Albentosa, sierra de El Toro, Manzanera.

Un recorrido veraniego a buena altitud, empezando en Albentosa para que los últimos kilómetros, ya con calores, sean de bajada.
De Albentosa a El Toro es medio vía verde de Ojos Negros, medio pista, bastante llana, sin ninguna dificultad, ahí vamos calentando piernas y disfrutando de los 19° un 8 de Julio.
A partir de El Toro empieza la subida principal de la ruta, a ratos exigente por rampones hasta el 17% con terreno suelto, otras veces mas llevadera por caminos carreteros y solitarios.
Arriba, a 1.500 m.s.n.m. el mundo es otro. Sabinas centenarias, enormes alfombras de sabinas rastreras y manzanilla, mucha manzanilla, que todo junto, perfuman la sierra hasta el extasis. A oleo se suman cientos de flores, margaritas amarillas, la profundidad de los paisajes, los tonos verdes que lo visten y un precioso cielo azul. Osea, que solo por este tramo de la sierra la vuelta está justificada.
En el collado de Cerro Pelado coronamos la ruta. De ahí la bajada es larga y no exenta de cierta complejidad, pues a tramos hay pendientes negativas entre el 12% y el 20% por un terreno literalmente de gravilla, tan suelto está. A ello le sumamos los regueros que las lluvias provocan en estas pendientes y la confianza nos desaparece pronto.
Bajamos 400 metros en un plis plas y nos deja en el valle del Paraiso y su riachuelo. Nos encontramos de cara el recientemente reconstruido y llamativo rincón del Paraiso Alto, lugar de peregrinación. Seguimos la pista y llegamos al balneario del Paraiso, zona preciosa y concurrida que enseguida, a la derecha, nos adentra por una senda-camino al cauce del pequeño rio de Paraiso que aquí también se llama de Torrijas.
Recorreremos el camino que va prácticamente paralelo al mismo hasta llegar a la población de Manzanera. Atravesamos el pueblo por la carretera y volvemos de nuevo al cauce del rio por con camino llamado "senda fluvial del rio Torrijas". El caminito a ratos resulta bucólico, con enormes chopos centenarios acompañados por el sonido del agua. Este camino vadea el curso del rio en varias ocasiones sin problemas para pasarlos con la bici.
Y así, sin darnos cuenta, llegamos de nuevo a Albentosa, ya con los calores propios del verano apretando, nos vamos a la plaza del ayuntamiento al bar Cuadrantes. Aquí nos pegamos un merecido homenaje a modo de comida, con un vinazo y huevos con trufa rayada, in situ, como si no hubiera un mañana. Una locura.
La ruta es fácil salvo por la distancia (el Garmin ha dado 850 m. positivos), algunas subidas y las bajadas mencionadas.