Badalona-Gallecs per Vallromanes

Si tuviera que clasificar esta ruta con muy pocas palabras, diría “un poco aburrida”. Pero no, porque reconozco que, habiendo pasado por Gallecs unas 25 veces, es una opinión muy subjetiva. Y eso que estoy enamorado de Gallecs. Sin embargo, no es el haber ido tantas veces por estos lares, sino porque para ir a Gallecs, que está algo lejos, has de pasar por zonas urbanas o urbanizaciones. Además, que ir solo ya es de por si algo aburrido, y si encima no encuentras alicientes, o éstos los has visto tantas veces que ya no les das importancia. Es como aquellos que viven delante de la Sagrada Familia de Gaudí, que tenerla delante de sus narices todos los días ya ni la ven.

Así que al diseñar esta ruta y aprovechando que monto una e-bike, pensé llegarme a Montornés por la vía casi directa. Subir por Alella hasta el camí de La Cornisa y bajar a Vallromanes hasta llegarme a su rambla, para luego ir por el campo de golf y entre urbanizaciones y caminos de Montornés, acercarme al puente que atraviesa el Besòs y meterme en Montmeló por su polígono industrial. Curioso este punto porque allí se bifurca el Besòs y coge otros nombres, a la izquierda és el Congost que pasa por Granollers, y a su derecha es el Mogent. O sea, que el Besòs nace de la confluencia de estos dos ríos, o cuasi ríos. Pasado el puente hay que seguir hacia Parets del Vallés, y desde su plaça de La Vila hay que coger una pista muy cercana que me llevará a Gallecs, justo enfrente de la Torre de Malla. Todo este jaleo lo pensé para no pasar por la pista del lecho del río Besòs, que la tengo súper vista que me conocen hasta las ovejas que pastan por allí. Además, añade desnivel y posterior bajada para disfrutar un poco de la velocidad.

Pero también este tramo de la ruta tiene sus pegas, demasiado urbano y asfalto. De sus aproximadamente 32 km, 22,2 son urbanos o asfaltados, y unos raquíticos 9,8 son de pista de tierra. Puedo haberme equivocado con un margen de error de 1 km, ya que es muy difícil contabilizarlo sobre el mapa. Pero, aunque sea más o menos, mis cálculos me dan 56 % urbano, o semiurbano, y 44 % de pista de tierra.

Después de esta variante a la consabida ruta del Besòs, ya viene Gallecs. Primero me llego a la Torre de Malla, me adentro después un poco por los bosques de Can Veire y de Can Cerdà por terreno algo de barro reseco por las recientes lluvias para acercarme a la ermita de Santa María de Gallecs. Luego saldré en dirección hacia la riera de Caldes cruzando el polígono industrial, o polígonos industriales de Palau-solità i Plegamans.

Siguiendo el margen derecho de la riera, se alterna pista y carril bici, también se puede optar por pasar por un sendero que hay justo al mismo lado de la riera. Todo con tal de pisar algo de tierra. Una vez llegado a Santa Perpetua de la Moguda, me acerco hasta el castillo de Can Taiò por zona urbana en franca rampa que me hace recordar lo que me costaba cuando iba con bici normal. Ahora, para no olvidar aquellos tiempos, procuro no poner una asistencia algo potente, uso la Eco y sudo un poco.

Después vienen unos escasos 4,6 km de pista de tierra. Es el Pla de Rocamora de La Llagosta. Para mí es un lugar extrañísimo y sorprendente. No es tan grande como la zona de Gallecs, pero merece la pena visitarlo. Es el final, o el inicio, depende de cómo se mire, de otro corredor natural que va desde el Besòs hasta Castellar del Vallés, teniendo como punto final el Puig de la Creu. Digo que es sorprendente por lo escaso que está explotado y las extrañas vistas que hay desde sus pequeños montículos. Hay trazas evidentes de que allí hubo algún tipo de industria y campos de cultivo en su parte más baja. También debía haber una fábrica de ladrillos, ya que es un terreno argiloso. Y agua, puesto que, según el mapa del ICGC, hay hasta tres torrentes que van a parar al Besòs. Y al final de este lugar hay las ”Llacunes de Can Duran”, se supone que allí sería una zona pantanosa. También se observa la alineación de arboleda, que es una buena señal de que allí antes había habido vida, al menos rural. Ahora está como abandonado pero la gente va a pasear por allí.

Y para hacer más interesante el track, lo finalizo subiendo por el Bosc d’en Vilaró hasta la urbanización de la Vallençana, una urbanización ilegal, por cierto. Suerte que llevaba la e-bike, porque si no hubiera cogido la ruta del río, aunque como siempre el viento al volver lo tienes de cara, y no sé qué es peor a la vuelta con tantos kilómetros, si el viento o unas rampas de más.

La cuestión es que por lo menos subes entre sombras y pista de tierra, algo es algo. Luego me dirijo hacia la ermita de Sant Climent, y sin llegar a subir a ella, tuerzo a la derecha y emprendo la bajada a Sant Jeroni de la Murtra. Un buen final para tanto asfalto.

La ruta la califico de moderada simplemente por los kilómetros, porque todo el recorrido es fácil. Aunque para aguantar casi cinco horas montado, creo que se debe tener una preparación física cuando menos mediana.

Los datos estadísticos de esta ruta son:

• Distancia ……………………………….... 69,42 km
• Tiempo en movimiento …………. 4 h 50 m
• Tiempo total …………………………... 5 h 50 m
• Desnivel positivo acumualdo… 1.157 m
• Velocidad media ………………….... 14 km/h
• Velocidad máxima ……………….... 46 km/h