AÑARBE: regata, estación de aforos, presa, canal, embalse, robledal, cámara de carga y central hidroeléctrica Añarbe II.

Con el amigo Charly en un día espléndido, quizás demasiado caluroso (llegó hasta cerca de los 30 grados) y sin ninguna prisa, nuestra pretensión era movernos por la regata Añarbe, desde la Central Hidroeléctrica (CH) Okillegi, pasando por la presa Añarbe II, desde la que se deriva agua por el canal, que unas veces en superficie y otras en túnel, llega a la Central Hidroeléctrica Añarbe II, situada en la ctra Hernani-Goizueta, previo paso por la cámara de carga con separador automático de hojas, para evitar que éstas entren en la turbina hidráulica.
La CH lo que hace es aprovechar la fuerza del agua al saltar desde la cámara de carga a la turbina (varias decenas de metros de desnivel), transformando la energía hidráulica en eléctrica. Pero para que esta energía se la pueda considerar verdaderamente como renovable, la presa no debería afectar el equilibrio del ecosistema fluvial, permitiendo, entre otras cosas, que los peces remonten libremente los azudes, hecho que aún no ocurre en muchas de las presas guipuzcoanas.Y por otra parte, la rentabilidad de la mayoría, que son de pequeño tamaño, es muy baja y está en manos de particulares.
La etapa desde Donosti nos acerca por bidegorri a Oiartzun, para luego iniciar el ascenso a Bianditz hasta un poco antes del pk12 (Uzpuru), donde tomamos a la dcha (y de nuevo a la dcha) una pista hormigonada que desciende al caserío Arizluzieta Goikoa, pues nuestra intención era primero asomarnos al embalse del Añarbe, para lo que por pista de tierra en muy buen estado y entre abundante vegetación, continuamos bajando hasta el caserío Txaradi, convertido actualmente en casona de fin de semana.
Desde este paraje único las vistas del entorno son realmente espectaculares, tanto del embalse como al fondo de los monte Ernio, Itzarraitz...y debajo a la dcha el caserío Larrazabal (se veían por sus alrededores pistas que bajan al embalse, así que en otra ocasión indagaremos nuevos caminos).
Coincidimos con una mujer de Txaradi en plena faena recogiendo miel de sus panales de abejas. Nos comenta que este año la producción había sido muy baja. Le preguntamos si por la avispa asiática. No sabía la razón.
Regresamos de nuevo hasta Uzpuru para tomar la otra pista que baja hasta la regata Añarbe en el fondo del barranco, ya en la cuenca del Añarbe, por la que discurre la regata del mismo nombre. El último tramo de descenso hasta el caserío Okillegi, por pista de hormigón de pendiente del orden del 30%, lo realizamos a pie con la bici, para evitar riesgos innecesarios.
Pero antes del caserío, tomamos a la dcha una pista que te lleva a una estación de aforos de Diputación, que mide en tiempo real el nivel, caudal y calidad del agua de los rios, a la que echamos un vistazo.
Volvemos de nuevo sobre el caserío para continuar descendiendo hasta la regata. La cruzamos por su sencillo puente de madera, situado justo enfrente de la CH Okillegi (suerte que hoy no estaban los perros que rompen la quietud de este increíble paraje), en donde a la sombra de una frondosa vegetación de ribera, nos tomamos un buen descanso con picoteo incluido, sentados sobre los cantos rodados del río.
Un lugar mágico, con la única sonoridad agradable del agua de la regata, bastante caudalosa para la época (se nota la aportación del vaciado del embalse de Enobieta en Artikutxa, unos kilómetros aguas arriba).
Desde aquí puedes desplazarte a pie al barrio de Artikutxa (o viceversa) tanto por el canal (no apto para personas sensibles a las alturas) como por pistas/sendas.Tengo publicados al respecto varios tracks en caminatas por estos increíbles parajes naturales, algunos de los cuales aparecen en los siguientes enlaces:
- circular entre Artikutxa y Berdabio
- entre Bianditz y regata/embalse Añarbe
- aguas arriba de Okillegi
- entre Barbadillo y Berdabio
- circular poblado Artikutxa (28km)
Ahora, con la bici en mano, caminamos por un sendero unos pocos centenares de metros hasta tomar una pista que pasa por encima de la presa Añarbe II, a la que bajamos para ver pequeños detalles de la misma.
El agua que en esta época no entraba en el canal, continúa por la regata que por sucesivos meandros acaba en el embalse del Añarbe, que abastecerá a la comarca de Donostialdea.
Continuamos por pista de tierra (algunos tramos con bastantes zarzas) que transcurre cercana a los meandros del río, hasta llegar a encontrarnos con el canal derivado del azud Añarbe II, ya en la cola del embalse, justo encima del túnel de acceso al mismo desde la ctra a Goizueta.
En lugar de continuar por el canal (no recomendable con las bicis) que en menos de un kilómetro llega a la cámara de carga, bajamos al embalse tomando la pista de la izda (sin cruzar el puente) para en menos de 7 kilómetros alcanzar la pared de la presa, con unas extraordinarias vistas del embalse.
Pero un poco antes de la presa, se toma una pista a la izda, de mucha pendiente, que te lleva a la cámara de carga con separador automático de hojas de la Central Hidroeléctrica Añarbe II, a la que llega el agua, bypaseando el embalse, por el canal proveniente de la presa Añarbe II ,a la que me he referido al principio.
Pudimos comprobar “in situ” que en la cámara de carga el agua estaba quieta, al no traer el canal agua en esta época estival. De este modo todo el agua proveniente de la regata Añarbe entra en el embalse, incluida la que está soltando el embalse de Enobieta en Artikutxa, como consecuencia de su continuo desembalse desde hace un año.
Desde la cámara de carga, al fondo se ve la CH Añarbe II, situada justo debajo en la carretera, a la que llega el agua por las conducciones de color verde, procedente en su origen de la presa Añarbe II.
MUY RECOMENDABLE una caminata circular de algo menos de 9 km , que partiendo del túnel de entrada al embalse, el recorrido transcurre por la pista que llega a la presa, para subir a la cámara de carga y volver al punto de inicio por el canal.
Es muy fácil y cómoda, que se puede hacer en familia en menos de 3 horas, redondeando la jornada con comida en la cercana y bonita Goizueta, poblacion que el río Urumea divide en dos partes, destacando la arquitectura de sus magníficos y antiguos caseríos y casonas. Es curioso el lavadero del siglo XIX que se encuentra en magníficas condiciones.
El track lo tengo publicado en wikiloc, cuyo enlace es:
caminata circular embalse/canal Añarbe
Volvemos de nuevo a la pista por la que hemos venido, junto a la pared de la presa, para continuar más adelante por otra, en bastante mal estado (algún tramo mejor ir a pie por su mal firme y acusada pendiente) que desciende a la ctra de entrada a las instalaciones del embalse.
Se ve perfectamente el chorro de agua (caudal ecológico) que el embalse aporta a la regata Añarbe, que enseguida vierte sus aguas al río Urumea, que procedente de su nacedero en el Alto de Ezcurra, pasa por Goizueta.
Se ve cantidad de gente a lo largo del río tomando el sol y bañándose.
Llegamos pasadas las 4 de la tarde al bar Ugaldetxo a tomar algo, que nos encontramos la puerta abierta y dentro el matrimonio que nos dice que cerraron la actividad al jubilarse hace ya un año.
Así que con nuestras reservas energéticas en mínimos, llegamos al bar de Ereñozu, en el que tras un ligero tentempié, continuamos camino a Donosti, atravesando los polígonos industriales de Hernani (sigue sin señalización alguna) y los bidegorris que por Astigarraga y Riberas te acercan a Donosti.
Ha sido una etapa diferente a las habituales, disfrutando SIN PRISAS de los encantos del conjunto del la cuenca del Añarbe: regata, estación de aforos, presa, canal, embalse (y su valioso robledal que lo rodea), cámara de carga, CH de Añarbe II, y ya en el Urumea, de la belleza del río con su abundante vegetación de ribera, cuya sombra agradecimos en un día tan caluroso.
La dificultad de la etapa la hemos considerado de moderada, además de por los 76 km y 1300 m de ascenso acumulado, por los varios tramos que te obliga a echar pie a tierra, pero...que le da su emoción y “salsilla” a los amantes del pedaleo por ese conjunto de pistas y sendas (poco conocidas por la mayoría de txirrindularis) que tejen nuestra bella geografía guipuzcoana, sin estar expuestos, por otra parte, a los riesgos cada vez mayores de los vehículos motorizados en las carreteras.