Circular tres embalses (Endara/San Antón- Domiko-Artikutza)

Después de ir por bidegorri hasta Oiartzun, JAM y yo iniciamos el ascenso a Aritxulegi para antes de llegar al embalse de Endara, justo en la curva del bar rte Aialde, tomar a la dcha el camino que sobre el canal cubierto de losetas de hormigón en buen estado y de poco más de un metro de ancho, te lleva a la abandonada central hidroeléctrica de Domiko.
Por el camino, a la izda y debajo teniamos el embalse de Endara (en término municipal de Lesaka) y encima el Kopako Harria.
Son cerca de 6 km sobre el canal que se te hacen bastante largos, al tener que ir muy concentrado en la bici y estar además pendiente del cruce de varias regatas y cascadas que descienden por pequeños barrancos.
Pero hay que decir que este tramo tiene un encanto especial tanto a pie (lo he hecho varias veces) como sobre todo en bici, que ha sido una experiencia novedosa y para disfrutar.
Desde la central hasta la presa hay que superar un fortísimo ascenso, con repechos superiores al 25%, para llegar en medio de un frondoso bosque, al minúsculo pero precioso embalse de Domiko, que ubicado en término municipal de Lesaka, recoge las aguas de la cuenca alta de la regata de Endara.
Este embalse abastecía de agua a los municipios de Irún y Hondarribia hasta que entró en funcionamiento el de Endara (16 veces mayor) en 1988.
El embalse de Endara se abastece de la regata del mismo nombre y desemboca en Endarlatsa en el río Bidasoa.
Destacar justo encima del embalse de Domiko, la existencia del árbol singular "Sequoya roja de Domiko" considerado el árbol más alto de Navarra, de 47 m. y 2,42 m de diámetro en su base, declarado Monumento Natural en Navarra.
Después de hidratarnos en la caudalosa fuente justo encima del embalse, por pista amplia y con indicación hacia Bianditz, llegamos en ascenso continuado a un cruce de caminos sin señalización???,que de dcha a izda van a Bianditz, Artikutza y Pagolleta, respectivamente.
Tenía claro esta vez, que no debia coger el de Pagolleta, que por error lo hice el año pasado (iba solo) dejándome llevar por unos parajes impresionantes hacia Arantza, pero que antes descendí a la izda a Lesaka.
Esta vez lo hicimos por el de la dcha, que tras duro ascenso te lleva a un collado herboso con animales pastando.
Aquí teníamos dos opciones para llegar al embalse de Artikutza y una vez más, tomamos la opción más difícil???, por el camino de la izda, que tras unos km sin perder casi cota, se divisaba al fondo el embalse.
El embalse de Artikutza ,en término municipal de Goizueta, es propiedad del Ayto de Donostia-San Sebastián y dejó de utilizarse como tal desde la construcción del embalse del Añarbe en 1977, que abastece en la actualidad a la comarca de Donostialdea.
Entonces iniciamos el descenso por una senda de mendizales, muy complicada para txirrindularis serios como nosotros, atravesando un inmenso y cerrado bosque de hayas, cuando empezó a llover, al principio ligeramente pero luego de forma intensa e ininterrumpida hasta que llegamos al poblado de Artikutza, totalmente calados.
La temperatura había descendido de los 23 grados iniciales subiendo Aritxulegi, a los 13 de ahora y además empapados.
Entonces entendimos lo que nos han solido comentar los técnicos de Aguas del Añarbe, que esta cuenca es ,según estadísticas de AEMET, la más lluviosa de la península ibérica, incluso superior a la de Grazalema y, al parecer, la de mayor pluviometria de Europa a cotas inferiores a los 1000 m.
Este descenso en zigzag con un manto de hojarasca por encima de los tobillos, la hicimos a pie con cierta dificultad por el estado irregular y poco visible del suelo.
Al llegar a la pista que rodea el embalse, optamos por la que te lleva por la dcha al poblado.
Ya montados en las bicis, cogimos buen ritmo para llegar cuanto antes al caserio Ostatu Zahar, uno de los edificios emblemáticos del poblado, con un local equipado con mesas y bancos, que permanece abierto durante el día para dar cobijo a visitantes y excursionistas.
Fue nuestra salvación, pues aquí pudimos cambiarnos y ponernos ropa seca, comer e hidratarnos (por dentro) incluso con bebidas calientes de la máquina allí existente, que en esas condiciones agradecimos enormemente.
Una vez que paró de llover, aprovechamos para ascender los 6 km de fuertes repechos hasta Eskas, la casa del guarda de la finca de Artikutza y luego continuar hasta el alto de Bianditz.
La bajada de unos 10 km con la ayuda de nuestras potentes luces, la hicimos con extremada precaución debido a la intensa y cerrada niebla y a los animales que pastaban al borde de la ctra; se nos hizo interminable hasta llegar al barrio oiartzutarra de Karrika.
Luego de vuelta por bidegorri hasta Donosti, ya casi empezando a anochecer.
Fueron 70 km y ascenso acumulado de 1300 m, que nos permitió aún llegar con algo de batería.