Carretera. Ricobayo, Villanueva de los Corchos, Videmala, Fonfría, Pino del Oro, Villadepera, Villardiegua de la Ribera, Torreg

La ruta de hoy es, hasta la fecha, la más bonita y la más dura que he hecho con la bici de carretera. La más bonita por los paisajes que recorre (solo ver el Duero encajonado desde el puente de Requejo merece la pena) y la más dura porque hay muchas subidas y bajadas considerables y porque he ido solo y esforzándome. Empecé en Muelas del Pan sobre las cinco de la tarde. Y empecé bajando hasta el embalse, lo que significaba que desde ahí tendría que empezar subiendo hasta Ricobayo y coger la N122 durante 3,5 km hasta desviarme camino de Villaflor. Es casi todo ascenso hasta el kilómetro 10, pero luego la carretera baja en picado de nuevo hasta el Esla. El asfalto en esa zona está en malas condiciones, así que bajo rápido pero con prudencia. Al pasar por el puente rememoro mis jornadas de pesca en esa misma zona (cuántos bolos habré hecho allí...) e inmediamante comienza la subida a Villanueva de los Corchos. En este tramo de 14 km. hasta Fonfría, el firme está penoso y se concatenan las subidas y bajadas menores (salvo un par de ellas en Videmala que son más largas). Mientras sufro los baches, pienso en la dejadez de la Diputación, que tiene abandonados tantos pueblos mientras nos venden el discurso de su preocupación por la España vaciada (penoso). En fin... sigo pedaleando hacia Fonfría con el viento molestando ligeramente (pero hoy no ha sido determinante) y cuando llego al pueblo cojo de nuevo la N122 durante otros 3,5 km. Agradezco la suavidad que supone rodar por allí, pese a que es una carretera nada recomendable para las bicis por el tráfico que tiene. De hecho, solo me han adelantado camiones y coches en ese tramo y en la subida desde Villalcampo hasta Ricobayo. La suavidad se acaba de nuevo al girar a la derecha hacia Pino del Oro, donde se llega fácilmente porque es todo bajada. Nada más pasar el pueblo, nuevo repecho antes de afrontar el descenso hasta el puente de Requejo. Salvo por lo que os digo del asfalto, es muy divertido porque, aparte de que bajar es un placer, la carretera es sinuosa, con curvas y contracurvas. Aunque no domino todavía la bici en ese terreno, disfruté mucho. Ademas, las vistas en ese tramo son espectaculares, así que miel sobre hojuelas (ahhhh). Llevo 40 km. ya y un ritmo bueno, aunque me quedan unas cuantas subidas duras, la primera desde el puente. Son 5 kilómetros pasando por Villadepera y hasta las cercanías de Villardiegua. Como me veo con fuerzas, subo poniéndome de pie mucho rato, lo que es un poco más fatigoso. Me planto en Villardiegua de la Ribera, donde me pierdo un poco, para afrontar el último tramo del día. Primero hasta Torregamones (seguimos con asfalto destrozado por los parches) y luego hasta Moralina de Sayago. A partir de ahí, la carretera está impecable y rodar es un placer. Bajo hasta el salto de Villalcampo y me paro a comer algo. Estoy cansado, pero todavía tengo moral y fuerzas para seguir. Lo primero es subir desde el salto hasta el pueblo. Casi seis kilómetros duros que hago a ratos sentado y a ratos de pie sobre la bici (que,por cierto, se ha comportado maravillosamente bien). Cuando llego arriba, me quedan 5 km. desde Villalcampo hasta Ricobayo que hago rápidamente (salvo en dos repechos). Lo último es bajar al embalse de nuevo (qué placer), atravesar la presa y subir hasta Muelas del Pan haciendo un último esfuerzo. Conseguido. Llegué agotado pero muy satisfecho. Una ruta preciosa que habrá que repetir en compañía.