Ascenso al Adarra desde Leitzaran

Con Jos y Josean me acerco en tren a Andoain, para entrar en el valle del Leitzaran, y después del 2ndo túnel (Otieta), coger a la izda la empinada pista hormigonada de poco más de un km, por la que se pasa un caserío a partir del cual la pista es de tierra, a veces algo pedregosa pero en buenas condiciones para seguir ascendiendo hacia el Adarra.
En el collado de Muntto, cruce de caminos con un poste indicador de señales, hay una piedra de molino con la inscripción "Camino forestal de Berchin".
Siguiendo el ascenso por pista de tierra llegamos al collado de Usobelartza, donde hay un monolito y una turbera muy antigua y que en su tiempo fue de las más importantes de la zona.
Más adelante llegamos al collado herboso de Eteneta, donde hay un menhir (en el macizo Adarra-Mandoegi hay más de 60 cromlech) y pastando por los alrededores alguna que otra betitsu.
Desde este punto, detrás tenemos el Adarra (conocido desde esta perspectiva como "el dos tetas").
En este punto estábamos, según el GPS ,a una cota de 725 m, a menos de 100 m de los 814 de la cima del Adarra.
De aquí ascendemos por ladera herbosa hacia la cumbre, desde donde se observa una bella panorámica del litoral y entorno montañoso. Mientras estábamos tomándonos nuestras vituallas, aparece de repente el txirrindulari Josean (en activo cercano a la jubilación) con un suave pero continuado pedaleo, y solo con sus vigorosas piernas, acompañado de su fiel perro. INCREÍBLE!!!
Tras sacarnos unas fotos que luego se las enviamos, se despide efusivamente descendiendo en zigzag con su can detrás.
Por zona herbosa bajamos a una senda muy técnica y de mucha pendiente, irregular, estrecha, con mucha piedra y algún que otro tronco cruzado en el camino, por lo que tuvimos que echar pie a tierra y agarrar bien los veintipico kilos de nuestras máquinas hasta encontrar de nuevo pista de tierra más ancha y ciclable.
Descendiendo por esta pista llegamos al merendero Besabi, en el que después de un rápido “piscolabis”, volvemos por pista y asfalto, hasta Hernani por Osinaga, y retornamos a Donosti por polígonos industriales y bidegorris, muy mal señalizados.