Circular Zumaia-Azpeitia-Urraki-Santa Ageda-Beizama-Azpeitia-Zumaia

Después del reciente descenso de Brincola a Zumaia por la cuenca del Urola y de la etapa de Salbatore a Azpeitia por el puerto de Mandubia y vuelta a Tolosa por Errezil, la excursión de hoy pretendía ir completando otros valles de increíbles paisajes de la comarca del Urola medio.
Para ello esta vez la etapa la iniciamos en Zumaia (hasta aquí en Euskotren) para siguiendo los meandros del río Urola, atravesar por ctras secundarias Bedua, Oikia y Aizarnazabal para llegar a Iraeta.
Desde aquí por bidegorri paralelo al río, pasamos por la cantera de Zestoa, lugar al que se pretendía llevar las basuras de toda Gipuzkoa, después de procesarlas en planta de tratamiento mecánico-biológico (TMB).
Los ciudadanos de Zestoa se manifestaron enérgicamente en su contra, al parecer por tres razones fundamentales:
-La cercanía de la cantera a su población.
-Por considerar que los subproductos resultantes del tratamiento anterior no estarían estabilizados (no inertes) para depositarlos sobre la piedra caliza de la cantera (no impermeable) y se filtrarían finalmente contaminando los acuíferos.
-Conocer antes experiencias similares a la planteada.
Pasamos luego por el histórico palacio de Lili de arquitectura medieval en Zestoa, para continuar hasta su afamado e histórico balneario con la intención de tomarnos un buen desayuno, para combatir los -2 grados que nos vienen acompañando desde Zumaia pero estaba cerrado hasta marzo.
Esta vez pedaleamos Josean, Jos, Javier (experto en pistas de grandes barrizales y que llevaba tiempo sin aparecer) y yo.
Seguimos por bidegorri hasta Lasao donde se cruza la ctra para continuar por bidegorri con mucho frío junto al Urola por Muebles Danona, la EDAR (depuradora de aguas residuales de la comarca) y llegar finalmente al polígono industrial azpeitiarra de Landeta, en uno de cuyos bares montamos el primer control de calentamiento/avituallamiento de la etapa.
Con algo de calor ya en el cuerpo, con sol pero aún a cero grados, iniciamos en la rotonda el ascenso al puerto de Urraki ,bastante largo (8,6 km), con un desnivel de casi 600 m y pendiente media del orden de un 7%.
Las rampas más duras están en los dos primeros km, mientras que los últimos de menor pendiente son más llevaderos, disfrutando de la impresionante panorámica del valle de Errezil y el macizo del Ernio.
En el alto de Urraki (682 m) está el denominado refugio de Ignacio Zuloaga que fue propiedad del pintor y con las mejores vistas del valle y cordal del Ernio.
Descendemos hacia Goyaz y Bidania, dos antiguas poblaciones que por los 60 se fusionaron en el denominado municipio de Bidegoyan (Bidania-Goiatz).
Seguimos hacia la ctra de Tolosa para a los 2 km de descenso, en Santutxu
desviarnos a la dcha hacia Beizama.
Iniciamos ahora los 3 km más duros del día, hasta el desconocido para nosotros alto de Santa Ageda (700 m), con varias rampas entre el 15 y el 21 % y pendiente media del 8,5.
Eso si rodeados de un magnífico bosque de arbolado autóctono que aligera el ascenso con buen firme y sin ningún coche.
El ver semejante arboleda me recordó que la zona por la que hemos pedaleado, ha sido vivero de muchos y buenos aizkolaris.
Algo inimaginable, un auténtico disfrute de los sentidos el pedalear por esta Gipuzkoa profunda.
En otros 4 km descendemos a Beizama, población ubicada en lo alto de un cerrado y profundo valle; es la segunda más alta de Gipuzkoa, después de Bidagoyan y una de las menos pobladas del territorio.
Beizama tiene el título de “Noble y Leal Universidad”???, con dos bonitos edificios: la iglesia del siglo XVI y el ayuntamiento del XVII, bajo cuyos soportales está el bar-rte donde establecimos el necesitado segundo control de avituallamiento.
Nada más iniciar el descenso a Nuarbe nos paramos para apreciar arriba las maravillosas vistas del pueblo que acabamos de dejar y debajo su profundo y cerrado valle.
Como curiosidad histórica decir que la población de Beizama se hizo muy famosa por un crimen cometido allá por los años 20 que acabó con la vida de dos mujeres (madre e hija) que vivían en un caserío alejado y que tuvo un gran impacto en el pueblo, comarca y provincia, y que nunca se aclaró del todo.
Hasta Pío Baroja lo reflejó en una de sus novelas.
Al inicio de la subida a Urraki y luego en el descenso a Nuarbe , al ver una capa de humo flotando sobre el valle, nos acordamos de nuevo de aquel “personaje” que en la etapa anterior, al pasar por Matxinbenta, la estaba liando quemando rastrojos.
Y para colmo de los colmos, nos enteramos que esa figura es primo de un amigo de amigo.
Por ctra de Nuarbe a Azpeitia, para desde aquí por la misma ruta que nos trajo (bidegorris y ctras secundarias) regresar a la estación de Euskotren de Zumaia,
Indicar que en Lasao, hay un punto clave falto de señalización, que corresponde al cruzar la ctra.
Su ausencia te lleva a continuar por ctra hasta Zestoa, como ya nos pasó en la etapa del descenso por la cuenca del Urola.
También en Iraeta habría que señalizar mejor para la entrada al bidegorri que te lleva a Zestoa.
Como curiosidades de la etapa destacar que:
-Por la situación anticiclónica con inversión térmica que padecemos últimamente, la temperatura en los puertos de Urraki y Santa Ageda ascendía a los 8 grados cuando en el fondo del valle no se superaban los 2-4 grados.
-En la depuradora de aguas residuales de Lasao cuando pasamos a la ida “encogidos por el frío” a -2 grados, me pareció ver patos??? en uno de los tanques circulares donde tiene lugar la depuración biológica de las aguas sucias, donde las bacterias se comen la materia orgánica, llámese mierda.
A la vuelta paramos y allí seguían revoloteando tan felices, así que les sacamos una foto.
Habrá que investigar el por qué del asunto, que me tiene muy intrigado.
La etapa la clasificamos como difícil por sus más de 80 km y cerca de 1200 m de ascenso, con puerto largo el de Urraki (al parecer algunos de los ciclistas profesionales de nuestro entorno lo consideran de los más durillos del territorio) y corto pero de fuertes repechos el de Santa Ageda, que hizo que llegáramos muy justitos de batería.
Y también agradecer al amigo azpeitiarra José Mari por el previo asesoramiento prestado en algunos detalles de la etapa.
A ver si coincidimos la próxima vez que nos acerquemos a esos bellos parajes, pero poliki poliki JM, siempre disfrutando que es de lo que se trata a estas alturas.