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Vuelta al Embalse de Alsa.

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Trail stats

Distance
94.31 mi
Elevation gain
9,787 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
9,787 ft
Max elevation
2,870 ft
TrailRank 
36
Min elevation
243 ft
Trail type
Loop
Time
7 hours 53 minutes
Coordinates
22706
Uploaded
July 25, 2022
Recorded
July 2022
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near Somahoz, Cantabria (España)

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Itinerary description

Desde que se dio a conocer el final inedito de la Vuelta España donde, el jueves día 25 de agosto, siendo esta la etapa 6 de la ronda española, el pelotón subirá hasta el Pico Jano, situado en San Miguel de Aguayo, Cantabria. Ese fue el motivo principal y lo que dio motor a esta cabeza loca que tengo y pronto empecé a trazar una ruta. Al principio, como todo, surgen las dudas de cuál sería nuestro punto de salida, pero está vez lo tenía más que claro. El pueblo al que tendríamos que llegar con nuestros vehículos sería Los Corrales de Buelna, Cantabria.
Con el punto de salida definido, estuve probando varias alternativas de ruta hasta que tuve la ruta definida por completo y, en la cual, se podía ofrecer alguna alternativa un poco más suave porque, el que me conozca como el que no, ya se sabe que tengo más vicio que una puerta vieja y que cuando me vengo arriba no hay nadie que me pare.

Con todo ello bien planeado y con dos rutas establecidas nos ponemos en marcha. Pero antes de seguir, debo aclarar que aquí sólo describiré la ruta larga, la cual, fue la que yo mismo hice sobre mi bici y con la que disfruté y sufrí.
Como ya he dicho antes, recuerdo a los lectores que, el punto de salida es desde Los Corrales de Buelna. Después de algo más de una hora de viaje, al llegar, la primera sorpresa que tenemos es que, el restaurante donde íbamos a tomar café, está cerrado. Nuestro punto de partida es la gasolinera que hay nada más salir de la autovía , pero al no poder tomar café, debemos improvisar sobre la marcha y acercarnos al centro del pueblo. Cuan es nuestra sorpresa al entrar en una panadería situada en la plaza de la Constitución y con el nombre de, Peter & Pan, que se nos ilumina la cara a todos. De la gran variedad que tenemos para elegir, damos rienda suelta a nuestro apetito voraz y más sabiendo que la mañana será dura.
Después de saciar el hambre que ni los mismísimos reyes, volvemos a la gasolinera del comienzo para dejar los coches y ponernos en marcha.

Salimos por el barrio de Piebandera y pasamos por debajo de las vías del tren y posteriormente por un puente sobre el río Besaya. Vamos calentando la maquinaria y al llegar a Sopenilla giramos a la derecha y comenzamos a subir poco a poco y por una carretera bastante ancha y de buen asfalto. 3 kilómetros de subida con un porcentaje medio por encima del 6% es lo que nos separa hasta llegar a la cima.
El descenso es de características similares y siendo una bajada bastante rápida y fácil. Así llegamos a una rotonda donde debemos girar a la derecha y, bien colocados, vamos rodando progresivamente. Debemos de hacer un cambio de carretera y hacer un giro a la izquierda para cruzar por un puente del río Pas y por donde vamos rodando fácil. Llegamos a El Soto y comenzamos levemente a ir ascendiendo el Alto de San Martín, que lo recuerdo cuando lo conocí en la marcha de La Cantabrona en su primera edición. Tenemos por delante algo más de 5 kilómetros, con un porcentaje medio de 4% y que nos lleva hasta la localidad de San Martín de Villafufre, donde a la derecha tenemos una buena fuente para reponer agua.
Por delante nos encontramos con un descenso fácil y cómodo que nos lleva a una zona de rodar con alegría y que nos acerca hasta la localidad de Selaya, bien conocida por todos los ciclistas que se precisen a conocer esta zona y que seguro que los recuerdos son muy dispares.

Como ya he dicho, pasamos Selaya sin detenernos y ahora sí, comenzamos uno de los primeros puertos de mayor envergadura de la jornada, un segunda categoría con algo más de 8 kilómetros, donde debemos de salvar unos 500 metros de ascensión con un porcentaje medio de poco más del 5%.
La subida real no empieza hasta donde está el cruce que va a Pisueña. Para el que escribe estas líneas, esta vertiente del puerto es la más interesante que la que viene del valle del río Pas. Es de mayor dificultad, aunque no tiene rampas reseñables y muy exigentes, es la más sombría con curvas en herradura y tiene unas grandes vistas. Todo ello en tan sólo 2 kilómetros más que su otra vertiente.
Una vez arriba, nos hacemos la foto de rigor y comenzamos el descenso tan sólo de 6 kilómetros y que nos lleva hasta Vega de Pas, donde paramos a coger agua en la fuente que hay en el cruce.

Cuando retomamos nuestro camino tenemos por delante un tramo de unos 18 kilómetros de rodar fácil y en sentido ligeramente descendente. La carretera es estrecha con bastantes curvas y con una densidad de tráfico bastante elevada. Hay que extremar la precaución e ir bien en paralelo sin invadir lo estrictamente necesario de nuestro carril. Ya se sabe que hay mucho cafre al volante. Como he dicho, la carretera es sinuosa y donde tenemos a nuestra derecha el río Pas y a nuestra izquierda la montaña que se eleva ante nosotros.
Salimos de esta carretera y enlazamos con la N-623, carretera que une Castilla y León por la provincia de Burgos, con Cantabria a través del puerto del Escudo. Es aquí donde nos encontramos, justo en los primeros kilómetros de la aproximación a la subida de dicho puerto. En esta ocasión, giramos a la derecha para seguir descendiendo tranquilamente por la carretera Nacional y es por ello que nos hace pasar por Alceda y Ontaneda, lugares muy conocidos para la adquisición de productos de la vega del Pas como son los sobaos o las ricas quesadas.

Nuestro camino por la N-623 concluye al llegar a San Vicente de Toranzo donde, en la rotonda al salir del pueblo, tenemos que girar a la izquierda. Desde este mismo punto damos de nuevo comienzo a nuestra próxima ascensión, el Puerto de El Portillón. Tenemos ante nosotros un puerto catalogado como 2ª categoría con casi 7 kilómetros de longitud, un porcentaje medio superior al 6% y donde debemos de ascender 410 metros de desnivel. La subida no tiene rampas duras pero eso si, es un puerto con una subida que se mantiene siempre rondando el 7 % y donde el sol puede hacer mella en los ciclistas.
La bajada es un poco más ratonera debido a que la carretera es bastante estrecha y nos damos de bruces con curvas bastantes cerradas con el peligro que conlleva el hecho de poder encontramos con algún vehículo que vaya en sentido contrario a nosotros. La bajada de puerto concluye en Barriopalacio pero sigue de forma descendente hasta llegar a Arenas de Iguña, punto donde decidimos hacer una parada un poco más larga para reponer fuerza para el plato fuerte de la jornada.

Tras saciar un poco nuestro apetito en el bar de Arenas de Iguña y repostado agua en la fuente que hay en frente, nos ponemos en marcha de nuevo. De nuevo volvemos a estar en la N-611, la carretera que sube hacia la meseta castellana a través del puerto de El Pozazal y que nos llevaría hasta Reinosa. Pues bien, nosotros cogemos esa misma dirección, lo que viene siendo, sentido ascendente. Desde la rotonda que está a la salida de Arenas hasta Bárcena de Pie de Concha nos separan tan sólo 8 kilómetros por carretera ancha y donde se nota un poco más la afluencia de tráfico pero sin llegar a ser peligroso. Al llegar a Bárcena, debemos desviarnos como si quisiéramos entrar en el puebo, y una vez desviamos nuestro camino, hacer un giro a la izquierda por una de sus calles. Decir que la cosa se va poniendo seria y, tras pasar por debajo de un puente, comenzamos a subir el puerto de 1ª categoría de la jornada, la subida al Embalse de Alsa.
Después de pasar por el puente llegamos a una pequeña edificación y donde poco después ya tenemos nuestra primera rampa que sobrepasa los dos dígitos. El primer kilómetro y medio de la subida es bastante llevadero, pero no hay que hacerse muchas ilusiones porque, al traspasar un paso canadiense, la cosa se pone seria. Por delante tenemos un tramo de poco más de 3 kilómetros donde nos encontraremos con curvas en herradura y la pendiente media de este tramo supera el 9%. No tenemos rampas muy exigentes, tan sólo llegando hasta el 11% pero que seguro que más de uno hace daño. El sol también es un factor a tener en cuenta y es que estamos en la horas centrales del día y eso se nota, porque nuestro amigo Lorenzo nos está atizando con fuerza.
Cuando volvemos a pasar por un paso canadiense, la pendiente se ve rebajada considerablemente y el último kilómetro antes de pasar por la mismísima presa del embalse es totalmente llano. Desde la parte superior de la presa podemos ver los estragos de la sequía que está asolando nuestro país este año. He de decir que la finalidad de este embalse es de generar, a través de su central hidráulica ubicada bajo su presa, la energía suficiente como para abastecer el casi 40% de toda Cantabria.
Al seguir nuestro camino vemos que, efectivamente, ya están con los arreglos de la carretera para poder subir hasta el pico Jano, pero nosotros seguimos recto y es así donde nos damos de bruces con un fuerte repecho de hormigón rallado. Desde este punto, que seria, ahora sí, el más alto de nuestra subida, vemos que el hormigón da paso a un camino de grava bastante bien compactado y, como en las grandes vueltas, tienen sus etapas con tramos de Sterrato, nosotros no íbamos a ser menos. 3 kilómetros y medio sobre un terreno impredecible pero que no se hace difícil. No penséis que me he vuelto loco a meter este tramos de Sterrato. He visto infinidad de fotos y navegado a través de Internet y, en mi defensa diré que, este tramo de camino tiene nomenclatura de la Red de carreteras comarcales de Cantabria y por ello que me aventuré a cruzar este tramo. Además, es la única manera que hay de cruzar desde la carretera por la que hemos subido hasta el Embalse de Alsa, hasta la carretera por la que vamos hacer el descenso desde San Miguel de Aguayo.

Como ya he dicho, el tramo de Sterrato son 3 kilómetros y medio y nos lleva de nuevo a un buen asfalto con una carretera estrecha que no supera los 3 metros de anchura. Cuando llegamos a Santa María de Aguayo, volvemos a parar a coger agua, nuestro cuerpo lo necesita.
El descenso es bastante rápido y nos vuelve a llevar a la N-611 donde ahora sí, nos desviamos en dirección a Santander. Tenemos por delante 14 kilómetros en sentido descendente por carretera ancha que nos hace volver a pasar por Bárcena de Pie de Concha y que nos lleva hasta la rotonda de Arenas de Iguña. Punto de inflexión donde 70% de la grupeta decide seguir recto por la nacional y llegar así hasta Los Corrales de Buelna. En mi caso, como en la de mi compañero de fatigas, que ya se sabe que tenemos más vicio que una puerta vieja, decidimos ir a por nuestro último puerto de la jornada.

Tras una breve zona de rodar llegamos a Los Llares, punto donde damos comienzo a nuestra última subida de la jornada, la Collada de Brenes. Un puerto catalogado como un 2ª categoría con 8 kilómetros de longitud y donde deberemos de salvar 515 metros de desnivel hasta hacer cumbre pero eso sí, con un 6,5% de pendiente media.
Sobre esta subida decir que, el kilómetro más duro es el primero pero sin tener rampas exageradas de dureza extrema. Este primer kilómetro nos lleva a pasar por varios puentes y en donde podemos observar un rebaño de cabras montesas trepando por la roca con su correspondiente perro guardián. Un perro que tampoco para él los años pasan en balde y ya ni siquiera tiene ganas de levantar la cabeza al paso de los ciclistas. Durante la primera parte de la subida encontraremos bastantes árboles y, al llegar a la mitad de ascensión, llegamos a un área recreativa cubierto por un magnífico acebal donde siempre se congrega mucha gente esparcida por sus mesas de madera.
Desde este mismo punto, los árboles desaparecen y dan lugar a grandes pastos de montaña y donde podemos observar la belleza que tenemos a nuestra izquierda de todo el valle por donde estamos subiendo. En la cima, se puede seguir recto por una pista que hay pero ya recomiendo el uso de una btt. Nosotros en cambio, giramos a la derecha por el camino rural asfaltado y desde aquí, en días despejados, se puede ver el Mar Cantábrico.

La bajada de la Collada de Brenes la hacemos por su cara norte, que es la que tiene bastante más dureza que su cara contraria. 6 kilómetros de bajada hasta Villasuso por una carretera botosa, la cual, han parcheado días atrás por el motivo del paso del pelotón ciclista en la vuelta 2022. Dicha carretera contiene curvas cerradas en herradura y donde nos encontramos con rampas que llegan alcanzar el 15% de pendiente. También hay que tener especial cuidado porque nos podemos encontrar a algún vehículo o algún animal en la carretera.
La primera vez que bajaba por aquí me encontré un rebaño de vacas que subían de una en una por su lado derecho en formato de caravana animal. Fue una imagen muy llamativa.

Cuando llegamos a Villasuso, volvemos a parar a coger agua y ahora sí, ponemos rumbo hacia los últimos compases de la ruta de hoy. Tan sólo nos queda llegar, una vez más, a la N-611 y poner rumbo dirección Santander. El próximo pueblo que tenemos a nuestro paso es Los Corrales de Buelna, lugar donde recordarán, dejamos nuestros vehículos.

Una ruta que bien merece la pena el poder disfrutar aunque sobrepase, eso sí, por poco, los 3000 metros de desnivel acumulado.

Nos vemos en la siguiente!!!!

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