Las dos Navas con mi hermano Alberto

Preparando la Marcha Cicloturista del próximo 24 de Julio en honor a Nico Abad y con salida desde la localidad segoviana de Sotosalbos, mi hermano Alberto y yo quedamos prontito en el parking de Robledo para evitar todo lo posible la calorina que se nos avecinaba.

La dificultad de esta ruta consistía en superar dos puertos: Navacerrada (lado segoviano) y Navafría (desde Lozoya).
Se le une la distancia: más de 120 km y el elevado calor antes de mediodía hasta el final de la ruta.

Empezamos con la fresca a ritmo moderado, pero muy llevadero, entre los pinares de Valsain, por la carretera que lleva al Puerto de Navacerrada, con poco tráfico en el mismo sentido, pero muchísimo en sentido contrario. Además, como curiosidad, muchos de los coches portaban bicis

Navacerrada (lado segoviano): la parte como puerto tal cual son 6,8kms desde el puente del Río Eresma con una pendiente media del 8%. Es un puerto duro y apenas ofrece descanso. Se empieza y se termina con el mayor porcentaje.

Empezamos la subida muy tranquilos, reservando, con coronas altas y mucha cadencia, charlando…en la 3ª recurva alcanzamos a un ciclista con una lefty (bici de montaña de la marca Canondale cuya horquilla sólo tiene el brazo izquierdo). Poco a poco, íbamos charlando y subiendo. Me contaba que subía a La Bola a ver el Triatlón de Montaña que se celebraba hoy allí. Para ir con una bici de montaña iba muy fino el tío, pero no le gustó finalmente mi ritmillo y se dejó caer, adoptando el ritmo de mi hermano, más llevadero para él.
Al rato alcancé al “tío de la Pinarello”, ciclista entrado en años pero en muy buena forma. Y seguí pálante, patapúm parriba. Pensaba subir más tranqui, pero como a los 4 km de subida vi el tiempo que llevaba en el grillo y pensé: “eeh, lo mismo bajo de la media hora!” Pero finalmente no fue así, por 45”…pá otra ocasiorl.
Una vez arriba, beber y comer un poco, respirar…..
No tardaron mucho en llegar mi hermano y los dos compañeros de subida, que coronaron juntos.

El parking de Navacerrada estaba ya “hasta la bola”, de peña para subir andando y ver el triatlón y poner La Bola hasta la bola.

Tras beber y papaear mi hermano, nos dejamos caer hasta Cotos y desde aquí algo más rápidos, ayudados por la gravedad y la pendiente favorable. La temperatura era más que agradable, hacía presagiar lo que nos venía después: calor, mucho calor.
Rascafría, km 50. Desde aquí a Lozoya son 10 km de llano con pequeños cambios de rasante. Lozoya: km 62.

Navafría (lado Lozoya): 11,6 kms al 5,47% de pendiente media. Se trata de un puerto largo, para tomárselo con calma (aunque yo no lo hiciera…ooootra vez). Tiene 2 kms duros, no consecutivos, alternados con otros menos duros e incluso alguno muy llevadero. La primera parte si pega bien el sol es mucho más dura. Luego siempre hay sombra y más fresco (en días fríos será lo contrario). Se termina con poco desnivel y eso siempre sube la moral.

Ecuador de la Ruta. Coger agua en la fuente que está justo en el principio de la subida y tranquis empezamos a subir. Sin prisa, charlando de nuevo. Vemos bajar a muchos ciclistas. Lo increíble es que vemos a dos bajar con chubasquero!!!! Qué se pondrán estos en invierno???!!
Comenzamos la parte dura y subimos una corona, con la misma cadencia. Adelantamos a una ciclista con bici de montaña: “hola!” – “hola!”…pero me da por apretar un poco…o un poco más…y bajo alguna corona, no sé si porque el terreno es algo más favorable, pero cuando se empina más no subo coronas, mantengo la cadencia. Miro para atrás, ya no veo a mi hermano, pero bueno, él sube a su ritmo, veo a un grupillo de tres que viene por detrás. Yo sigo. Adelanto a algún ciclista más. Al llegar al llano me cruzo con dos corredores con perro y todo. Bajo más coronas para apretar en vez de descansar. Y de los ciclista que adelanto veo de nuevo “al tío de la Pinarello!!!” “Vaaamooooos!!!” Le animo al pasar. “Dale, dale, que tú vas mu fuerte!!” me dice. Termino coronando el puerto con la paellera metida, los últimos 700 m son muy favorables.
Al llegar hay más de 15 ciclistas allí, unos 10 del mismo club (de no sé dónde pero lejos), haciéndose fotos y fotos.

Aparco la bici. Papeo un poco. Veo llegar a ciclistas por uno y otro lado del Puerto de Navafría. Unos a toa leche y otros como pueden, pero con más mérito seguro porque les cuesta más. Unos con bicis caras de cojones y otros con su antigua Zeus con rastrales. Unos paran a descansar y otros en cuanto coronan se vuelven a bajar.
Aparece “el tío de la Pinarello” y me dice que si vamos pá Segovia, que coge agua en la fuente y luego nos vemos. Pues, o se quedó en el pueblo de Navafría o apretó de cojones, porque no le volvimos a ver.
Llega mi hermano. Papea un poco, fotos de rigor y nos dejamos caer, con sumo cuidado, ya que el lado segoviano está muy descarnado el asfalto. No queremos pegar llantazo y pinchar. Aun así, en poco más de 13 minutos estamos en la carretera general, con viento de cara, como de costumbre en esta zona. Con más de 30ºC. Mi hermano empieza a sufrir el desentreno de no montar en los últimos 15 días y no haber hecho rutas largas desde hace años. Aflojamos el ritmo y aprovechamos las bajadas para recuperar, pero el calor y el viento cansan tanto como los km de subida de un puerto.

Llegamos a Torrecaballeros y hacemos una breve parada (en principio), que se convierte en media hora al encontrarnos con amigos de mi hermano y tomar una birra bien fresquita. Como dios!!

Los km restantes nos los tomamos con calma (al contrario que la birra), pasando por Segovia, hasta Hontoria, donde reponemos fuerzas y sobre todo líquidos perdidos en una paella familiar de cumpleaños.

*Los perfiles de los puertos están sacados de www.altimetrias.com