Midiendo la polución durante la marcha guiada por las vías ciclistas de Valencia (XV Congreso ibérico Bicicleta y ciudad)

En el XV Congreso ibérico “La bicicleta y la ciudad” celebrado en Valencia del 16 al 20 de mayo de 2018, varios miembros de Kalapie hemos presentado 4 comunicaciones y participado en un taller sobre equipos de medida para conocer la calidad del aire que respiramos en tiempo real mientras pedaleamos por las ciudades.
Esta visita guiada por el activo y animoso Giuseppe Grezzi, “Regidor de Mobilitat Sostenible” del Ayuntamiento de Valencia, se ha desarrollado por las vias ciclistas (7km) de la ciudad y ha contado con unos 100 participantes del congreso, distribuidos en dos grupos, que nos juntábamos en las diferentes paradas técnicas, para escuchar las explicaciones de Giuseppe sobre el Plan de Vías ciclistas del consistorio valenciano.
Tradicionalmente se viene midiendo el nivel de contaminación del aire urbano mediante sensores colocados en estaciones fijas en determinados puntos de la ciudad.
Su mayor inconveniente es que no reflejan la calidad del aire en tiempo real que se respira al pedalear, ya que las referidas estaciones están colocadas en lugares alejados de aquellos por los que habitualmente nos movemos los ciclistas, cerca de los tubos de escape de los vehículos motorizados.
No olvidemos que en estos casos respiramos hasta 2-3 veces más aire (en función del esfuerzo realizado) que si permanecemos quietos y, consecuentemente, inhalamos más partículas y gases tóxicos.
Cuando se habla de la promoción de la salud de la población, una de las recomendaciones saludables es la de hacer ejercicio físico, que por otra parte, está muy extendido por suerte en Donosti, pero ni siquiera conocemos la calidad del aire que respiramos al practicar la actividad deportiva.
Otros se preguntan, si no sería mejor no realizar ningún ejercicio que hacerlo inhalando humos tóxicos junto a los vehículos motorizados.
Para salir de dudas, qué mejor que empezar a medir con las nuevas tecnologías, la calidad del aire que inhalamos en tiempo real al pedalear, correr o caminar por la ciudad.
De los tres contaminantes más importantes: partículas 2,5 PM, óxidos de nitrógeno y ozono, hemos empezado a medir las partículas finas PM2.5 (inferiores a 2.5 micras, las más dañinas para las vías respiratorias por penetrar hasta los alvéolos pulmonares), para así conocer de verdad la calidad del aire urbano que respiramos en tiempo real.
Usamos unos pequeños detectores con sus smartphones asociados para nuestras medidas, que han sido costeados por Medio Ambiente del Ayuntamiento y Kalapie.
Aprovechamos la ocasión Josean y yo, para portar en las bicis dos medidores de partículas finas PM2.5, a lo largo de los 7 km recorridos.
Los resultados obtenidos fueron muy satisfactorios, debido al ligero viento que soplaba en la ciudad y dispersaba los contaminantes.
No obstante, al pasar por una parte del envidiable parque urbano del antiguo cauce del río Turia, convertido desde hace unos años en un lugar de ocio y naturaleza para los ciudadanos y visitantes, con suelo de tierra fina, se levantaba polvillo generado por paseantes, korrikalaris y nosotros mismos con las bicis, que detectaron nuestros medidores de partículas finas PM2.5 (linea amarilla del gráfico de las imágenes). Por el contrario, curiosa y paradójicamente, durante el resto de la marcha por las vias ciclistas, junto a los coches, la concentración de PM2.5 (linea verde) era inferior a la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Saqué bastantes fotos de nuestro grupo a lo largo del recorrido, en las que estaba nuestra incansable Maite, colega también de Kalapie.
Tras las sesiones del congreso, nos movíamos en bici por la ciudad y principalmente, a lo largo de la cuenca recuperada del antiguo Turia (con las bicis que nos dejó la Organización del Congreso, a la que estamos muy agradecidos), observando que había muchas personas caminando y corriendo sobre tierra, que levantaban una acusada y visible “nubecilla” de polvo que posiblemente, de haber llevado nuestro medidores de PM2.5, habrían arrojado valores muy superiores a los de la OMS y de la Unión Europea.
Afortunadamente las bicis se mueven generalmente sobre carril de piedra por el cauce del Turia.
Lástima que no lo comprobáramos, pues en nuestra marcha guiada del grupo ciclista, sin verse esa nube de polvo que aquí levantaban los korrikalaris que iban en grupo, ya encontramos entonces concentraciones superiores a las recomendadas por la OMS.
Asi que OJO, por lo tanto, a esta peligrosa situación para CAMINANTES y CORREDORES (maratonianos y triatletas valencianos en sus entrenos) pues el riesgo para su salud aumenta considerablemente durante el ejercicio, al estar inhalando más cantidad de aire.
Para finalizar, animamos a las Asociaciones Ciclistas de otras CCAA a que inicien experiencias similares a la nuestra, en un contexto de CIENCIA CIUDADANA, con la finalidad de convertirse en agentes sociales activos en el proceso de conocimiento del grado de polución en tiempo real del aire que inhalan al desplazarse en bici por sus ciudades, y aporten así su granito de arena a la lucha contra el Cambio Climático.