Etapa 4. Balerma- Garrucha

Bikepacking "Eurovelo 8"

Hoy el día ha sido movidito.
Salimos de casa Jose a las 7:45 y Teles se da cuenta al poco rato de salir que se ha dejado las gafas de sol… Pero no vamos a dar la vuelta…

Nos metemos por el laberinto de los invernaderos hasta llegar a «Las Noris de Dazar» y de ahí enlazamos con un carril bici hasta Roquetas de Mar.
Una Vez pasado este último pueblo, paramos en el Lidl para comprar otras gafas de sol y seguimos por la nacional sin apenas tráfico hasta Almeria. Como somos unos valientes, nos ponemos a rueda de dos ciclistas aunque a los 20 minutos decidimos parar porqué nos estamos dejando toda la energia en ese trozo.

En Almeria llevamos 50km y paramos a comer un plátano y una barrita para seguir dirección Cabo de Gata. De golpe, reaparecen las señales de la Eurovelo 8 y felizmente seguimos por su espectacular carril bici pegado al mar. En pocos minutos nuestra felicidad se ve golpeada por un viento de cara que nos acompañará a lo largo de toda la etapa.

Se nos hace muy duro pedalear, así que descartamos adentrarnos por Cabo de Gata y cogemos unas carreteras secundarias con la ilusión de encontrar menos viento.

Nuestro gozo en un pozo, no hay menos viento, hay subidas y, encima, han cortado la carretera por la que íbamos y como no somos coches no podemos entrar en la autopista así que nos metemos en un camino de gravilla que más adelante se convierte en camino de piedras… Nos toca bajar de la bici y empujar. Con cara de mala leche, y respirando para no perder los papeles, caminamos hasta que el camino se vuelve mas practicable, nos montamos y a los pocos km encontramos nuevamente la carretera. Qué felicidad!!!

Es la 1 del mediodia, a Teles le duele un poco la rodilla, así que paramos a descansar y beber algo antes de seguir. Sabemos que hoy llegaremos tarde. El viento nos está retrasando muchísimo.

Vuelta a la marcha por una carretera sin casi tráfico.Encontrando nuevamnete las señales de la EV8 que nos dirige hasta la costa, concretamente hasta Carboneras, donde hacemos una parada para comer una empanadilla de atún y un buen refresco. Tenemos energía para la subida que nos espera… Una subida larga y tendida pero que la hemos hecho con calma y con nuestro querido y ya amigo: el viento.

Por fin llegamos al hostal de Garrucha. hoy, como novedad, a parte de la ducha y de ir a comprar, hemos puesto una lavadora. ¡Qué bien que olemos ahora!