pintada, tiene arcenes de 40 cm y el piso en perfecto estado. Desde mi punto de vista es el tramo de la ruta más cicable y con menos cuestas.
Cuando llegamos a la presa la cruzamos y cogemos la nacional N-502 dirección Talavera. Subimos un tramo de un km y nos desviamos dirección el poblado de Cijara por la CM-4157. Aquí tendremos dos subidas consecutivas con buena pendiente pero con poco tráfico, mucha sombra y buen asfalto aunque no esté pintado. Una vez llegado al pueblo el asfalto vuelve a estropearse con muchas grietas y agujeros que nos obliga de vez en cuando hacer eslalom. La primera parte trancurre rodeando el pantano, este año con muy poca agua, hasta que atravesamos el puente de los "ojos". Una vez atravesado las pendientes vuelven a subir de porcentaje. Una vez llegamos a la finca de Valperdices, desaparecen los agujeros y aparece un asfalto recien echado y sin apisonar. La sensación es de ir sobre pavé.
Giramos hacía Gamonoso para realizar el último tramo de la ruta, un sube baja constante por una carretera muy bacheada.
En resumen, una sube-baja constante si prácticamente tráfico y pendientes de hasta 10%.