Ermita del Remedio: sendas y barrancos.

Salimos desde la misma ermita del Remedio y nos encaminamos hacia el pico homónimo por el camino de Estenas.
A los pocos metros ya cogemos la primera senda (es un PR) en leve ascenso. Muy chula y accesible con solo un par de pasos mas técnicos.
Salimos al camino de Villar de Tejas y, entre campos de olivos, llegamos a otra senda sencilla que anda por un barranquete. Un poco de pisteo y otra senda corta de subida, que nos deja en la pista a los pies de las antenas del Pico del Remedio.
Ahora pedaleamos por los caminos hasta llegar a la Casa del Negrete. Aquí empieza la fiesta gorda. Lo primero que cogemos inmediatamente es la famosa senda de Hontanar. Rápida a tramos, técnica y con piedras a otros pues va tomando trozos del barranco homónimo, es una senda larga y perfecta para disfrutar de la bici a tope.
La terminamos en la carretera y cogemos un camino por el lateral de un campo hasta la Casa Iñiguez. Ahí cogemos otra senda chula y rápida que nos lleva hasta el barranco de la Vericulilla y lo sigue. A mitad de barrando la senda toma el nombre de la zona, senda del Bengalejo, que en su primer tramo sigue el barranco y tiene su cosa por la piedra, luego va subiendo hasta dejarnos en el camino de la Risca.
Unos metros de pista y, sin descanso, ya subimos al cerro de La Calera por otra preciosa senda que, en su segunda mitad, también nos baja del cerro para volvernos a la pista.
Pero no hay tregua, unos metros de pista y a la senda de La Risca, muy chula también y con algún paso técnico por lo inclinado y roto por las aguas.
Llegamos al camino de las Casas del Collado, ya se agradece dar alguna pedalada con cierta cadencia. Camino carretero a izquierdas y en ná, otra senda!. Esta también pasa por una rambla y acaba en el camino de Las Fuentecillas.
500 metros de camino y volvemos al lio. Entramos en la rambla de La Calera y su senda. Aquí no hay perdón, aquí solo hay piedras alternando con trozos limpios. Es una locura como te sube la adrenalina si decides pasarla a cara de perro. No hay desniveles, algún escaloncete, pero pedrolos no faltan y, si vas deprisa, obliga a anticipar bien la trazada. Terminamos rendidos de brazos y piernas.
Ahora viene bastante pista. Nos conducimos hacia la Casa de la Vegana y, siempre en suave ascenso, llegamos a la urbanización de Casas de Medina.
Desde las Casas de Medina tomamos hacia su cerro una senda trialera, en fuerte ascenso que ya nos mata (por lo menos a mi que, pidiendo watios sin complejos, he hecho un escorpión contra una piedra en subida: hostia al canto). La senda pasa por una cantera y, sin parar nunca de subir, hasta los huevos, nos deja en la carretera asfalta a unos cientos de metros antes de la Ermita del Remedio.
Cerveza fresquita pensando recuperando el resuello y, ya relajado, hemos comido en el mismo bar de la Ermita un estupendo plato combinado de embutido de horza.
Es una ruta con algunos pasos técnicos y con piedra, tanto en bajada como en subida. En este caso la califico de moderada-difícil. En el aspecto físico no quiero ni imaginarme a un muscular de mi edad dándole. Se sube mucho. La califico de difícil.