Carretera: Andavías, Montamarta, San Cebrián de Castro, Piedrahíta de Castro, Moreruela de los Infanzones, Cubillos, Valcabado,

Madre míaaaa, cómo me estoy dejando con las crónicas. En esta de hoy lo más destacado es un pájaro, aunque parece un avión, porque es el ave más pesada que puede volar: sí amigos, estamos hablando de la Avutarda (con voz de Félix Rodríguez de la Fuente, por favor). Pues eso, que íbamos Javier y yo por la carretera con la Nave y nos sobrevoló este bicho enorme que vendría de la cercana Tierra de Campos. Me hizo mucha ilusión, nunca había visto ninguna volando tan cerca. Y de lo del ciclismo y eso, pues más de lo mismo. Una escapada desde Andavías, donde, como intuye Eugenio, me dieron bien de comer. Como muestra de agradecimiento, me marché para no molestar. El valiente de mi compañero de hoy pasó a recogerme desde Palacios del Pan, lo que supone que a la vuelta se tuvo que hacer otros 20 kilómetros más (unos 60 en total). En el tramo que hicimos juntos (40 km) la parte inicial fue muy agradable y fácil (ya os imaginaréis por qué... claaaaaaro, el viento nos ayudaba un poco) así que nos dedicamos a criticar a nuestras mujeres y sus infinitos defectos. Estuvo bien. Cuando llegamos a Piedrahíta de Castro, el viento ya no ayudaba nada, así que me tuve que poner delante a tirar de Javier. Yendo uno delante y uno detrás y además esforzándonos por mantener un buen ritmo contra el eolismo, la conversación se cortó en seco. Recorrimos en tándem la mayoría de los tramos y los pueblos de la retahíla (esa que dice Toño que parece de las paradas de autobús), salvo en algunos repechos en los que había que aflojar un poco para reagruparse. Las carreteras en esa zona están fenomenal (solo empeoran en la zona de Cubillos), así que se rodaba sin dificultad. Cuando pasamos este último pueblo, nos metimos a la derecha para hacerle más corto el regreso a Javier. Llegamos a Valcabado y nos despedimos. Yo lo tenía fácil, con la entrada a Zamora por el terreno favorable de la vía de servicio de la carretera de Galicia. A mi pobre compañero le quedaba una tiradilla todavía. Fenomenal, una tarde muy agradable.