Arredondo Ramales Regules Veguilla La Gandara Collado del Ason

Localización: Salimos de Arredondo y llegamos a Ramales de la Victoria seguimos la N-629 hacia el alto de Los Tornos. Al poco de iniciar la ascensión, tomamos a la derecha la CA-256 señalizada hacia El valle de Soba y La Gándara. La ascensión comienza siete km y medio después, en el puente sobre el río Gándara a la entrada de la localidad de Regules.

Especificaciones: Carretera amplia, con señalización horizontal y asfalto en perfecto estado. Menos sombras de las que se pudieran esperar y apenas encontraremos tráfico.
Fuentes: Una en el km tres, en Veguilla, a la izquierda, a un nivel inferior al de la carretera. Una segunda, a la derecha en el km ocho, en Hazas de Soba. Una tercera, en el km diez, al finalizar el segundo barrio de La Gándara, en un parque a la izquierda.
Comentario: Esta ascensión puede ser también una forma de ascender La Sía, ya que finalizaremos en el Collado del Asón, que se encuentra a mitad de camino de la ascensión a dicho puerto. Esta vertiente es más larga que la que se inicia en Arredondo y por tanto bastante más cómoda. Recorreremos en toda su longitud el magnífico Valle de Soba, con una increíble gama de verdes, y si es otoño, podríamos llenar la paleta de un pintor con todos los colores que presenta. Y es que dicho valle es un mezcla de prados con paredes de piedra y bosques absolutamente autóctonos sin ninguna repoblación de especies ajenas como pudieran ser los poco vistosos eucaliptos. Si a esto añadimos las pequeñas localidades que vamos a encontrar y la multitud de caseríos ganaderos y cabañas desperdigadas entre los prados, unidos a los rebaños que en ellos pastan, nos daremos cuenta que estamos en uno de los rincones más bellos de Cantabria, que podremos admirar sin problemas, dada la escasa dureza de la ascensión. Recomendamos el recorrido a quien caiga por estos pagos. Solo hace falta que el tiempo acompañe.
Es natural que una zona tan bella haya estado habitada desde tiempos inmemoriales, como lo prueban la pinturas rupestres del paleolítico encontradas en una cueva de La Gándara. Se han hallado también vasijas de cerámica fechadas hacia el 1.800 a.c. Hay referencias escritas de los romanos (Plinio el Viejo) sobre el Asón y el Valle de Soba, aunque dichos romanos apenas tuvieron presencia en la zona. Luego, diez siglos de oscuridad hasta que comenzaron a fundarse pequeños monasterios, una constante en toda Cantabria, junto a los que se fueron asentando pequeños núcleos de población. El primero sería el de San Andrés, en el pueblo de Aja, que se cita ya en un documento del año 863. Luego se irían creando familias nobles, con sus casas torre fortificadas, que entablarían continuas luchas por el poder y por ampliar sus dominios, algo muy común en la complicada orografía del norte de la península.
De la ascensión, poco que decir. No pasaremos del 8% salvo en alguna zona puntual de los primeros tres km. Después apenas llegaremos al 7% en algún punto. No hay más que ver el perfil para darnos cuenta de la escasa dureza. Desde el km siete hasta después de pasar La Gándara, es poco más que un falso llano. La Gándara es hoy en día un lugar al que acude mucha gente a disfrutar de la naturaleza en los fines de semana. Prueba de ello son los numerosos negocios de restauración y pequeños hoteles que existen en la pequeña localidad. Tras dejar atrás el pueblo, un repecho de un km por encima del 6% nos dejará en la carretera que asciende a La Sía. Ya no nos queda mas que ir a la derecha en un pequeño descenso, para llegar al mirador del Asón tras otro tramo de suave subida. Allí damos por finalizado el ascenso y nos podemos deleitar con la contemplación del nacimiento del Asón y su espléndido valle. Simplemente espectacular.



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