Gran circular Gijón, Peón, Niévares, Villaviciosa, el Puntal y vuelta por carreteras costeras

Mi última ruta de entrenamiento rodador antes de la maratón de los monegros la hice de la mano de Rober, de Raposos BTT.
Como últimamente y como llevo haciendo siempre, enseñar Asturias a través de la bici es algo que me encanta.
Este recorrido, que va paralelo en su primera parte al Camín A Cuadonga nos lleva desde Gijón, por toda la costa hasta el Estadio del Molinón, donde recogí a mi amigo Rober.
Seguimos por la carretera de la Prividencia para alcanzar poco a poco y disfrutando de la subida y la vista que nos ofrece de Gijón hasta La Olla, donde seguimos a la carretera del Curbiellu. El Curbiellu, un alto que nos dará paso al precioso valle de Peón, al que bajamos vertiginosamente hasta el Bar Pepito, cruce de las carreteras que nos llevan a Pola de Siero o al otro lado a la carretera nacional a Villviciosa.
Seguimos de frente y nos encaminamos hacia la Cordal de Peón, siempre viendo sufridamente lo que nos queda por recorrer hasta el alto.
El alto de la Cordal de Peón es un mirador precioso de todo el valle de Villaviciosa y de la Cordillera del Sueve y los Picos de Europa.
Seguimos en rápido descenso y decidimos desviarnos a la derecha hacia Niévares para bajar siguiendo los pasos del Camino a Covadonga, pero por carretera, claro está, que coincide con las señales a la inversa del Camino de Santiago en bici.
Merece la pena para a ver el Palacio de Niévares*
Durante toda la bajada nos encontramos con sufridos peregrinos que nos preguntaban cuanto faltaba para coronar e incluso como llegar a Gijón y coger un tren a Aviles. Alguno nos decía "voy mal" asi que cogeré un tren.
Seguimos por Grases, rumbo a Amandi, lugar que tras pasar el puente y visitar si interesantísima iglesia, paramos a recoger agua en su buena fuente. Aquí nos separamos del Camino a Covadonga y seguimos hacia Villaviciosa, donde la parada obligada es la Iglesia de Santa María de la Oliva.
Continuamos hacia El Puntal...donde ya se notaba el cansancio y recorrimos la ria con unas vistas espectaculares a la reserva ornitológica. Pronto el camino deja el nivel del mar para, con una interesante pendiente atacar rumbo a Tazones la subida a La Atalaya. El descenso a Tazones se hace rápido y su ascenso algo doloroso hasta meternos por las pequeñas carreteras locales que nos llevan dirección Oeste. Llega un momento en el cruce que nos lleva a Abedules que nos salimos a la carretera nacional, ya que la carretera se convierte en pista, que ya concíamos de las excursiones en BTT.
Seguimos rumbo Gijón y llegamos al Infanzón para bajar ya por la carretera del Ionfanzón de nuevo a Gijón.

NOTAS
(vivirasturias.com)

*Palacio de Niévares
El conjunto palacial de La Torre (parroquia de Niévares/Névares), o Torre de Niévares, es una torre palacio, con apariencia de fortaleza, compuesta por casona, capilla y establos, y protegida por una muralla almenada de altos muros y asombroso aspecto, elevada sobre la ladera. En la también llamada casa de los Concha, por ser propiedad de dicha familia, vivió durante un tiempo el escultor Antonio de Borja, autor de muchas de las imágenes de la provincia fechadas entre los siglos XVII y XVIII.

Pese a ignorarse la fecha de su erección, es posible que al menos una parte del mismo sea de 1501, año que figura grabado en el frente del palacio, y otra sea de época anterior, como da a entender la gran muralla, constituida por grandes e irregulares bloques de piedra con defensivas torres semicirculares de remate almenado.

El palacio consta de dos volúmenes: un cuerpo principal, de planta rectangular, con tejado a dos vertientes, y la torre cuadrada, acomodada en una de las esquinas, con cubierta a cuatro aguas y un piso más que la destaca del resto.

Es un edificio caracterizado por la sobriedad volumétrica y ornamental (M.ª S. Álvarez). El corredor de la fachada oeste y la gran escalera que comunica el exterior con la primera planta de la fachada este son los dos únicos elementos sobresalientes en sus lienzos, a los que perforan vanos cuadrados y rectangulares, construidos con jambas y dinteles de buena piedra, aunque carentes de ornato.

Arrimada al lienzo oeste de la muralla está la rectangular capilla, con bóveda de crucería y clave adornada con el escudo familiar.

*IGLESIA DE SAN JUAN DE AMANDI
El conjunto palacial de La Torre (parroquia de Niévares/Névares), o Torre de Niévares, es una torre palacio, con apariencia de fortaleza, compuesta por casona, capilla y establos, y protegida por una muralla almenada de altos muros y asombroso aspecto, elevada sobre la ladera. En la también llamada casa de los Concha, por ser propiedad de dicha familia, vivió durante un tiempo el escultor Antonio de Borja, autor de muchas de las imágenes de la provincia fechadas entre los siglos XVII y XVIII.

Pese a ignorarse la fecha de su erección, es posible que al menos una parte del mismo sea de 1501, año que figura grabado en el frente del palacio, y otra sea de época anterior, como da a entender la gran muralla, constituida por grandes e irregulares bloques de piedra con defensivas torres semicirculares de remate almenado.

El palacio consta de dos volúmenes: un cuerpo principal, de planta rectangular, con tejado a dos vertientes, y la torre cuadrada, acomodada en una de las esquinas, con cubierta a cuatro aguas y un piso más que la destaca del resto.

Es un edificio caracterizado por la sobriedad volumétrica y ornamental (M.ª S. Álvarez). El corredor de la fachada oeste y la gran escalera que comunica el exterior con la primera planta de la fachada este son los dos únicos elementos sobresalientes en sus lienzos, a los que perforan vanos cuadrados y rectangulares, construidos con jambas y dinteles de buena piedra, aunque carentes de ornato.

Arrimada al lienzo oeste de la muralla está la rectangular capilla, con bóveda de crucería y clave adornada con el escudo familiar.

*SANTA MARÍA DE LA OLIVA, VILLAVICIOSA
Santa María del Conceyu, sita en el barrio de La Oliva de la villa, es Monumento Nacional por decreto de 3 de junio de 1931. Este bello e interesante edificio de transición al gótico, que debe de datar del último cuarto del siglo XIII o comienzos del XIV, está dedicado a la Anunciación de Nuestra Señora y fue templo parroquial de La Villa hasta la Desamortización (1836). La manifestación arquitectónica más antigua de Villaviciosa preserva todavía del románico «la sencilla disposición de los volúmenes, la planta, algunas saeteras, las portadas laterales y gran parte de los motivos ornamentales» (M. S. Álvarez). El gótico se deja notar ya en la propensión a la horizontalidad del imafronte, a la que ayuda el adelantamiento en planta del paño y el amplio tragaluz colocado sobre la portada oeste, que es su ingreso principal; la presencia de temas iconográficos muy difundidos en esa corriente (verbigracia, la Virgen con el Niño en el tímpano de la portada occidental), la utilización del arco apuntado en el acceso oeste, etc.

Este templo es muy sencillo y de noble aspecto por haberse construido íntegramente sus muros a base de sillares de piedra bien labrados. Conserva la planta rectangular con nave cubierta por armadura de madera y una profunda cabecera con cúpula de cañón apuntada en el primer tramo y de crucería en el segundo. El total abovedamiento de esta parte de Santa María de Villaviciosa precisa del reforzamiento externo con contrafuertes.

En las paredes de la nave se abren cinco tumbas en arcosolios.

El templo tiene tres portadas. Las laterales, una al sur y otra al norte, son menos evolucionadas y ricas que la principal, orientada ésta al oeste; es abocinada con cuatro arcos levemente apuntados, capiteles historiados y fustes entallados con medias figuras (mutiladas en 1936, guerra civil española) correspondientes a la Anunciación, en última arquivolta, y seis santos; se trata de una talla tardorrománica, algo tosca e ingenua. Absolutamente góticos son, por el contrario, la tracería e imagen de Nuestra Señora del tímpano y el llamativo rosetón calado (s. XV) de la claraboya.

La luz interior la recibe de dos hermosos rosetones góticos —el ya citado de la puerta oeste y el existente en el frontis del arco toral— y de los tres ventanales del ábside, uno de ellos de estilo románico.

El maestro transmerano Ignacio Caxigal se encargó de adosar en 1658 una sacristía a la fachada meridional; por entonces también se erige la capilla de la Soledad y se coloca un pórtico a lo largo de las fachadas oeste y sur, que sería suprimido en el XIX. Nuevas remodelaciones le afectan en 1814, acometidas por el arquitecto Francisco Antonio Muñiz.

El actual pórtico es moderno (h. 1956).