Beleña de Sorbe y Sierra Gorda - Vuelta por tierras poco trilladas
near Beleña de Sorbe, Castilla-La Mancha (España)
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Trail photos
Itinerary description
Pisando tierras poco trilladas. Beleña del Sorbe en Guadalajara y sus alrededores.
Es una ruta técnicamente moderada y bastante pistera con algunos tramos más difíciles con pista rota y algunos rampones duros. Pasa por los montes en la zona de Beleña con la subida al Castillar de la Sierra Gorda y vuelta alrededor del bonito Embalse de Beleña.
Es una zona muy tranquila. Durante la ruta me he encontrado solo con dos personas. Un señor muy simpático de Beleña, dándome consejos por donde pasar con la bicicleta, y un apicultor lamentado la falta de flores en los romeros por falta de lluvia.
Se respira paz total por estos lados. Tiene realmente encanto. Aparte de las vistas 360º desde El Castillar, y el bonito embalse del Rio Sorbe.
Punto de partida: Beleña de Sorbe, actual pedanía de Cogolludo.
Un pueblo muy tranquilo e histórico con su iglesia románica del siglo XII.
Desde el pueblo es obligatoria la subida a la ruina del antiguo Castillo, llamado también Castillo de Doña Urraca o Castillo de Monilan, de origen musulmán. Durante el Siglo XI pasó a control cristiano de Alfonso VIII de Castilla. Hoy quedan básicamente dos muros impresionenates. Pero las vistas sobre el pueblo y los cultivos del valle valen la pena. Aunque haya que empujar la bici en los últimos metros para llegar.
Tras disfrutar el sitio y tomar las fotos obligatorias pasamos por una senda de la loma detrás y pasamos al lado de una puerta cerrada indicando propiedad privada, pero sin valla al lado.
Indicación del hombre del pueblo, que esta enfadado por esta puerta que pertenece a una finca que hay dentro del valle, lejos por donde pasaremos nosotros por las lomas .
Rodeamos la puerta y subimos una pista (donde charlamos con el apicultor) siempre en subida hasta el km 6. En el km 8 bajamos un km por la comarcal sin tráfico para enlazar con la pista que nos llevará al Castillar, con 1405m el punto más alto de la ruta. Dejamos al lado el pueblo abandonado de Jócar. Quedan solo ojeas y vacas pastando.
En constante subida por la pista entre pinares subimos hasta el Castillar. En el km 17 nos desviamos por una pista durante un km hasta la cima que luego tenemos que bajar otra vez para seguir la ruta. Arriba hay una caseta de vigilancia que no esta ocupada (en primavera). Es un punto estratégico con unas vistas increíbles de 360º, y delante al noroeste se levante el majestuoso Ocejón, destino de otra ruta….
Después del merecido descanso bajamos por la pista y en el cruce seguimos el ramal norte siempre en bajada rápida entre pinares por el Camino de Jócar. Ojo con la velocidad, porque el suelo a veces es bastante arenoso.
En el km 28, seguimos bajando un tramo por la comarcal 143 (y GR 10), cruzando el Río Sorbe hasta Muriel. Un pueblo encantador, pero entre semana parece cerrado, con casas rusticas reformadas que seguramente se animan durante los puentes y las vacaciones.
Pasado el pueblo de Muriel, empieza una subida durilla por pista rota entre olivos hacia el Collado Rancho. Salvamos casi 300m de desnivel. Desde el Collado se podría ir por otra pista hasta Tamajón, pero nosotros bajamos al lado del embalso, rodando el Cerro Bermejo.
En el km 37,7 nos desviamos hacia el embalse y la Ermita de Peñamira. Pasamos por las peñas hasta la parte más estrecha del embalse. Un espectáculo de formaciones rocosas y agua. No hay que perdérselo.
Luego volvemos el kilómetro y seguimos por la pista, ahora en mejor estado y siempre en subida. En el km 41 encontramos una carretera de apoyo que termina en muro de la presa.
Desde el muro a través del lago vemos otra vez el majestuoso Ocejón al fondo.
Bajamos las serpentinas hasta el fondo del muro donde nos espera el próximo espectáculo, el tubo del muro que echa a toda presión un “chorro-catarata horizontal” al río. Estamos directamente al lado. Un ruido ensordecedor y en verano un seguro alivio por el agua. Solo por esto vale la pena venir aquí.
Seguimos las sendas un el camino rio abajo y cruzamos el bonito puente medieval debajo del pueblo de Boleña. Arriba vemos los restos del Castillo donde empezamos la vuelta horas antes. Desde el puente sube en serpentinas una senda amurallada, que nos obliga desmontar en un cierto punto. Entramos al pueblo, y pasamos por su bonita Iglesia románica.
Los primeros datos disponibles son una bula papal del año 1127 que menciona Beleña incluida en la diócesis de Toledo. Hasta el siglo XII, Beleña de Sorbe perteneció al alfoz de Atienza y desde el siglo XV a la familia Mendoza.
La iglesia parroquial de San Miguel, fue declarada Bien de Interés Cultural el 8 de octubre de 1991 con la categoría de Monumento.
Y es aquí exactamente donde empezamos la vuelta con los consejos del hombre del pueblo por la mañana.
Es sorprendente la belleza de estos parajes, y más sorprendente que estamos en una tierra casi olvidada y solitaria.
¡A pedalear y disfrutar!
Es una ruta técnicamente moderada y bastante pistera con algunos tramos más difíciles con pista rota y algunos rampones duros. Pasa por los montes en la zona de Beleña con la subida al Castillar de la Sierra Gorda y vuelta alrededor del bonito Embalse de Beleña.
Es una zona muy tranquila. Durante la ruta me he encontrado solo con dos personas. Un señor muy simpático de Beleña, dándome consejos por donde pasar con la bicicleta, y un apicultor lamentado la falta de flores en los romeros por falta de lluvia.
Se respira paz total por estos lados. Tiene realmente encanto. Aparte de las vistas 360º desde El Castillar, y el bonito embalse del Rio Sorbe.
Punto de partida: Beleña de Sorbe, actual pedanía de Cogolludo.
Un pueblo muy tranquilo e histórico con su iglesia románica del siglo XII.
Desde el pueblo es obligatoria la subida a la ruina del antiguo Castillo, llamado también Castillo de Doña Urraca o Castillo de Monilan, de origen musulmán. Durante el Siglo XI pasó a control cristiano de Alfonso VIII de Castilla. Hoy quedan básicamente dos muros impresionenates. Pero las vistas sobre el pueblo y los cultivos del valle valen la pena. Aunque haya que empujar la bici en los últimos metros para llegar.
Tras disfrutar el sitio y tomar las fotos obligatorias pasamos por una senda de la loma detrás y pasamos al lado de una puerta cerrada indicando propiedad privada, pero sin valla al lado.
Indicación del hombre del pueblo, que esta enfadado por esta puerta que pertenece a una finca que hay dentro del valle, lejos por donde pasaremos nosotros por las lomas .
Rodeamos la puerta y subimos una pista (donde charlamos con el apicultor) siempre en subida hasta el km 6. En el km 8 bajamos un km por la comarcal sin tráfico para enlazar con la pista que nos llevará al Castillar, con 1405m el punto más alto de la ruta. Dejamos al lado el pueblo abandonado de Jócar. Quedan solo ojeas y vacas pastando.
En constante subida por la pista entre pinares subimos hasta el Castillar. En el km 17 nos desviamos por una pista durante un km hasta la cima que luego tenemos que bajar otra vez para seguir la ruta. Arriba hay una caseta de vigilancia que no esta ocupada (en primavera). Es un punto estratégico con unas vistas increíbles de 360º, y delante al noroeste se levante el majestuoso Ocejón, destino de otra ruta….
Después del merecido descanso bajamos por la pista y en el cruce seguimos el ramal norte siempre en bajada rápida entre pinares por el Camino de Jócar. Ojo con la velocidad, porque el suelo a veces es bastante arenoso.
En el km 28, seguimos bajando un tramo por la comarcal 143 (y GR 10), cruzando el Río Sorbe hasta Muriel. Un pueblo encantador, pero entre semana parece cerrado, con casas rusticas reformadas que seguramente se animan durante los puentes y las vacaciones.
Pasado el pueblo de Muriel, empieza una subida durilla por pista rota entre olivos hacia el Collado Rancho. Salvamos casi 300m de desnivel. Desde el Collado se podría ir por otra pista hasta Tamajón, pero nosotros bajamos al lado del embalso, rodando el Cerro Bermejo.
En el km 37,7 nos desviamos hacia el embalse y la Ermita de Peñamira. Pasamos por las peñas hasta la parte más estrecha del embalse. Un espectáculo de formaciones rocosas y agua. No hay que perdérselo.
Luego volvemos el kilómetro y seguimos por la pista, ahora en mejor estado y siempre en subida. En el km 41 encontramos una carretera de apoyo que termina en muro de la presa.
Desde el muro a través del lago vemos otra vez el majestuoso Ocejón al fondo.
Bajamos las serpentinas hasta el fondo del muro donde nos espera el próximo espectáculo, el tubo del muro que echa a toda presión un “chorro-catarata horizontal” al río. Estamos directamente al lado. Un ruido ensordecedor y en verano un seguro alivio por el agua. Solo por esto vale la pena venir aquí.
Seguimos las sendas un el camino rio abajo y cruzamos el bonito puente medieval debajo del pueblo de Boleña. Arriba vemos los restos del Castillo donde empezamos la vuelta horas antes. Desde el puente sube en serpentinas una senda amurallada, que nos obliga desmontar en un cierto punto. Entramos al pueblo, y pasamos por su bonita Iglesia románica.
Los primeros datos disponibles son una bula papal del año 1127 que menciona Beleña incluida en la diócesis de Toledo. Hasta el siglo XII, Beleña de Sorbe perteneció al alfoz de Atienza y desde el siglo XV a la familia Mendoza.
La iglesia parroquial de San Miguel, fue declarada Bien de Interés Cultural el 8 de octubre de 1991 con la categoría de Monumento.
Y es aquí exactamente donde empezamos la vuelta con los consejos del hombre del pueblo por la mañana.
Es sorprendente la belleza de estos parajes, y más sorprendente que estamos en una tierra casi olvidada y solitaria.
¡A pedalear y disfrutar!
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