Arredondo Ramales Regules Veguilla Villar Cañedo La Sia Collados del Ason

septiembre de 2020 partimos desde el ayuntamiento de Arredondo con destino al Alto de los Collados del Asón. En lugar de hacerlo por la tradicional subida por la carretera CA-265 vamos a realizar otro recorrido.

Nos dirigimos por la carretera CA-261 hasta Ramales de la Victoria. Son 12 kilómetros de una bonita carretera en suave descenso siguiendo el curso del río Asón.

Justo en el km 10 de la CA-256 que desde Ramales de la Victoria se dirige a La Gándara, tomamos el desvío a la izquierda señalizado hacia Villar. Descendemos un trecho, cruzamos el río Gándara y 200 metros después, en un puente sobre un arroyo, comienza la ascensión, un tanto desconocida, pero una agradable alternativa para descubrir la otra ladera del bonito valle de Soba. Bastante más irregular que la que sigue la carretera CA-256, es algo más dura, a pesar de que el coeficiente de dificultad es casi igual. En cualquier caso, no se puede decir que sea una ascensión dura. Pasaremos por una serie de barrios dedicados casi al cien por cien a la ganadería, ya que no en vano Soba es considerado el corazón de la Cantabria ganadera.

La ascensión presenta bastantes tramos con características muy diferentes. Hay algún cruce que puede inducir a error, pero están señalizados. Los dos primeros kilómetros son los de mayor pendiente media, por encima del 6,5%, con la mejor carretera y un enlazado de seis curvas de herradura, lo que nos permite unas estupendas vistas, hasta llegar a la aldea de Villar. En la primera herradura habremos dejado a la izquierda el cruce hacia Rehoyos y más aldeas, otra escondida ascensión por estrechos caminos asfaltados que, si no nos perdemos, nos conducirían hasta Fresnedo en la ascensión a Los Tornos por esa vertiente. En Villar viene un tramo de descanso antes de enfrentarnos al repecho más duro de la ascensión al paso por Sicuetos. Tampoco es algo que deba asustarnos demasiado, ya que solo es poco más de medio kilómetro con una pendiente media del 10,5% y punta del 16%, pero sí tomarlo con calma porque se presenta de improviso y no se ve dónde acaba. Tras él, a disfrutar del paisaje; un nuevo descanso y un kilómetro suave, ya por carretera más estrecha hasta Bustancillés. A partir de aquí, un falso llano de casi cuatro kilómetros hasta un poco después de Valcaba, para iniciar el ascenso al 6% de media hasta el cruce con la CA-256, pasando por Cañedo. Ya solo queda ascender otro kilómetro, entre prados, casas y cabañas, hasta encontrar la carretera de La Sía.

Si bien no teníamos previsto ascender al Portillo de la Sía, decidimos que vamos a por ello. La carretera irá serpenteando hacia el cielo y los molinos de viento servirán como punto de referencia en nuestro particular reto ciclista. En total, la ascensión contará con 8,3 kilómetros al 7%. En esta vertiente cántabra la carretera fue recientemente reasfaltada, por lo que la bicicleta desliza sin problemas a pesar de la resistencia al avance que provoca el porcentaje. La característica más destacada de esta ascensión, más allá del deleite provocado por los impresionantes paisajes, es la constancia del desnivel y la preciosa sucesión de curvas-rectas, curvas-rectas que se irá afrontando con el paso de los kilómetros. Eso sí, en los últimos dos kilómetros finales hay que guardar energías si se quiere acelerar. El porcentaje sube y los molinos parece que nunca llegan. Coronamos a una altitud su
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