Astillero - Alto del Caracol - Astillero

En esta ocasión Los Trankilos nos hemos decidido de nuevo por la carretera, ya que nuevamente no había ningún participante para montaña y como el domingo había previsión de lluvia, nos decantamos por el sábado.
Si bien en un principio íbamos a salir Alberto, Javi, Chisco y Sergio, finalmente a última hora Javi se cayó de la lista, ya que quedamos a las 09:00h de la mañana y su mujer todavía no se había despertado, así que prefirió dejarla descansar a despertarla y salir en bici.
Eso sí que son hacer méritos en casa ¿verdad Javi? Jejeje
Como el primero que se pronunció para salir este finde fue Alberto, tuvo el honor de decidir ruta, y escogió subir el puerto del Caracol, que no lo conocía todavía.
Así que manos a la obra, como casi siempre, Sergio diseñó la ruta y la cargó en su GPS y adelante…
Para preparar la ruta, replicamos en su mayor parte, la ruta nº 65 del libro Cantabria en Bicicleta de Sergio García Guadix, pero en vez de empezarla en Santander, decidimos acortarla un poco, para no llegar muy tarde y la empezamos en el aparcamiento de Astillero (lugar por cierto muy habitual de quedadas “bicicleteras” en la zona), y en la última parte en vez de tomar dirección La Cavada, fuimos por Pámanes.
Esta ruta es circular y se puede hacer en las dos direcciones, siendo la dificultad muy parecida en ambas, y nosotros nos decidimos por subir el puerto por Selaya y bajarlo por San Roque, simplemente porque nos parecía que la subida es “más abierta” por la zona de Selaya y que la bajada por San Roque aporta mejores vistas, pero como decíamos vale por las dos vertientes.
La ruta de 75km se resumió en 38Km de subida y 37Km de bajada, así de sencillo…desde que salimos en Astillero empezamos con ligera pendiente, pasando por Villanueva, Sarón, Vega, Villacarriedo, y Selaya, donde tomamos pasado el pueblo el desvío a la izquierda, después de haber recorrido unos 27Km hasta entonces.
Nada más coger el desvío, ya empezamos el puerto de unos 10Km de duración, con unas primeras rampas de cierta dificultad, que nos lleva hasta los 815 metros de altura.
El puerto no tiene grandes rampas con grandes porcentajes, sino que es bastante constante y llevadero, y por esta vertiente tenemos además un pequeño descanso con una pequeña bajada que nos sabe a gloria, pero tan pequeña que casi cuando empezamos a saborearla ya la hemos acabado jajaja.
Una de las cosas buenas que tiene este puerto, es que si bien el trayecto de Astillero a Selaya tiene bastante tráfico rodado para lo que nos gusta, en el puerto no nos cruzamos prácticamente con ningún coche, lo cual es siempre de agradecer, y el asfalto está en perfectas condiciones.
El único susto dos perros sueltos, pero bueno, nos fue más que eso, un pequeño susto.
La subida se hizo a ritmo, y consiguieron llegar Chisco y Alberto por delante y Sergio muy pegado a ellos.
Una vez arriba, vimos ya los picos nevados, y si bien no tocamos nieve, si la vimos cerca, con lo cual podemos afirmar que ¡ya se nos viene el invierno encima!
Después de las oportunas fotos de rigor, empezamos el descenso por el Valle de Miera, dirección San Roque, donde paramos también a contemplar el magnífico paisaje y aprovechamos también para hacernos unas fotos más.
En el descenso pasamos pues por San Roque del Riomiera, Mirones, Rubalcaba y llegamos hasta la preciosa villa de Liérganes.
Cuando uno habla de descenso, y sobre todo después de subir un puerto de 10Km, se imagina descanso y relajación…pues no, con Chisco esto no es posible…
Una vez hicimos el descenso de mayor pendiente, con la oportuna precaución por estar en algunas zonas el piso todavía mojado por la lluvia de los últimos días, empezamos de nuevo con los relevos, y eso cansa ¡tanto o más que la subida!
Y además en esta ocasión se nos juntó en la bajada un MTB con su bici de 29’’, y se puso a rueda con nosotros, lo cual todavía motivó más al grupo y claro, a correr se ha dicho jajaja.
Una vez en Liérganes, para acortar camino en vez de dirigirnos a Astillero por La Cavada, fuimos por Pámanes y llegamos a nuestro destino, después de 3’40’’ incluyendo las paradas de rigor para las fotografías.
Al final una preciosa ruta como siempre, aprovechando, nos parece, uno de los últimos fines de semana en los cuales todavía no vamos a encontrar nieve en el camino si queremos subir a más de 800 metros…
P.D.: Lo que no sabemos todavía es a ¿qué hora se despertó la mujer de Javi? Un abrazo para los dos ;-)
¡Hasta la próxima!