Atacando Adarra desde el valle de Leitzaran
near Ategorrieta, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Esta vez JOS y yo tratábamos de merodear por las faldas del Adarra, subiendo desde el Leitzaran por parajes totalmente desconocidos para los dos.
Para ello desde Donosti nos hemos acercado a este precioso valle por bidegorris, caminos vecinales y polígonos industriales.
La ida ha sido por la orilla izda del Urumea para ver cómo avanzan las obras del encauzamiento del río Urumea para la defensa contra las inundaciones.
Se ha demolido ya el puente de Martutene sobre el río ,la vieja pasarela del Pilar y el conjunto de viviendas más cercano al río que permitirá el ensanchamiento del cauce y la creación de un talud verde.
Se ha construido el nuevo puente del Pilar y siguen avanzando las obras de construcción del nuevo puente de Martutene, que a este paso posiblemente esté acabado para antes de finales de año.
Por el contrario, a la vuelta por Txomin, se ve que queda pendiente la demolición del puente de Espartxo sobre el Urumea, otro tapón hidráulico importante del río en este barrio.
Al parecer el proyecto se pretende redactar el próximo año.
Ya en Andoain, subimos desde el apeadero para entrar en el Leitzaran, pasados los dos primeros túneles bajamos a hidratarnos junto al río en el área recreativa de Otita.
Aprovechando la bonanza meteorológica habían bastantes familias pasando la tarde.
Subimos de nuevo a la vía verde del valle para justo después del 2ndo túnel (el de Otieta) coger a la izda la empinada pista hormigonada de poco más de un km por la que llegas a un caserío en el que aprovechamos para echar un trago del grifo del que de forma continua manaba un buen chorro de agua.
Decir que para los dos, la ruta a partir del fondo del valle del Leizaran era totalmente desconocida, por lo que a veces en algún cruce tuvimos que retroceder para volver al camino que creíamos que podía ser el bueno.
Estos retrocesos son más asumíbles con las eléctricas.
A partir de ahora la pista es de tierra, a veces algo pedregosa pero en buenas condiciones para seguir pedaleando hacia el Adarra.
En el collado de Muntto, cruce de caminos con un poste indicador de señales, hay una piedra de molino con la inscripción "Camino forestal de Berchin".
La central hidroeléctrica de Berchin o Bertxin es conocida popularmente como la de las 500 escaleras, por los 500 peldaños que tiene para llegar al depósito y canal.
Siguiendo el ascenso por pista de tierra llegamos al collado de Usobelartza, donde hay una turbera muy antigua y que en su tiempo era de las más importantes de la zona.
Más adelante llegamos al collado herboso de Onddo desde el que se divisa por primera vez el Adarra (conocido desde esta perspectiva como "el dos tetas") y más a la izda y al fondo Donosti.
En este punto estábamos, según el GPS ,a una cota de 728 m, a menos de 100 m de los 811 de la cima del Adarra.
Esta corta y sencilla subida desde la ladera sur del monte, la dejamos para otra ocasión en la que estemos al completo el equipo de los "dopaos".
Por zona herbosa bajamos al collado Eteneta donde hay un menhir (en el macizo Adarra Mandoegi hay más de 60 cromlech) y pastando cantidad de pottokas y vacas salvajes llamadas betitsu.
El descenso a partir de aquí se complica pues es la típica senda de mendizales y quizás, hasta de intrépidos jóvenes txirrindularis, pero no para "seniors" serios como nosotros.
Es de mucha pendiente, irregular, estrecha, con mucha piedra y algún que otro tronco cruzado en el camino, por lo que tuvimos que echar pie a tierra y agarrar bien los veintipico kilos de nuestras máquinas hasta encontrar de nuevo pista de tierra más ancha y ciclable.
Descendiendo por esta pista llegamos al merendero Besabi, que por falta de tiempo (eran ya las 9 de la noche) solo paramos para whatssapear a casa y decir que llegaríamos hacia las 10.
Bajando ahora por asfalto, qué gozada!!! llegamos junto al apeadero de Urnieta para retornar a Donosti por polígonos industriales y caminos vecinales hasta dar con el bidegorri que por detrás de Txomin, por un tramo boscoso paralelo al Urumea, nos llevó hasta cerca del barrio Loiola y luego por Riberas a casa.
En resumen, que ha sido una etapa preciosa, divertida y de lo más variada y con cierto grado de aventura por las faldas del Adarra.
En total, han sido unas 7 horas con algo menos de 5 en movimiento, con cerca de 70 km y 1000 m de ascenso acumulado, con un buen comportamiento de las eléctricas, a cuyas baterias les quedaba aún una carga del 20%.
Para ello desde Donosti nos hemos acercado a este precioso valle por bidegorris, caminos vecinales y polígonos industriales.
La ida ha sido por la orilla izda del Urumea para ver cómo avanzan las obras del encauzamiento del río Urumea para la defensa contra las inundaciones.
Se ha demolido ya el puente de Martutene sobre el río ,la vieja pasarela del Pilar y el conjunto de viviendas más cercano al río que permitirá el ensanchamiento del cauce y la creación de un talud verde.
Se ha construido el nuevo puente del Pilar y siguen avanzando las obras de construcción del nuevo puente de Martutene, que a este paso posiblemente esté acabado para antes de finales de año.
Por el contrario, a la vuelta por Txomin, se ve que queda pendiente la demolición del puente de Espartxo sobre el Urumea, otro tapón hidráulico importante del río en este barrio.
Al parecer el proyecto se pretende redactar el próximo año.
Ya en Andoain, subimos desde el apeadero para entrar en el Leitzaran, pasados los dos primeros túneles bajamos a hidratarnos junto al río en el área recreativa de Otita.
Aprovechando la bonanza meteorológica habían bastantes familias pasando la tarde.
Subimos de nuevo a la vía verde del valle para justo después del 2ndo túnel (el de Otieta) coger a la izda la empinada pista hormigonada de poco más de un km por la que llegas a un caserío en el que aprovechamos para echar un trago del grifo del que de forma continua manaba un buen chorro de agua.
Decir que para los dos, la ruta a partir del fondo del valle del Leizaran era totalmente desconocida, por lo que a veces en algún cruce tuvimos que retroceder para volver al camino que creíamos que podía ser el bueno.
Estos retrocesos son más asumíbles con las eléctricas.
A partir de ahora la pista es de tierra, a veces algo pedregosa pero en buenas condiciones para seguir pedaleando hacia el Adarra.
En el collado de Muntto, cruce de caminos con un poste indicador de señales, hay una piedra de molino con la inscripción "Camino forestal de Berchin".
La central hidroeléctrica de Berchin o Bertxin es conocida popularmente como la de las 500 escaleras, por los 500 peldaños que tiene para llegar al depósito y canal.
Siguiendo el ascenso por pista de tierra llegamos al collado de Usobelartza, donde hay una turbera muy antigua y que en su tiempo era de las más importantes de la zona.
Más adelante llegamos al collado herboso de Onddo desde el que se divisa por primera vez el Adarra (conocido desde esta perspectiva como "el dos tetas") y más a la izda y al fondo Donosti.
En este punto estábamos, según el GPS ,a una cota de 728 m, a menos de 100 m de los 811 de la cima del Adarra.
Esta corta y sencilla subida desde la ladera sur del monte, la dejamos para otra ocasión en la que estemos al completo el equipo de los "dopaos".
Por zona herbosa bajamos al collado Eteneta donde hay un menhir (en el macizo Adarra Mandoegi hay más de 60 cromlech) y pastando cantidad de pottokas y vacas salvajes llamadas betitsu.
El descenso a partir de aquí se complica pues es la típica senda de mendizales y quizás, hasta de intrépidos jóvenes txirrindularis, pero no para "seniors" serios como nosotros.
Es de mucha pendiente, irregular, estrecha, con mucha piedra y algún que otro tronco cruzado en el camino, por lo que tuvimos que echar pie a tierra y agarrar bien los veintipico kilos de nuestras máquinas hasta encontrar de nuevo pista de tierra más ancha y ciclable.
Descendiendo por esta pista llegamos al merendero Besabi, que por falta de tiempo (eran ya las 9 de la noche) solo paramos para whatssapear a casa y decir que llegaríamos hacia las 10.
Bajando ahora por asfalto, qué gozada!!! llegamos junto al apeadero de Urnieta para retornar a Donosti por polígonos industriales y caminos vecinales hasta dar con el bidegorri que por detrás de Txomin, por un tramo boscoso paralelo al Urumea, nos llevó hasta cerca del barrio Loiola y luego por Riberas a casa.
En resumen, que ha sido una etapa preciosa, divertida y de lo más variada y con cierto grado de aventura por las faldas del Adarra.
En total, han sido unas 7 horas con algo menos de 5 en movimiento, con cerca de 70 km y 1000 m de ascenso acumulado, con un buen comportamiento de las eléctricas, a cuyas baterias les quedaba aún una carga del 20%.
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