Circular por los tres embalses: San Antón, Domiko y Enobieta
near Ategorrieta, País Vasco (España)
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Tras la etapa de la semana pasada por los embalses de Enobieta y Añarbe, hoy en solitario rodeo los embalses de San Antón, Domiko (ambos en la cuenca Endara) y el de Enobieta en Artikutxa.
La próxima, en breve, cubrirá los 4 embalses, los dos primeros en la cuenca Endara y los otros dos (Enobieta y Añarbe) en la del Añarbe.
El recorrido lo início por el carril bici que te lleva por Arditurri al alto de Aritxulegi y embalse de Endara-San Antón.
En el ascenso a Agiña, entre los pk 13 y 12, en una curva se toma a la dcha una pista forestal en buen estado que en 2 km te baja al embalse de Domiko.
Visito sobre el embalse la famosa y emblemática sequoia roja de Domiko, catalogada como uno de los árboles singulares de Navarra, Monumento Natural número 36, que con 47 m. es el de mayor altura de la Comunidad y de 2,42 m. de diámetro en la base.
Tras la correspondiente hidratación en la fuente de Domiko (en mañana soleada y muy calurosa), tomo la pista que a la dcha indica Bianditz.
Tras una prolongada subida se llega a un collado con cruce de caminos, sin indicación alguna, en el que con la ayuda del GPS cojo el que de frente a la dcha en muy duro repecho va hacia Bianditz.
Finalmente la pista llega justo enfrente del cerramiento de la finca de Artikutxa (muga de Gipuzkoa y Navarra), con el sendero a la dcha que asciende a la cima del Bianditz.
Pasada la valla, en término de Goizueta, se inicia un descenso por pistas de unos 5 km hasta el poblado de Artikutza, con tramos endemoniados para la bici, al principio con un suelo de grandes raíces y algún que otro árbol caído en la mitad del camino, que durante algo más del centenar de metros te obliga ir caminando.
Luego el firme es bueno por pista herbosa entre abundantes helechos y algún que otro cromlech (esta zona es muy rica en monumentos megalíticos), hasta llegar a un cruce de caminos bien señalizado, tomando el que te desvía al barrio de Artikutxa.
El descenso por pista con mucho encanto entre ejemplares de bosque autóctono (hayas, robles, fresnos...) es bastante irregular, con tramos de muy fuerte pendiente, muchas curvas y suelo lleno de ramas y hojas, que te obliga a bajar muy muy despacio y con la máxima precaución.
Ya en el embalse, contemplando su vaciado, el nivel del agua parece que aún ha bajado poco, como unos 5 metros (unos pocos centímetros al día).
Desde lo alto de la presa se ve un conducto por el que desembalsa un buen chorro de agua que va a parar al arroyo Artikutza, que un poco más adelante unirá sus aguas a la regata Elama para conformar el río Añarbe, que alimenta al embalse del mismo nombre, ubicado varios kilómetros aguas abajo en la misma cuenca que el de Enobieta, y que desde 1977 abastece a los 10 municipios que configuran la Mancomunidad de Aguas del Añarbe.
En la cola del pantano ya se ven los primeros efectos del vaciado pues la retirada de las aguas va dejando al descubierto los sedimentos acumulados en el fondo.
En el poblado destacar el palacio de Olajaundi del antiguo dueño de la ferrería, enfrente el mojón con el grabado del báculo y cruz, símbolo de la Colegiata de Roncesvalles, y la enorme báscula que en su día habría servido para el control de los materiales de las ferrerías: carbón, hierro y madera.
En el Ostatu que estaba en plena actividad, de preparativos para la festividad de San Agustin del día siguiente, hago mi hamaiketako para luego ascender los 6 km de fuerte pendiente hasta Ezkax (casa del Guarda) y desde el alto de Bianditz regresar a Donosti.
Ha sido otra etapa de auténtico disfrute, que solo y sin prisas, te permite hacer en cada momento lo que te da la gana.
Pero bueno...espero contar mejor con algún colega para hacer la de los cuatro embalses la próxima semana, eso sí, madrugando un poco y sin reloj, disfrutando a tope hasta llegar (cuando lleguemos) a comer (o lo que sea) al merendero de Susperregi (sin horarios), más bien a la hora de la merienda o “five o’clock tea”. AMÉN.
La etapa la he considerado como de DIFÍCIL, fundamentalmente por el complicado tramo de bajada y de muy fuerte pendiente, pues desciendes 400 m en tan solo 4 km hasta la parte llana anterior a la puerta de la finca del poblado, antes de llegar al refugio y al embalse.
Supone una media del 10%, con algunos repechos en curva muy superiores, con suelo irregular y muchas ramas.
video embalse Domiko
video embalse Enobieta
La próxima, en breve, cubrirá los 4 embalses, los dos primeros en la cuenca Endara y los otros dos (Enobieta y Añarbe) en la del Añarbe.
El recorrido lo início por el carril bici que te lleva por Arditurri al alto de Aritxulegi y embalse de Endara-San Antón.
En el ascenso a Agiña, entre los pk 13 y 12, en una curva se toma a la dcha una pista forestal en buen estado que en 2 km te baja al embalse de Domiko.
Visito sobre el embalse la famosa y emblemática sequoia roja de Domiko, catalogada como uno de los árboles singulares de Navarra, Monumento Natural número 36, que con 47 m. es el de mayor altura de la Comunidad y de 2,42 m. de diámetro en la base.
Tras la correspondiente hidratación en la fuente de Domiko (en mañana soleada y muy calurosa), tomo la pista que a la dcha indica Bianditz.
Tras una prolongada subida se llega a un collado con cruce de caminos, sin indicación alguna, en el que con la ayuda del GPS cojo el que de frente a la dcha en muy duro repecho va hacia Bianditz.
Finalmente la pista llega justo enfrente del cerramiento de la finca de Artikutxa (muga de Gipuzkoa y Navarra), con el sendero a la dcha que asciende a la cima del Bianditz.
Pasada la valla, en término de Goizueta, se inicia un descenso por pistas de unos 5 km hasta el poblado de Artikutza, con tramos endemoniados para la bici, al principio con un suelo de grandes raíces y algún que otro árbol caído en la mitad del camino, que durante algo más del centenar de metros te obliga ir caminando.
Luego el firme es bueno por pista herbosa entre abundantes helechos y algún que otro cromlech (esta zona es muy rica en monumentos megalíticos), hasta llegar a un cruce de caminos bien señalizado, tomando el que te desvía al barrio de Artikutxa.
El descenso por pista con mucho encanto entre ejemplares de bosque autóctono (hayas, robles, fresnos...) es bastante irregular, con tramos de muy fuerte pendiente, muchas curvas y suelo lleno de ramas y hojas, que te obliga a bajar muy muy despacio y con la máxima precaución.
Ya en el embalse, contemplando su vaciado, el nivel del agua parece que aún ha bajado poco, como unos 5 metros (unos pocos centímetros al día).
Desde lo alto de la presa se ve un conducto por el que desembalsa un buen chorro de agua que va a parar al arroyo Artikutza, que un poco más adelante unirá sus aguas a la regata Elama para conformar el río Añarbe, que alimenta al embalse del mismo nombre, ubicado varios kilómetros aguas abajo en la misma cuenca que el de Enobieta, y que desde 1977 abastece a los 10 municipios que configuran la Mancomunidad de Aguas del Añarbe.
En la cola del pantano ya se ven los primeros efectos del vaciado pues la retirada de las aguas va dejando al descubierto los sedimentos acumulados en el fondo.
En el poblado destacar el palacio de Olajaundi del antiguo dueño de la ferrería, enfrente el mojón con el grabado del báculo y cruz, símbolo de la Colegiata de Roncesvalles, y la enorme báscula que en su día habría servido para el control de los materiales de las ferrerías: carbón, hierro y madera.
En el Ostatu que estaba en plena actividad, de preparativos para la festividad de San Agustin del día siguiente, hago mi hamaiketako para luego ascender los 6 km de fuerte pendiente hasta Ezkax (casa del Guarda) y desde el alto de Bianditz regresar a Donosti.
Ha sido otra etapa de auténtico disfrute, que solo y sin prisas, te permite hacer en cada momento lo que te da la gana.
Pero bueno...espero contar mejor con algún colega para hacer la de los cuatro embalses la próxima semana, eso sí, madrugando un poco y sin reloj, disfrutando a tope hasta llegar (cuando lleguemos) a comer (o lo que sea) al merendero de Susperregi (sin horarios), más bien a la hora de la merienda o “five o’clock tea”. AMÉN.
La etapa la he considerado como de DIFÍCIL, fundamentalmente por el complicado tramo de bajada y de muy fuerte pendiente, pues desciendes 400 m en tan solo 4 km hasta la parte llana anterior a la puerta de la finca del poblado, antes de llegar al refugio y al embalse.
Supone una media del 10%, con algunos repechos en curva muy superiores, con suelo irregular y muchas ramas.
video embalse Domiko
video embalse Enobieta
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Comments (2)
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Porque se la edad que tienes si no diria este chavalillo de 40 es un atleta para darse esta paliza en bici. Eres todo un txapeldun, enhorabuena chaval
Agradecido por tus “piropos” Javier, siempre son bienvenidos pero recuerda que llevo una buena bici eléctrica, absolutamente recomendable para seguir disfrutando de nuestros bellos parajes naturales, para los que aún no siendo mayores (me incluyo) les va llegando la hora. Y a la vuelta en casa seguir haciendo “vida normal” sin necesidad de echarte perentoriamente en el sofá.
Por cierto, alguna vez nos hemos cruzado, tú caminando por los bidegorris/paseos peatonales del entorno de Rente.
Saluti